Aquí os dejo las preguntas 301 a la 400 respondidas por parte del gran maestro del Curso, Ken Wapnick , y publicadas por la Fundación para el Estudio de un Curso de milagros (Facim.org). Traducción al español realizada por Alfonso Martinez.
~ ¿Cuál es el significado especial de darle un nombre a algo? ~ (Q&A – FACIM – #301)
P #301: «¿Qué significa darle un nombre a algo? ¿Podría explicar por qué uno tiene poder sobre ello?»
R: «Darle un nombre a algo es establecer su identidad. Es una forma de otorgar «realidad» a alguien o algo. En otras palabras, si yo determino quién eres, hago esa definición de ti real en mi mente, lo que significa que «yo te hago quien eres». Ese es el poder de darle un nombre a algo. Es la naturaleza de la separación nombrar todo y a todos, aquí radica el poder de nombrar: “Has inventado nombres para todas las cosas que ves. Cada una de ellas se ha convertido en una entidad aparte, identificada por su propio nombre. De esta manera la segregas de la unidad. De esta manera designas sus atributos especiales y la distingues de otras cosas al hacer hincapié en el espacio que la rodea. Éste es el espacio que interpones entre todas las cosas a las que has dado un nombre diferente; entre todos los acontecimientos desde el punto de vista del tiempo y del lugar en que ocurrieron, así como entre todos los cuerpos que se saludan con un nombre.” (W.184.1: 2,3,4,5,6). Este es el mal uso del poder creativo por parte del ego. Nombrar cosas y personas de esta manera en realidad está negando su verdadera identidad. Es una forma de decir: «Tú eres quien yo digo que eres, no quien Dios dice que eres». Un Curso de Milagros nos dice que cualquiera que sea el nombre que use el ego para identificar todas las cosas que fabrica, a menos que se vean a la luz de verdad permanecen sin nombre.
Una de las metas más importantes que tenemos como estudiantes del Curso es permitir que nuestra definición de nosotros mismos se deshaga. Todos nos hemos dado el mismo nombre: “pecador”. Cuando estamos dispuestos a cuestionar esto, y reconocemos que no sabemos quiénes somos, nos damos cuenta de que no sabemos nuestro nombre. Cuando dejamos de lado todos los nombres que llamamos nosotros mismos y le pedimos al Espíritu Santo que nos enseñe quiénes somos, junto con todos y todo en el sueño, nos abriremos a aceptar que es el poder creativo de Dios lo que establece nuestra identidad. Somos quienes Él dice que somos, y por eso tenemos otro nombre: «Hijo inocente de Dios». Su Nombre es el Nombre que compartimos: “Un padre le da su nombre a su hijo y, de este modo, identifica a su hijo con él. Sus hermanos comparten su nombre y, así, están unidos por un vínculo en el que encuentran su identidad. El Nombre de tu Padre te recuerda quién eres incluso en un mundo que no lo sabe, e incluso cuando tú mismo no lo has recordado.” (W.183.1: 3,4,5).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿El Curso dice que deberíamos, o no deberíamos, negar la realidad de nuestros cuerpos? ~ (Q&A – FACIM – #302)
P #302: «En el capítulo dos del texto de Un curso de milagros, Jesús dice: “…es casi imposible negar su existencia (la del cuerpo) en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una forma de negación particularmente inútil.” Luego, en el libro de ejercicios, lección 199, dice que nos digamos hoy y todos los días «No soy un cuerpo. Soy libre.” ¿Cómo puedo hacer la lección, teniendo en cuenta la declaración del texto? También Ken dice que el despertar de este sueño es un proceso y que no debemos tratar de saltarnos los pasos. Parece decir que «No soy un cuerpo. Estoy libre» es tratar de saltarse los pasos. ¿Qué está haciendo Jesús aquí?»
R: «Hay algunos puntos a tener en cuenta para que podamos reconocer el propósito de Jesús al decir cosas y pedirnos que hagamos cosas que parecen contradecirse entre ellas en diferentes partes del Curso. Él sabe que nuestra resistencia a su mensaje sigue siendo grande y que no estaremos abiertos a todo lo que él tiene que decir. Sin embargo, sería un flaco servicio para nosotros si no fuera, al mismo tiempo, muy directo en cuanto a dónde está tratando de llevarnos y no nos exhortara a unirnos a él en su manera de ver las cosas, porque él sabe mucho más que nosotros.
Que Jesús sabe que resistiremos sus enseñanzas más radicales es evidente cerca del final de la introducción del libro de ejercicios cuando observa: “Algunas de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. Nada de eso importa. Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. No se te pide que las juzgues. Se te pide únicamente que las uses. Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad. Recuerda solamente esto: «no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas». Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia.” (W.in.8: 1,2,3,4,5,6; 9: 1,2,3; cursiva agregada). Y antes, hacia el final del texto, mientras nos instruye sobre cómo tomar decisiones para tener el día que realmente queremos, nos advierte: “Mas si experimentas gran resistencia y ves que tu resolución flaquea, es que todavía no estás listo. No luches contra ti mismo.” (T.30.I.1:6,7).
Y así, Jesús nos presenta sus enseñanzas intransigentes y desafiantes al tiempo que reconoce que tal vez no estemos listos para aceptarlas y que llevará tiempo (por ejemplo, W.pII.284). Pero también sabe que si le permitimos que ponga su pie en la puerta de nuestra mente cerrada, antes de que nos demos cuenta, estaremos del otro lado con él. Y eso es porque ya hay una parte de nuestra mente que sabe y ha aceptado hacia dónde nos dirige, pero si sintiéramos que realmente no teníamos otra opción, nuestra resistencia sería mucho mayor. Por lo tanto, una lección como la Lección 199 debe verse como una invitación a aceptar una perspectiva diferente sobre nosotros mismos y el mundo, pero nunca como un llamado a negar lo que seguimos experimentando como nuestra realidad, por muy falsa que sea.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué es exactamente la «gracia» y cómo se logra? ~ (Q&A – FACIM – #303)
P #303: «Mi pregunta es sobre la gracia. Estoy trabajando en la Lección 168-9 de Un Curso de Milagros … que dice que la gracia no se aprende y la gracia no es el objetivo que este curso aspira a alcanzar … la gracia es el medio para obtener la visión primero con el conocimiento pero un instante después … estoy tratando de entender exactamente qué es la gracia y cómo se debe tratar de alcanzarla.»
R: «En el «Índice de Glosario para Un Curso de Milagros» de Kenneth Wapnick, la gracia se define como «nuestro estado natural como espíritu» y «un aspecto del amor de Dios en este mundo» (p.46). Puede ser útil al leer pasajes en el Curso que usan el término gracia, como las Lecciones que menciona, recordar que se refiere a la verdad de quiénes somos como espíritu y al reflejo del amor de Dios presente en nuestras mentes: “El espíritu está eternamente en estado de gracia. Tu realidad es únicamente espíritu. Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia.” (T.1.III.5: 4,5,6). La gracia no es, por lo tanto, algo que necesita ser alcanzado, ni puede ser enseñado o aprendido. Es simplemente la verdad que se revelará por sí misma cuando ya no creamos en nuestro yo culpable y pecaminoso identificado con el cuerpo. Nuestro objetivo es tomar conciencia de nuestra verdadera identidad como espíritu porque es lo que Dios nos creó para ser. La gracia de Dios, Su regalo, es la identidad que compartimos con Él. El proceso de perdón, mediante el cual descubrimos todas las creencias ocultas acerca de nosotros mismos que están en oposición a esta verdad, es lo que nos llevará a la conciencia de esta identidad y la aceptación de Su gracia.
En otros lugares, sin embargo, se habla de la gracia de manera algo diferente. La gracia es visión, ya que es la conciencia de nuestro estado natural. En el pasaje al que se refiere, el Curso nos dice que la visión de quiénes somos en verdad será seguida instantáneamente por el conocimiento de nuestra Unicidad con Dios, y en ese instante la conciencia del mundo desaparecerá. Ese es nuestro objetivo, esa es la gracia. Es «un aspecto del amor de Dios en este mundo» (Glosario, p.46) porque nuestras mentes albergan el recuerdo del amor de Dios y el recuerdo de nuestra verdadera identidad como espíritu, el Hijo inocente de Dios. Siempre que estemos dispuestos a elegir identificarnos con esta parte de nuestras mentes, en lugar de con el ego, aceptamos la gracia que es nuestra: “La gracia es la aceptación del amor de Dios en un mundo de aparente odio y miedo.” (W.pI.169.2: 1).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué es exactamente «el problema de la autoridad»? ~ (Q&A – FACIM – #304)
P #304: «Sigo pensando en lo que Un Curso de Milagros se refiere como el problema de «autoridad». Entiendo que significa que hay una lucha constante dentro de mí entre lo que creo que es la «razón» para estar aquí y para mi vida, y lo que Dios «cree» es la razón por la que estoy aquí y para mi vida. Desafortunadamente — como con la mayoría de los conceptos que el Curso enseña — tengo la sensación de que mi comprensión no está logrando el objetivo previsto. ¿Estoy siquiera cerca?»
R: «En realidad, no está lejos de la marca en absoluto. Alguien dijo una vez: «Si Dios es tu copiloto, ¡cambia de asiento!» Jesús nos dice que el problema es mucho más profundo que eso: “El problema de la autoridad sigue siendo la única fuente de conflictos porque el ego se originó como consecuencia del deseo del Hijo de Dios de ser el padre de Su Padre. El ego, por lo tanto, no es más que un sistema ilusorio en el que tú concebiste a tu propio padre.” (T.11.in.2: 3,4). Obviamente, esto es una locura, como Jesús mismo comenta en la continuación de ese pasaje; sin embargo, seguimos permitiendo que este conflicto se desate en nuestras mentes y se proyecte por todas partes en muchas formas, porque creemos que someterse a Dios como nuestro Autor y Fuente sería una sentencia de muerte. O al menos, no podríamos existir como nos gustaría.
Jesús explica: “La proyección del ego hace que la Voluntad de Dios parezca ser algo externo a ti, y, por lo tanto, que no es tu voluntad. De acuerdo con esta interpretación parece que fuese posible que la Voluntad de Dios y la tuya estuviesen en conflicto. Dios, pues, parece exigirte algo que tú no le quieres dar, privándote así de lo que anhelas…Tienes miedo de saber cuál es la Voluntad de Dios porque crees que no es la tuya. Esta creencia es lo que da lugar a la enfermedad y al miedo.” (T.11.In.9: 1,2,3; 10: 3,4).
Entonces, en la medida en que valore una existencia individual y autónoma, inconscientemente creerá que usurpó el poder de Dios para obtener y mantener esa existencia y que Él viene tras de usted para recuperarla. Este es el principio de «uno o el otro» en el corazón del sistema de pensamiento del ego, y el miedo es su desafortunada consecuencia. “Negar Su Autoría es negarte a ti mismo la razón de tu paz, de modo que sólo te puedes ver a ti mismo fragmentado. Esta extraña percepción es el problema de la autoridad.” (T.3.VI.10.6,7).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Aún más sobre «No tengo que hacer nada». ~ (Q&A – FACIM – #305)
P #305: «¿’No tengo que hacer nada’ significa que no está bien tratar conscientemente de desarrollar nuevos hábitos para reemplazar los viejos basados en el miedo, como evitar el contacto visual o hablar en voz baja o darse por vencido demasiado pronto, etc.? ¿Cómo puedo superar estas cosas si no hago nada al respecto? La Lección 135 en Un Curso de Milagros dice que planificar las cosas es una defensa y debe evitarse. Sin embargo, siento que si no planifico o pongo en práctica con anticipación no podré funcionar: no sabré qué decir o hacer cuando llegue el momento. Estoy realmente bastante estancado aquí. Quizás estoy malinterpretando todo esto. ¿Puede aclararme esto de alguna manera?»
R: «Cuando Un Curso de Milagros dice: “No tengo que hacer nada, excepto no interferir.” (T.16.I.3: 12) nos está diciendo principalmente que «no interfiramos», porque eso es lo que hacemos. No nos dice que no hagamos nada en el mundo o con el cuerpo. No necesitamos hacer nada para ser quienes somos (el Hijo de Dios), excepto eliminar todas las creencias que se oponen a esa verdad. Es por eso que el Curso describe el sistema de pensamiento del ego en todas sus diversas formas y expresiones. La Lección 135 del libro de ejercicios es un muy buen ejemplo de esto. Expone el sistema de defensa que se pone en marcha cuando la mente elige identificarse con el cuerpo. De ninguna manera sugiere que alguna de las defensas o comportamientos deba cambiarse o evitarse. Ese no es su objetivo. El objetivo del Curso se expresa claramente en la siguiente instrucción: «…No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él.» (T.21.in.7: 1). Podemos parafrasear esta importante línea reemplazando «el mundo» con «el cuerpo», «tu comportamiento», «tus hábitos», «tus defensas». Este es un Curso de entrenamiento mental, y «nada más». Entender esta distinción es esencial para comprender y, lo que es más importante, aplicar los principios del Curso.
Cada vez que el Curso describe todas las cosas que hacemos como cuerpos y las creencias que albergamos, no nos dice que no las hagamos ni que no las creamos. Enseña mostrándonos el contraste entre el efecto del sistema de creencias del ego (dolor) con el efecto del sistema de pensamiento del Espíritu Santo (paz). Nos dice que lo que hacemos en el nivel de la forma no causa ni resuelve el problema de la separación en el nivel de la mente. Por lo tanto, cambiar sus hábitos de comportamiento porque lo hará sentir mejor consigo mismo es tan aceptable como cualquiera de las cosas que hacemos para cuidar nuestros cuerpos, nuestras casas o nuestros automóviles. Mientras creamos que somos cuerpos que viven en el mundo, estas cosas deben mantenerse en buen funcionamiento y cuidarse lo mejor que podamos.
Hasta que nuestras mentes estén curadas de toda creencia en la separación y en nuestra identidad como cuerpos, nuestro único objetivo debe ser descubrir todas nuestras creencias ocultas para que puedan ser intercambiadas por el sistema de creencias del Espíritu Santo. Entonces la mente que está libre de culpa utilizará el cuerpo, como se describe en esta lección, sin defensas. Esto no significa que el cuerpo será entonces perfecto, o no necesitará comida, ni sueño, ni anteojos. Significa que la mente no se confundirá a sí misma con el cuerpo y no buscará en él seguridad ni nada. En el proceso de curación, no se nos pide que no planifiquemos, o que tratemos de vivir como si nuestras mentes estuvieran sanadas mientras todavía están enfermas. Siempre es importante al leer el Curso recordar que está abordando la parte tomadora de decisiones de la mente. Se nos pide elegir qué maestro consultaremos para hacer nuestros planes. El Espíritu Santo nos dice que a medida que hacemos nuestros planes, podemos recordar buscar en nuestras mentes todas las creencias dementes que interfieren con nuestra capacidad de permitir que Su sabiduría nos guíe a nuestra verdad.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
Nota del webmaster (de FACIM): vea también las preguntas #293, #289 y #90.
~ ¿Por qué podría estar preocupado por la muerte? ~ (Q&A – FACIM – #306)
P #306: «He estado estudiando Un Curso de Milagros durante unos 14 años y últimamente sigo pensando acerca de la muerte. Me viene a la mente todo el tiempo. No es particularmente aterrador; pero ¿por qué tanta preocupación por la muerte?»
R: «No es inusual que los pensamientos de muerte se vuelvan más frecuentes a medida que trabaje diligentemente con Jesús para deshacer su ego. La parte de usted que está identificada con el ego – y lo ha estado durante siglos – se experimentará a sí misma como «muriendo». En realidad, todo lo que está sucediendo es que está retirando su creencia en el sistema de pensamiento del ego. “A medida que te acercas a tu Origen, experimentas el miedo a la destrucción de tu sistema de pensamiento como si se tratase del miedo a la muerte. Pero la muerte no existe. Lo que existe es la creencia en la muerte.” (T.3.VII.5: 9,10). Una parte importante del proceso implica cambiar su sentido de quién es realmente, por lo que sería evidente que el «tú» que está retirando la creencia y ha elegido a Jesús como su maestro no es lo que está «muriendo». La parte tomadora de deciciones de su mente simplemente está eligiendo ya no identificarse más con una identidad falsa, sino con el reflejo de su verdadero Ser representado en su mente correcta por el principio de Expiación.
La preocupación por la muerte debería disminuir y finalmente desaparecer cuando ya no haya miedo de dejar de lado su identidad como individuo. Sin embargo, sin saber más acerca de usted, no sabemos si esta es la única fuente de los pensamientos. En general, recomendamos consultar con un profesional si estos pensamientos de muerte persisten durante un período prolongado de tiempo.»
~ Dr. Kenneth Wapnick.
~ ¿Cuál es la explicación de una sensación de zumbido o vibración mientras meditamos?~ (Q&A – FACIM – #307)
P #307: «Llevo más de un año estudiando Un Curso de Milagros. Durante los últimos meses, he tenido esta sensación extraña y maravillosa — mi cuerpo comienza a vibrar físicamente durante mis meditaciones matutinas y nocturnas. Siento que algo dentro de mí está a punto de despegar, como un avión, una especie de ingravidez interna. Después de mi meditación, me siento genial y lleno de energía. Pero en algún momento esta sensación que estoy experimentando me hace pensar y pensar de nuevo. Me pregunto si otros estudiantes están o han experimentado lo mismo que yo. También me pregunto si está bien sentirse así.»
R: «Aunque podría ofrecerse una variedad de explicaciones para explicar su experiencia con su cuerpo, todo lo que necesita saber es que nuestras propias mentes traducen cualquier experiencia de amor abstracto, como la que podemos experimentar en la meditación, en una forma que podamos aceptar, ya que nuestras mentes identificadas con el ego temen lo abstracto. A veces, la forma puede ser, como lo está experimentando, sensaciones en su cuerpo que le resultan agradables, incluso placenteras. Lo que será más útil de recordar cuando tenga tales experiencias es que desea estar dispuesto a dejar de lado cualquier juicio que pueda tener sobre ellos, ya sea como buenos o no buenos. O cualquier pensamiento que los convierta en un gran problema. Si disfruta de la experiencia, ciertamente no hay nada de malo en eso. Simplemente no desea hacer un altar a la experiencia y luego buscar eso, porque, por maravilloso que parezca, todavía está muy lejos de lo que Jesús nos ofrece en su Curso. Porque todavía es solo un símbolo específico, una forma temporal, a través de lo cual se permite sentir su consuelo curativo y amor ilimitado.
Para una discusión relacionada, vea la Pregunta #181.»
~ Dr. Kenneth Wapnick.
~ ¿Por qué el Curso parece despertar tal antagonismo en los no creyentes? ~ (Q&A – FACIM – #308)
P #308: «No estoy seguro de cómo presentar esta pregunta, porque cualquier cosa que diga probablemente sea proyección y/o un área de mi propia culpa no reconocida, alguna necesidad inconsciente de drama, ser víctima o mártir, alguna petición de ayuda en mí. Pero, por favor, explique la posición del Curso sobre por qué hay odio y, a menudo, crueldad de los demás cuando el Curso de Milagros se convierte en el camino de uno. Este ha sido mi camino desde 1986 y no se lo impongo a otros. Si me preguntan, hablaré sobre ello. Cuando pido ayuda, a menudo no escucho la respuesta o estoy demasiado molesta y atrapada por el miedo.»
R: «En primer lugar, será útil distinguir los sentimientos y reacciones de los demás de los suyos. Porque sus propias reacciones son todo lo que realmente necesita tener en cuenta. Cualquier sistema de pensamiento que amenace tan inflexiblemente el sistema de pensamiento del ego, como lo hace el Curso, tendrá que ser percibido como amenazante para cualquiera que todavía esté identificado con el ego. Así que, mientra trabajas con el Curso, ya sea que hable con otros de sus principios o no, ellos en algún nivel tendrán que reconocer la diferencia en usted en esos momentos cuando esté practicando el perdón y se identifique con tu mente correcta. Y si están amenazados por eso, entonces el odio y la crueldad — entre una variedad de reacciones del ego — son respuestas «naturales» y no inesperadas para proteger su identidad de ego. Como Jesús señala, «los que tienen miedo pueden ser crueles» (T.3.I.4: 2).
Nada de esto realmente tiene nada que ver con usted o con sus propias lecciones de perdón, a menos que a su vez reaccione a sus reacciones hacia usted. Porque ahora está en la mente errada y se está identificando con la culpa que existe por la separación y el ataque a Dios que cree que es real. Pero esto no es nada de lo que avergonzarse o pedir disculpas. Todos los que todavía creemos que estamos aquí en este mundo en el cuerpo tenemos mentes sin curar que creen en la realidad de nuestra propia culpa. Y cualquier experiencia que nos permita ponernos en contacto con esa culpa — que se proyectará automáticamente hacia los demás si no somos conscientes de su origen en nuestra propia mente — puede ser muy útil. Así que bendiga a sus hermanos por ser las pantallas de sus propias proyecciones, porque cuando reacciona ante ellos con disgusto y miedo, sintiéndose una víctima o un mártir, está descubriendo lo que su ego ha querido ocultarle, si está dispuesta a verlo de esa manera. Y cada vez que recuerdes y esté lista, puedes mirar la culpa que ya no está enterrada con Jesús o el Espíritu Santo, quien le recordará que todo es una invención. Es posible que inicialmente no pueda acceder a esta ayuda cuando esté en medio de la confrontación con otra persona, pero lo único que importa es que, en algún momento, recuerde que tiene una opción diferente sobre cómo puede percibir esa interacción. Y eso abre la puerta a la ayuda que siempre está disponible para nosotros.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo podemos saber si realmente estamos llevando el problema a Jesús? ~ (Q&A – FACIM – #309)
P #309: «Se sigue enfatizando en las respuestas aquí que necesitamos llevar nuestros pensamientos de ego al amor de Jesús en nuestras mentes correctas. ¿Cómo sabemos que estamos haciendo eso? Lo que quiero decir es que no es como hablar con alguien en forma humana donde puedes verlo y escucharlo y hablar directamente con él y saber que lo estás haciendo.»
R: «Aunque nunca podemos estar seguros en ningún momento si hemos alejado nuestras mentes del ego y nos hemos unido a Jesús, una de las indicaciones más claras es cuando sentimos una liberación de la pesadez y la tensión de los juicios a los que nos hemos aferrado. Porque eso al final es todo lo que es el perdón y, ya sea que estemos conscientes o no de unirnos a Jesús, lo conseguimos cuando dejamos de lado nuestros pensamientos de condena y ataque. Cuando somos honestos con nosotros mismos, siempre podemos ser conscientes de la tensión que tenemos (en nuestras mentes, proyectada en nuestros cuerpos) cuando juzgamos, ya sea el juicio negativo de odio y repulsión o el llamado juicio positivo de deseo y atracción — el sentimiento de que alguien o algo fuera de nosotros es lo que queremos y necesitamos. La tensión en todas sus innumerables manifestaciones es siempre una señal de conflicto y separación, ya sea que la interpretemos como buena o mala.
Jesús no es realmente una entidad separada o ser como su madre o mejor amigo, sino que es simplemente una presencia que podemos experimentar, con quien podemos relacionarnos en nuestras mentes, a un nivel personal, mientras todavía creemos que somos personas. Quizás haya tenido la experiencia al leer sus palabras en Un Curso de Milagros de que Jesús está allí con usted y que realmente le está hablando. No deje que su ego le engañe haciéndole creer que sólo es su imaginación. Esa experiencia es más real que todas las experiencias con otros cuerpos que buscamos para evitar nuestra soledad. La unión y la paz ocurren en la mente, y no entre los cuerpos. Es por eso que podemos sentirnos muy solos a pesar de estar rodeados de otros, si nuestros pensamientos son de separación y aislamiento. Y podemos sentirnos bastante contentos y completos simplemente pensando en alguien que no está físicamente presente de cuyo amor y aceptación estamos seguros. Jesús quiere que sepamos que, sin importar los caprichos y vacilaciones del amor mundano, su amor siempre es constante, siempre está ahí. En esos momentos en que lo dudamos, simplemente podemos tomar su libro y leer sus palabras y sus promesas. Hay muchos, pero considere este pasaje del final del libro de ejercicios: “No caminas solo. Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. Su Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te dejaré desamparado.” (W.ep.6: 6,7,8).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo puede un psicólogo ayudar mejor a un paciente? ~ (Q&A – FACIM – #310)
P #310: «He sido estudiante de Un Curso de Milagros por más de 10 años, y recientemente ingresé en un programa de doctorado en psicología clínica. Una de las dificultades que tengo es que estoy aprendiendo material psicológico que a menudo está en desacuerdo con el Curso. A nivel intelectual, entiendo y puedo aceptar las distinciones. Sin embargo, a veces no puedo, y esto me causa cierta frustración. Me preocupa cómo ayudar a otro, aunque también reconozco dónde está la respuesta: acudir y confiar en el Espíritu Santo. Incluso entiendo que gran parte de lo que estoy aprendiendo puede ser útil si se pone bajo la dirección del Espíritu Santo — el problema es que a menudo lo olvido. Supongo que mi pregunta es: si me inclino hacia una orientación y práctica psicológica particular, digamos psicoanálisis o terapia narrativa, ¿está bien seguir mi interés, pero con el Espíritu Santo como guía?»
R: «Nunca es la forma, sino únicamente el contenido lo que puede entrar en conflicto con el Curso. En otras palabras, es el propósito para el que usa la orientación y práctica psicológica particular lo que determina si estará o no en desacuerdo con el Curso, y no su modelo teórico particular de enfermedad y salud mental, con sus aplicaciones específicas. Úselo para propósitos del ego, y juzgará y atacará las diferencias que le ayuda a identificar entre usted y sus clientes. Úselo para el propósito del Espíritu Santo y lo verá como un medio para descubrir los patrones, tramas, esquemas y conspiraciones del ego, tanto en su cliente como en usted mismo, para que puedan ser liberados a la luz curativa del perdón.
Así que estudie cualquier modelo terapéutico que le atraiga y hágase tan bueno en su práctica como sea posible. El adiestramiento en los símbolos del mundo le permite aceptar un papel de enseñanza en el plan para la curación de la mente del Hijo (W.pI.184.9: 1,2). Simplemente nunca olvides que la única curación verdadera proviene del único Terapeuta que sabe que ninguna curación es necesaria. Su papel es convertirse en un instrumento para esa curación permitiendo primero que se cure su propia culpa y pensamientos de ataque. Cuando se han eliminado sus propios bloqueos, el amor sanador puede simplemente fluir a través de usted (T.9.V.7,8).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Todos tienen un papel que desempeñar en el mundo? ~ (Q&A – FACIM – #311)
P #311: «Es obvio que Helen y Bill tenían propósitos específicos e individuales al traer Un Curso de Milagros al mundo, además del propósito que todos compartimos, que es perdonar y despertar para conocernos como el Hijo uno de Dios. Puedo presumir, como dice el Curso, que todos tenemos un pepel individual que desempeñar en el plan de Dios para la salvación; pero ¿eso también significa un papel en el mundo?»
R: «Puesto que el Curso enseña que el mundo es una ilusión, fabricado por la mente del Hijo separado como un ataque contra Dios (W.pI.155.2:1, W.pII.3.2:1), se deduce que ello «no» nos dice que el plan de Dios para la salvación significa que tenemos un papel específico que desempeñar en el mundo como individuos. Es importante recordar que el Curso se dirige a la mente; específicamente, a la parte tomadora de decisiones de la mente, porque nada existe fuera de ella: “La mente se extiende hasta sí misma. «No» se compone de diferentes partes que se extienden hasta otras. No sale afuera. Dentro de sí misma es ilimitada, y no hay nada externo a ella. Lo abarca todo. Te abarca completamente: tú te encuentras dentro de ella y ella dentro de ti. No hay nada más en ninguna parte ni jamás lo habrá.” (T.18.VI.8: 5,6,7,8,9,10,11). Cada referencia a nuestro rol o función en el mundo, por lo tanto, debe interpretarse teniendo en cuenta estos principios metafísicos. Solo hay un papel que Dios nos asignó: ser Su Hijo inocente. La función del Espíritu Santo es curar la mente del pensamiento de separación, y nuestra única función es aceptar esta curación a través del perdón. Muchos pasajes en el Curso parecen implicar que cada individuo tiene un papel específico y único proveniente de Dios: “A cada cual Él (el Espíritu Santo) le asigna una función especial en la salvación que sólo él puede desempeñar, un papel exclusivamente para él.” (T.25 .VI.4: 2), (Ver también: T.25.VI.7). Sin embargo, este «papel» es aceptar la Expiación «para sí mismo». Es «especial», en otras palabras, «específico», porque hemos elegido identificarnos con nuestros cuerpos individuales en la ilusión, y nos hemos asignado diferentes roles a nosotros mismos y a cada cuerpo. Aunque estos específicos (ser un hijo, una hija, un padre, un maestro, una enfermera, un director ejecutivo) son irrelevantes para el resultado, son importantes porque constituyen el aula que el Espíritu Santo usa para enseñarnos la verdad sobre nosotros mismos. Cada parte de la Filiación, por lo tanto, tiene que desempeñar su parte aceptando la Expiación «como un individuo» en su aula específica y, como usted menciona, aceptando finalmente su único papel e identidad como Hijo de Dios.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Está mal o es malo para mí perder o anhelar una relación? ~ (Q&A – FACIM – #312)
P #312: «Acabo de terminar una meditación sobre por qué no he tenido una relación íntima durante tanto tiempo. La mayoría de las razones que se me ocurrieron estaban basadas en el ego. Lo que no pensé que estaba basado en el ego fue que soy demasiado vago para poner todo el esfuerzo que se necesita. No sé si esta es una pregunta apropiada para hacer, pero pienso mucho en las relaciones y parece que no puedo evitarlo. Sé que el Curso dice que las relaciones especiales son solo un dispositivo para mantenerte alejado de la verdad y noto que el Curso de Milagros nunca aborda el tema del sexo o la sexualidad directamente, pero debo pedir alguna orientación aquí. Tengo estos deseos y no siento que se estén cumpliendo. Es difícil para mí creer que está mal tener estos sentimientos. Me estoy frustrando mucho con mi vida y con este Curso. ¿Estoy malinterpretando algo? ¿Creo que me falta algo? ¿Puede usted ayudarme?»
R: «Sí, suena como si estuviera haciendo una mala interpretación. Por cierto, no dices cuáles fueron los otros pensamientos que le surgieron en su meditación sobre tener una relación íntima, pero el que menciona todavía parece estar basado en el ego — ¡como si la madre de alguien juzgara! ¡Tenga la seguridad de que Jesús o el Espíritu Santo no suenan como las regaños de nuestras madres! Y la verdad es que es más probable que el miedo sea la razón por la que no experimenta una relación íntima, independientemente de las respuestas que crea haber escuchado.
Es verdad que el ego estableció las relaciones especiales para distraernos de la respuesta del Espíritu Santo — el Curso se refiere a ellas como «el regalo más ostentoso del ego» (T.16.V.3: 1), ya que ofrecen la esperanza de que podamos encontrar en otra persona el amor especial que Dios nunca podría darnos (T.16.V.4). Pero una vez que parecemos encontrarnos en el mundo de la separación, el Curso no enseña que las relaciones especiales deben ser evitadas o abandonadas. Por el contrario, se convierten en las aulas necesarias en las que aprendemos nuestras lecciones de perdón. En las propias palabras de Jesús: “He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas.” (T.17.IV.2: 3).
Entonces, si bien el Curso nos está diciendo que nuestras relaciones especiales — y eso incluiría aquellas que involucran sexo e intimidad física — no nos traerá el gozo del Cielo, en ninguna parte del Curso dice Jesús que esos sentimientos son incorrectos o malos o pecaminosos. Y además, a través de nuestra participación en esas relaciones, tenemos la oportunidad de sanar la culpa en nuestras mentes que hemos proyectado sobre ellos. Podría ser que nos sentimos víctimas ya sea por las relaciones especiales en las que estamos o hemos estado, o por el hecho de que ahora no estamos en las que creemos que queremos. Al final, las diferentes formas son todas iguales, pero en el camino, nuestra parte es simplemente estar dispuestos a estar abiertos a las relaciones que ya son parte de nuestras vidas. Para cada uno, ya sea que implique o no intimidad física, nos ofrecerá la oportunidad de encontrar el amor que siempre ha sido nuestro, simplemente enterrado y oculto bajo la culpa y el pecado en nuestras propias mentes.
Usted puede desear pedir entonces, no una relación específica, sino ayuda para liberar la culpa y el miedo que parecen estar impidiéndole experimentar el amor. Puede que se sorprenda de las oportunidades que aparecen en su vida cuando tiene esa disposición, pero no cometa el error de decidir y definir de antemano cómo deberían ser esas oportunidades. Confíe en que siempre encontramos lo que necesitamos para practicar nuestras lecciones de perdón, ya que estamos listos para dar nuestros próximos pasos.
Puede encontrar valiosa la reciente cinta de Ken Wapnick sobre «Forma versus Contenido: Sexo y Dinero» al pensar en sus problemas relacionados con las relaciones. También puede desear echar un vistazo a la Pregunta #184 para una discusión relacionada.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¡Ayuda! ¿Cómo evito un patrón desastroso recurrente en mi vida? ~ (Q&A – FACIM – #313)
P #313: «Me acabo de dar cuenta, con un poco de sorpresa, de que una serie de eventos que ocurrieron en mi vida — pérdida de amigos, mi trabajo, mi casa — hace unos cinco años, parece estar volviendo a desarrollarse de la misma manera, bajo circunstancias similares. Todo parece estar desmoronándose.
No quiero repetir esto porque lo que siguió hace cinco años fue el período más sombrío, solitario y azotado por la pobreza de mi vida. Siento que soy víctima de una gran estafa a la realidad y parece que no hay nada que pueda hacer para detenerlo y estoy aterrorizado. Parece que mi ego está tratando de protegerse intensificando masivamente su ataque para evitar que lo deje ir al crear malas circunstancias en mi vida. ¿Hay algo que pueda hacer para detener lo que está sucediendo? Un amigo sugirió que la primera vez que sucedió esto, tal vez debería haber elegido ir en una dirección particular de la vida, pero no lo hice, y ahora las circunstancias se repiten para poder tomar la decisión correcta esta vez. Tal vez me estoy dejando llevar por nada, pero si las cosas se desmoronan nuevamente y no puedo cambiarlas, sería bueno tener algo de paz interior con lo que está sucediendo.»
R: «No dice si es estudiante de un Curso de Milagros, pero su presentimiento sobre lo que su ego puede hacer sugiere que tiene más que un conocimiento pasajero de los principios del Curso. El Curso en sí dice que “las pruebas por las que pasas no son más que lecciones que aún no has aprendido que vuelven a presentarse de nuevo a fin de que donde antes hiciste una elección errónea, puedas ahora hacer una mejor y escaparte así del dolor que te ocasionó lo que elegiste previamente.” (T.31.VIII.3: 1). Pero siempre y solo se habla del «contenido» de nuestras propias percepciones de los demás, y del dolor que traen esos juicios, y «no de la forma específica» de los eventos que parecen desarrollarse en nuestras vidas. Y no hay nada en el Curso que diga que debe repetir el ciclo de dolor y sufrimiento hasta que lo haga bien, como si hubiera que pagar algún tipo de deuda kármica. Esto puede ser cierto dentro del sistema de pensamiento del ego, pero todo el propósito del Curso es exponer la locura del ego para que podamos elegir la cordura contra ese sistema de pensamiento.
¿Así que, qué debe hacerse? Lo que todos debemos aprender a hacer es tomar conciencia de nuestra propia decisión interna de vernos a nosotros mismos como pecadores culpables que merecen ser castigados por todas nuestras transgresiones, comenzando con nuestro supuesto ataque contra nuestro Padre que solo nos extiende Su Amor. Que creemos en el fondo que hemos atacado al amor es cierto, pero necesitamos traer esa creencia a nuestra conciencia para que podamos cuestionar su validez, así como el sufrimiento y el dolor que creemos que requiere. Porque no hay inevitabilidad en los eventos de nuestras vidas. Y aún más al punto, no hay inevitabilidad en la interpretación que damos a los eventos de nuestras vidas. En otras palabras, podemos sentirnos víctimas de lo que parece estar ocurriendo en nuestras vidas, pero esa interpretación de la victimización no es más que eso — una interpretación. Y si estamos dispuestos a aceptar nuestro papel en dar esa interpretación a los acontecimientos externos, entonces podemos unirnos a Jesús y permitirle ofrecer una interpretación diferente en la que nadie sea culpable, incluidos, y especialmente, nosotros mismos.
Entonces, si puede comenzar a reconocer que es su ego el que está avivando sus temores respecto al futuro, basándose en una premisa defectuosa sobre usted mismo, puede comenzar a cuestionarse si desea continuar escuchando esa voz. Porque esa voz nunca nos desea bien a ninguno de nosotros (T.15.VII.4: 3). Pero hay otra Voz, una vez que descarta la del ego, que sólo quiere su perfecta felicidad (W.pI.101).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Mi ira y odio al mal me impide perdonar. ~ (Q&A – FACIM – #314)
P #314: «Un problema que no desaparecerá, no importa lo que haga, concierne al mal en las personas en mi vida: abuso, negligencia, egoísmo. Quiero perdonar, pero con toda honestidad no puedo, porque por dentro estoy enojado y odio el mal. La oración me da mucha reafirmación del amor. Quiero este amor de la gente. También le tengo miedo a la gente. ¿Cómo puedo atravesar este muro que obstruye mi paz?»
R: «Este tipo de situación suele ser difícil de resolver. Requiere mucha paciencia y gentileza consigo mismo. Perdonar, por supuesto, nunca significa que niegue los «hechos objetivos» — el abuso, la negligencia y el egoísmo. Pide que traiga su ira y sus sentimientos de victimización a la presencia amorosa y no-juzgadora dentro de usted, y que simplemente se observe a sí mismo responsabilizando a los demás por su falta de paz. Si intenta perdonar cuando realmente no quiere, está luchando contra sí mismo y terminará sintiéndose más culpable, lo cual no es algo amable para con usted mismo. Aferrarse a la culpa y la ira no es pecaminoso y no tiene ningún efecto en el amor de Jesús por usted; simplemente evita que esté tranquilo y experimente ese amor, como ya sabe. Eso es todo.
Cuando esté en contacto con sus sentimientos sobre el mal, es posible que recuerde el consejo de Jesús con respecto a la elección original de separarnos de Dios: “No llames pecado a esa proyección sino locura, pues eso es lo que fue y lo que sigue siendo. Tampoco la revistas de culpabilidad, pues la culpabilidad implica que realmente ocurrió. Pero sobre todo, «no le tengas miedo».” (T.18.I.6: 7,8,9). Si odia el mal, tiene miedo de él y ha olvidado que cuando el amor lo mira, sólo ve una diminuta y alocada idea que no tiene poder para afectar el amor de ninguna manera. Eso significa que la verdad sobre usted no ha sido tocada por lo que ha percibido como malvado en los demás. La parte de usted que teme esa verdad continúa viendo el mal como real y poderoso, y capaz de debilitarle.
Finalmente, un terapeuta o consejero puede ayudarlo a recuperar algo de su fuerza interior y trabajar con usted en su miedo a las relaciones. Luego, podría examinar los problemas más profundos y aplicar los principios de Un Curso de Milagros.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo puedo lidiar con una mala imagen de uno mismo? ~ (Q&A – FACIM – #315)
P #315: «Tengo un problema relacionado con otras personas. Cuando hablo con ellos me siento como una piedra y la situación parece ser poco realista. Me da vergüenza cuando las personas me hablan, o quieren algo, o cuando creo que hice algo mal. ¿Cómo puedo lidiar con esta situación? Percibo que es mi miedo a Jesús y una defensa contra mi culpa interior, pero me siento tan impotente.»
R: «Sí, su dificultad para relacionarse con otras personas probablemente provenga de su culpa interior. La culpa resulta en una pobre imagen de uno mismo que le hace sentir inferior a los demás y temerlos. Simplemente siga trabajando en sus lecciones y pida ayuda para liberar su culpa. Sea amable consigo mismo y confíe en que hay una presencia amorosa y curativa dentro de usted que ve más allá de su culpa y miedo. Controle su ansiedad lo mejor que pueda. Luego, a medida que se sienta mejor consigo mismo, la ansiedad desaparecerá gradualmente.
También puede considerar obtener ayuda de un servicio de asesoramiento profesional. A menudo tienen formas efectivas de ayudarlo con su autoestima y su auto-imagen.»
~ Dr. Kennneth Wapnick
~ ¿Cuál es el significado de «No creas que fuiste tú quien hizo el mundo»? ~ (Q&A – FACIM – #316)
P #316: «La lección 184, párrafo 8, comienza con: “No creas que fuiste tú quien hizo el mundo. ¡Las ilusiones, sí!” He estado estudiando Un Curso de Milagros durante algún tiempo y tenía el entendimiento de que Dios no creó el mundo, sino que nosotros lo hicimos como el ego. Nosotros, el ego, hicimos (creamos falsamente) el mundo en el que expresar nuestra separación. El párrafo 8 parece decir que no hicimos el mundo, pero hacemos las ilusiones que vemos que no son como Dios (el dolor, el sufrimiento, la carencia, incluso el amor, etc.). ¿A qué se refiere el Curso como el mundo y qué creó Dios y qué creó el ego?»
R: «Dios crea solo como Él Mismo. Por lo tanto, Sus creaciones son la extensión de Su infinito Amor y Vida eterna. Están en el Cielo, que es el estado de perfecta Unicidad, y no tienen nada que ver con este mundo finito, ni pueden ser entendidos en términos de nada en este mundo, porque este mundo fue generado por el pensamiento de que Dios ha sido destruido. (una imposibilidad, por supuesto).
El mundo que «no» hicimos es el mundo real. El Espíritu Santo es el hacedor del mundo real, que es el resumen de Su enseñanza que el mundo es un aula en la que aprendemos que todo esto es una ilusión. En la sección llamada «Percepción y elección» en el texto, Jesús habla del Espíritu Santo como el «Hacedor del mundo», con una H mayúscula (T.25.III.4,5,8). En esos pasajes, es inequívocamente claro que el «Hacedor del mundo» es el Hacedor del mundo real. Y el Espíritu Santo es llamado Hacedor, no creador, porque Él hace una ilusión. El mundo real es una ilusión, pero es una ilusión útil. Así, cuando Jesús dice: “No creas que fuiste tú quien hizo el mundo. ¡Las ilusiones, sí!” no está hablando de la ilusión que es el perdón. El punto que está haciendo es que reconoceríamos que el cambio de percepción que nos permite ver el mundo como un aula de aprendizaje no proviene de nosotros. La fuente de ese cambio es el Espíritu Santo.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ El perdón aplicado a diferentes formas de ataque. ~ (Q&A – FACIM – #317)
P #317: «Mientras leía sobre el virus del SARS el otro día y cómo ataca a las células, mis pensamientos fueron al ataque en Irak y luego a mi historia personal de víctima de ataques de mis vecinos (y mi posterior ataque / defensa). ¿Podría comentar por favor sobre el perdón en relación con cualquiera de estas situaciones y la relación entre ellas?»
R: «Tiene razón al asociar las tres formas diferentes de ataque que menciona. El perdón se aplica a cada situación por igual, porque todas tienen el mismo contenido. En cada caso, hay víctimas aparentemente inocentes atacadas por fuerzas externas (victimarios), que causan sufrimiento. Todas las víctimas pueden hacer llorar a los justos del ego: “Mírame hermano, por tu culpa muero” (T.27.I.4: 6).
El perdón, como se enseña en Un Curso de Milagros, nos pide que tomemos conciencia de los sentimientos y juicios que surgen cuando consideramos cada uno de estos escenarios de ataque. Nuestras reacciones nos muestran las creencias que albergamos sobre nosotros mismos como víctimas inocentes, y nuestros juicios contra los victimarios. Primero se nos pide que reconozcamos estas creencias y luego que aprendamos a mirar más allá de las apariencias externas a la fuente real de sufrimiento, que es una decisión en la mente de hacer que la separación sea real. El perdón comienza asumiendo la responsabilidad de esta elección y sus efectos (sentirse atacado y victimizado), sin culpar a nadie ni a nada externo a la mente. Esto es lo que el Curso quiere decir con: «… perdona al Hijo de Dios por lo que él no hizo» (T.17.III.1: 5). Cualquier ataque percibido, cualquiera que sea la forma que adopte, es siempre un reflejo del ataque previo contra nuestra identidad como Hijo de Dios al elegir la separación en la mente. Esto es cierto para nosotros mismos, y para cualquier otra persona que percibimos como sufriendo a manos de otros. Los «otros» incluyen fuerzas militares, virus, vecinos, desastres naturales, etc. Nuestra responsabilidad como estudiantes del Curso es reconocer en nosotros mismos y en los demás el poder de la mente para elegir. Una vez que hemos hecho esto, entonces reconocemos que todos podemos usar este mismo poder de la mente para hacer otra elección. Mientras tanto, no negamos los pensamientos, sentimientos y juicios sobre la situación tal como la percibimos, y llevándolos al Espíritu Santo, nuestras mentes son libres para ser guiadas a actuar de la manera más amorosa.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Jesús parece referirse al alma. ¿Qué significa esto? ~ (Q&A – FACIM – #318)
P #318: «En C.1.3:2 dice que el término «alma» solo se usa en citas bíblicas directas. Sin embargo, he descubierto que Jesús usa el término varias veces a lo largo de Un Curso de Milagros sin citar directamente la Biblia. “Los más «religiosos» de los mitos basados en el ego, puede que postulen que el alma existía antes y que seguirá existiendo después de un lapso temporal de vida en el ego.” (T.4.II.9: 5).»
R: «Tiene razón al señalar que las referencias al término «alma» en el Curso no son citas directas. Sin embargo, todas menos una de las referencias se refieren a declaraciones bíblicas bien conocidas sobre el alma, como «perder tu alma» (T.12.VI.1). En la Clarificación de Términos se usa para contrastar el uso del Curso del término «espíritu». En esta sección no se refiere a ningún pasaje bíblico específico, sino que refleja los puntos de vista religiosos tradicionales del alma, incluida la creencia cristiana que se basa en las enseñanzas de la Biblia. Con suerte, encontrar estas imperfecciones no es un impedimento para aprender el mensaje del Curso y practicar sus enseñanzas. Eso ciertamente no beneficiaría al hombre o al alma.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué se entiende por «la mano que sostenemos es propiamente la Nuestra»? ~ (Q&A – FACIM – #319)
P #319: «En el extracto de «Jesús: La Manifestación del Espíritu Santo», en la página 6, usted declara “La meta, sin embargo, es darnos cuenta en última instancia de que la mano que sostenemos es propiamente la Nuestra” Y, más tarde, “Eventualmente, nos daríamos cuenta de que cuando tendemos la mano en busca de ayuda, realmente estamos tendiendo la mano hacia nosotros mismos.” ¿Podría por favor elaborar sobre estas declaraciones?»
R: «Un Curso de Milagros enseña que Jesús y el Espíritu Santo son símbolos que representan la parte de nuestras mentes que alberga el recuerdo de Dios y refleja Su Amor. Cuando habla de tomar la mano de Jesús o pedir ayuda, está haciendo uso de estos símbolos porque nosotros, que nos hemos disociado de nuestras mentes y estamos identificados erróneamente con el cuerpo, los necesitamos. Esto se describe mejor cuando el Curso nos dice: “Ni siquiera puedes pensar en Dios sin imaginártelo en un cuerpo, o en alguna forma que creas reconocer.” (T.18.VIII.1: 7).
Como creemos que somos cuerpos que viven en un mundo de forma, el Curso usa la forma para hacer que su mensaje sea personal y relevante para nosotros. Nos encuentra en el nivel de la forma porque es donde pensamos que estamos. También es más directo, por ejemplo, en pasajes que describen claramente la naturaleza de la mente y nuestra verdadera identidad (Ver: T.18.VI.8). No hay nada fuera de la mente y, por lo tanto, ninguna mano que tomar (ni la nuestra ni la de Jesús), y nada más que la mente misma para elegir la verdad o la mentira de separación del ego.
Ambas declaraciones que menciona se basan en este nivel de la enseñanza del Curso. Las palabras clave en las declaraciones son «en última instancia» y «eventualmente». Señalan el momento en que habremos aprendido que nuestra verdadera identidad es la mente. Sólo «entonces» nos daremos cuenta de que el poder de elección es nuestro, y todo lo que pedimos ha sido un recordatorio para nosotros mismos de que podemos volver a la mente para elegir nuestra unidad con Dios en lugar de la separación. Hasta entonces, debemos usar cualquier símbolo que nos sea útil, como tomar la mano de Jesús y pedirle ayuda al Espíritu Santo, para dejar de lado el miedo al poder de nuestras mentes.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿La idea de un «alma gemela» es incompatible con el Curso? ~ (Q&A – FACIM – #320)
P #320: «¿Qué enseña Un Curso de Milagros sobre tener un Alma Gemela (o Compañero del Alma)? ¿Se considera esto una relación especial?»
R: «Estimado Compañero: El curso no tiene nada en contra de tener un alma.
Hablando en serio, el Curso no se refiere específicamente a «Alma Gemela», pero en la medida en que el término significa que hay una persona especial que está destinada a satisfacer todas sus necesidades y cuyas necesidades debe satisfacer, sí, se consideraría un relación especial. Si el contexto es necesidades, compleción y dependencia, entonces el ego está involucrado. Las relaciones de amor especial tienen sus raíces en la creencia en la escasez — que hay algo que falta en nosotros que sólo puede ser llenado por una persona especial, de quien dependemos para nuestro propio sentido de bienestar, felicidad, seguridad, etc. La mayoría de las relaciones románticas comienzan de esta manera, pero pueden ser transformadas cambiando el propósito del ego por el del Espíritu Santo, que sería ver que ambos miembros de la pareja comparten la misma mente errada y la misma mente correcta, y que sus intereses son compartidos, no separados.
Por otro lado, puede haber una atracción intensa hacia otra persona porque en un nivel profundo hay cierto reconocimiento de que esta es la persona con la que va a trabajar sus lecciones de perdón (M.3.5: 2). La atracción es realmente al llamado más profundo del Amor del Espíritu Santo, que luego se convertiría en el centro de la relación. A diferencia de la noción de compleción del ego, que refuerza la separación a través de la dependencia, la compleción en una relación centrada en el perdón es simplemente la manifestación de la plenitud de nuestro verdadero Ser, que ya no elegimos separar.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo podría Dios crear algo que, a su vez, podría crear? ~ (Q&A – FACIM – #321)
P #321: «¿Cómo puede un ser crear un ser con la capacidad de crear si ese ser original no fue creado?»
R: «La creación no puede entenderse desde nuestro punto de referencia como seres humanos, porque no tiene nada que ver con el mundo de la separación y los individuos, y por lo tanto no tiene contrapartida en ese mundo. Tiene significado sólo dentro de la Deidad, que por su propia naturaleza se extiende a sí misma eternamente en creaciones. Nuestro marco conceptual humano se estableció intencionalmente como un sustituto de la verdad del Reino de Dios y para mantener la realidad oculta para siempre de nuestra conciencia. Por lo tanto, nuestras mentes no sanadas no pueden comprender lo que hemos sellado deliberadamente. Jesús habla de esto al comienzo de la Lección 192: “La santa Voluntad de tu Padre es que tú lo completes, y que tu Ser sea Su Hijo sagrado, por siempre puro como Él, creado del Amor y en él preservado, extendiendo amor y creando en su Nombre, por siempre uno con Dios y con tu Ser. Mas ¿qué sentido puede tener tal función en un mundo de envidia, odio y ataque?…Tienes, por lo tanto, una función en el mundo de acuerdo a sus propias normas. Pues, ¿quién podría entender un lenguaje que está mucho más allá de lo que buenamente puede entender?…Lo que la creación es no puede ni siquiera concebirse en el mundo. No tiene sentido aquí. El perdón es lo que más se le asemeja aquí en la tierra.” (W.pI.192.1; 2: 1,2; 3: 1, 2,3).
Jesús describe la creación, pero sólo brevemente, ya que sabe que prácticamente no tiene sentido para nosotros en nuestra condición actual. Una visión similar de la naturaleza de la creación se presenta anteriormente en el libro de ejercicios: “Dar verdaderamente equivale a crear. Extiende lo que no tiene límites a lo ilimitado, la eternidad hasta la intemporalidad y el amor hasta sí mismo. Añade a todo lo que ya está completo, mas no en el sentido de añadir más, pues eso implicaría que antes era menos. Añade en el sentido de que permite que lo que no puede contenerse a sí mismo cumpla su cometido de dar todo lo que tiene, asegurándose así de que lo poseerá para siempre.” (W.pI.105.4: 2,3,4,5 ) Estas descripciones nos apuntan a una realidad que no tiene contrapartida en este mundo. La creación es una extensión, pero es completamente no espacial, no lineal y no cuantitativa.
El dilema que expresó, por supuesto, ha sido objeto de muchos tratados filosóficos/teológicos a lo largo de los siglos. Curiosamente, algunos pensadores medievales de la tradición franciscana hablaron de la «auto-difusión del amor». El amor no es amor a menos que se extienda a sí mismo. Y en la tradición tomista (Santo Tomás de Aquino), el razonamiento expuesto es que a menos que haya al menos un ser autosuficiente, nada existiría. Ese ser autosuficiente tendría que ser infinito (sin limitación) y, por lo tanto, puede extender su ser de cualquier manera. Sin embargo, con este tipo de especulación sólo podemos llegar hasta cierto punto, porque nuestra limitada perspectiva siempre nos haría antropomorfizar todo lo que concebimos.
Podría ser útil leer la introducción a la clarificación de términos, que aborda la terminología en Un Curso de Milagros y su preocupación exclusiva.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ La dificultad de vernos a nosotros mismos como causa, en lugar de efecto.~ (Q&A – FACIM – #322)
P #322: «Una sección en el Capítulo 21 del texto de Un Curso de Milagros que tiene un significado particular para mí es «Somos responsables de lo que vemos». Ilustra la incomodidad que resulta de darse cuenta de que las decisiones que parecen ser tomadas por mí en realidad están siendo tomadas en otro nivel, un nivel que desconozco por completo como el tomador de decisiones. El «yo» y las decisiones que «yo» parezco tomar son meramente los efectos en la forma de decisiones en favor de la culpabilidad o la inocencia tomadas en otro nivel. La declaración, “Es tan esencial que reconozcas que tú has fabricado el mundo que ves, como que reconozcas que tú no te creaste a ti mismo. Pues se trata del mismo error”, toca este tema y agradecería cualquier comentario o explicación sobre su significado.»
R: «En particular, estas dos oraciones nos dicen que debemos aceptar que nosotros, como la mente dividida, somos «causa» y no «efecto» dentro del sistema de pensamiento del ego, para que podamos dejar ir el mundo como una defensa contra nuestra verdadera Identidad y reconocer que, en realidad, dentro del Cielo, somos «Efecto» y no «Causa». Vemos aquí, tan claramente como en cualquier lugar, la locura del sistema de pensamiento del ego. La separación parece haberse producido porque hemos resentido de ser el creado y no el Creador — Efecto y no Causa, Hijo y no Padre.
Así que buscamos hacer una nueva identidad separada para nosotros mismos sobre el cadáver asesinado de Dios — claramente aquí estamos en un sistema de pensamiento ilusorio que cree que la separación de nuestra Fuente es posible y que el asesinato y la muerte son reales. Las ilusiones son inestables (T.19.4.A.8:4) y necesitan protección constante para ser mantenidas, y así, en confabulación con el ego, inventamos una historia salvaje de venganza y defensa, y hacemos un mundo en el que esconderse, así como otra falsa identidad – un yo físico con su propia personalidad distinta – para esconderse detrás. Olvidamos completamente que somos la mente que ha soñado esta demente alucinación y en cambio creemos que estamos a su merced — efecto en lugar de causa. De ahí la locura de todo, porque nos propusimos ser nuestra propia causa y nos hemos convencido de que lo hemos logrado. Pero luego renunciamos a la conciencia de ese «poder» y aceptamos, en cambio, una visión de nosotros mismos como efectos del mundo que fabricamos, para proteger nuestra individualidad y cubrir la fuente real del dolor de la separación — nuestra propia elección de vernos a nosotros mismos como separados del Amor. Vemos el mundo como la causa de todo nuestro dolor para que nunca lleguemos a la fuente en nuestra propia mente — tanto del mundo como del dolor — donde podríamos tomar una decisión diferente sobre nosotros mismos y la culpa que creemos que es tan real.
Como señala la declaración que usted cita, negar que somos la causa y no el efecto del mundo no es más que una tapadera sobre nuestro deseo de hacer un mundo propio fuera del Cielo y negar nuestra verdadera Identidad como la creación de Dios, Cristo – cada uno es sólo un aspecto diferente del mismo error. Pero, como su pregunta enfatiza, el cambio de perspectiva de vuelta a la mente no se logra fácilmente, ya que nuestras identidades están bien arraigadas en el mundo y hemos buscado vernos a nosotros mismos como efectos sin mente o víctimas de ese mundo. Y así, Jesús nos saca de nuestra prisión autoimpuesta invitándonos a dar pequeños y gentiles pasos en el camino del perdón, donde aprendemos a ver nuestros intereses y nuestras metas como compartidos con todos nuestros hermanos en lugar de como separados. Esos pequeños pasos gradualmente deshacerán el miedo y la culpa en nuestras mentes para que podamos reconocer primero el «poder» de nuestra mente para soñar con un mundo que parece poderoso y real mientras permanecemos en el sueño, y luego reconocer que, dado que es sólo un sueño y somos el soñador, no hemos sido la causa de nada real. Y así hemos sido por siempre los Efectos amorosos de un Padre que nunca ha cambiado de parecer acerca de Su Amor por nosotros.
Para obtener más información sobre el poder de decisión de la mente, puede consultar la Pregunta #226.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Por qué el Curso usa el término «Hijo» de Dios? ~ (Q&A – FACIM – #323)
P #323: «Al hablar sobre Un Curso de Milagros, le digo a la gente que todos somos criaturas de Dios. ¿Por qué siempre se usa el Hijo de Dios y no la criatura unisex de Dios? El término Hijo de Dios no es tan familiar para las hijas de Dios, mientras que criatura de Dios es para todos nosotros. Si el Curso viene de Dios, ¿por qué excluir a la mitad de la raza humana?»
R: «Es importante aclarar, en primer lugar, que Un Curso de Milagros no proviene de Dios. Viene de Jesús, quien simboliza la parte de la mente de la Filiación que recuerda a Dios y conoce nuestra verdadera identidad como Hijos inocentes de Dios. Dios no sabe sobre el mundo o nuestra separación ilusoria de Él.
Para obtener una respuesta completa a su pregunta sobre el uso del lenguaje masculino en el Curso, consulte la Pregunta #5.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
Cualquier paz que veo parece ser temporal. ¿Por qué? ~ (Q&A – FACIM – #324)
P #324: «A veces siento que elegir ver paz, para mí, es una especie de negación. Sé que puedo mirar una situación y elegir ver paz. Y a menudo lo hago, y la tensión se alivia y mi pensamiento de paz trae un sentimiento de paz. Pero a veces me sorprende una avalancha de sentimientos de miedo y enojo y culpa en una situación difícil en curso que pensé que estaba cerca de ser curada, y luego siento como si hubiera estado negando esos sentimientos para ver paz. Me parece que para curarlos tengo que estar en los sentimientos por un tiempo, no tratar de ver paz, sino realmente sentir el miedo y no estar en paz por un tiempo. Siento que si trato de ver paz en el instante en que me siento ansioso, simplemente estaré encubriendo el miedo y no tendré claro lo que estoy trayendo a la luz para ser sanado. No estoy en el punto en el que realmente pueda mirar el miedo y estar en paz al mismo tiempo. ¿Es esto coherente con el camino de Un Curso de Milagros?»
A: «Una pregunta muy honesta y reflexiva. Es cierto que nuestros egos pueden engañarnos a veces para creer que hemos tomado una decisión por la paz cuando todo lo que realmente ha sucedido es que hemos descubierto cómo salimos con la nuestra. Sin embargo, no desea descartar todos sus momentos de paz como fraudulentos, simplemente porque aún no son permanentes. Como resultado de nuestro miedo a lo que la paz genuina trae consigo — una desidentificación con el yo que creemos que somos — vacilaremos entre la paz y el conflicto a medida que avance nuestro aprendizaje. El hecho de que el miedo en una situación particular, recurrente y difícil parezca tan intenso como siempre no invalida ninguna experiencia de paz que hayamos tenido en una situación similar en el pasado.
Cada sistema de pensamiento — el del ego y el del Espíritu Santo — es total, y cualquiera que elijamos, cuando lo hayamos elegido, en ese momento estamos completamente identificados con él, sin importar nuestras elecciones en el pasado, y podemos experimentar toda la gama de sentimientos que acompañan a esa elección. Es útil recordar también que nunca es la situación externa la que causa nuestra pérdida de paz — la situación no es más que un símbolo sobre el cual elegimos proyectar nuestra culpa enterrada. Entonces, el miedo realmente proviene de la percepción interna de que somos pecadores y culpables por atacar a Dios y merecemos ser castigados. Cualquier situación externa puede convertirse en la pantalla en la que proyectamos ese pensamiento — ¡algunos son simplemente símbolos más poderosos y resistentes al perdón!
Ahora, habiendo dicho todo eso, es importante añadir que, sí, necesitamos mirar honestamente nuestra culpa y miedo antes de que podamos liberarlos a la luz. Elegir la paz no es simplemente una fórmula para ser cantada cada vez que nuestra culpa y miedo se acercan a la superficie con el fin de empujar los sentimientos hacia abajo. Y la verdad es que queda una parte de nosotros que no quiere paz mientras estemos identificados con el ego. Jesús deja esto muy claro en las primeras líneas de la Lección 185: “Deseo la paz de Dios. Decir estas palabras no es nada. Pero decirlas de corazón lo es todo.» (W.185.1.h, 1,2). Aprendemos a querer la paz mirando lo que hemos elegido en su lugar y reconociendo el costo. Y con el tiempo, a medida que nos permitamos mirar honestamente lo que hemos elegido sin juzgarnos por esa elección, la alternativa real será cada vez más deseable.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿No es mirar nuestros egos lo mismo que «analizar la oscuridad»? ~ (Q&A – FACIM – #325)
P #325: «En la página 172 del texto de Un Curso de Milagros (T.9.V.6: 3) Jesús declara: «¿Puedes acaso encontrar luz analizando la obscuridad…?” Mi pregunta es: si vamos a mira nuestro ego como un proceso, ¿no es eso lo mismo que encontrar luz analizando la oscuridad?»
R: «El contexto de esa declaración es el sanador no sanado que ve la oscuridad como real y no como una defensa contra la luz, una expresión del único «pecado» en el Curso: hacer que el error sea real. Como Jesús nos dice en la «Canción de Oración»: ««No veas el error». No lo hagas real.» (S.2.I.3: 3,4). En la sección del texto a la que se refiere, Jesús señala las limitaciones y errores de los terapeutas y teólogos que intentan sanar a otros sin haber visto primero sus propios errores y llevarlos a la presencia sanadora en sus mentes correctas. Por lo tanto, no saben nada de ese verdadero proceso correctivo, y como resultado terminan haciendo que sus egos los dirijan mientras intentan curar a otros. Si sabe que la oscuridad del ego (la mente errada) es simplemente una defensa contra la luz del Espíritu Santo (la mente correcta) y que podemos elegir entre estos estados, entonces analizar la oscuridad puede ser útil para identificar las elecciones que hacemos. Entonces podemos reconsiderar nuestras decisiones. Pero si no somos conscientes de la luz y la capacidad de toma de decisiones de nuestras mentes, entonces analizar la oscuridad sería inútil, en última instancia. Puede haber algo de alivio del dolor, pero no habría una verdadera curación. En ese sentido, no puede encontrar luz analizando la oscuridad.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Alguno de los estudiantes del Curso ha logrado el instante santo? ~ (Q&A – FACIM – #326)
P #326: «¿Conoce a personas que en el año de tomar Un Curso de Milagros hayan logrado la experiencia del instante santo?»
R: «Le remitimos a las Preguntas #26 y #104, que abordan este tema. La esencia de la experiencia es reconocer y aceptar el amor de Jesús como la única realidad en su mente. Esto ocurre a través de elegir contra la forma de percibir del ego, que siempre enfatiza las diferencias y la separación, y en cambio ve sus intereses y necesidades como iguales a los de los demás. Es una elección hecha en la mente y, por supuesto, puede ocurrir en cualquier momento. En el manual para los maestros, Jesús habla sobre diferentes niveles de relaciones, el primer nivel es «…lo que parecen ser encuentros fortuitos: el encuentro de dos supuestos extraños en un ascensor «por casualidad»; el niño que sin mirar adonde va se tropieza con un adulto «por accidente»; dos estudiantes que «de pronto» se encuentran caminando juntos a casa… Quizá los dos supuestos extraños en el ascensor se sonrían el uno al otro; tal vez el adulto no reprenda al niño por haber tropezado con él, y tal vez los estudiantes se hagan amigos. Es posible, incluso en el nivel de encuentro más fortuito, que dos personas pierdan de vista sus intereses separados aunque sólo sea por un instante.» (M.3.2: 2,5,6). El instante santo es ese momento. Hay muchas otras expresiones de esto también. Puede ocurrir en cualquier momento durante el proceso espiritual, y uno no necesita ser un estudiante del Curso para tener esta experiencia. Muchos, muchos estudiantes lo han hecho.
Finalmente, aunque hay 365 lecciones y el Curso se presenta como un programa de un año, es importante tomar nota de lo que Jesús nos dice en la primera oración después de la última lección: «Este curso es un comienzo, no un final»(M.ep.1: 1). El entrenamiento se completa cuando el instante santo se convierte en nuestra «única» experiencia. Ya no vemos ningún valor en la elección del ego en lugar del amor de Jesús en nuestras mentes.Vamos de un lado a otro de esa manera hasta que hayamos dejado ir toda creencia en la realidad de la separación, el pecado, la culpa y el miedo.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo puede la unidad ser compatible con seres individuales? ~ (Q&A – FACIM – #327)
P #327: «Agradecería algunas aclaraciones sobre el concepto de unidad y el siguiente extracto del texto de Un Curso de Milagros: «Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente» (W.4.VII.5 : 1).»
R: «Jesús simplemente está usando las palabras de nuestro sistema de pensamiento simbólico y dualista para asegurarnos de que liberar nuestra inversión e identificación con el ego no resultará en una pérdida real o significativa. El concepto de holograma puede ser útil aquí, porque Jesús en esencia está diciendo que el todo está contenido en cada parte. En realidad, cualquier experiencia de unidad debe estar más allá de todos los conceptos que podamos emplear para intentar describirla. Es simplemente una experiencia de amor total que no conoce límites, diferencias, ni percepción de otro. Que no abarca la individualidad en ningún sentido real queda claro en las palabras de Jesús más adelante en el Curso:
“La unidad es simplemente la idea de que Dios es. Y en Su Ser, Él abarca todas las cosas. Ninguna mente contiene nada que no sea Él. Decimos «Dios es», y luego guardamos silencio, pues en ese conocimiento las palabras carecen de sentido. No hay labios que las puedan pronunciar, ni ninguna parte de la mente es lo suficientemente diferente del resto como para poder sentir que ahora es consciente de algo que no sea ella misma. Se ha unido a su Fuente, y al igual que ella, simplemente es.” (W.pI.169.5).
Pero Jesús también es consciente de nuestro deseo desesperado de aferrarnos al sentido de una identidad separada, por lo que nos asegura: “No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad.” (T.16.VI.8: 1 ) En otras palabras, cualquier cambio hacia la liberación del ego es completamente nuestra elección. Si no fuera así, seríamos víctimas de fuerzas más allá de nuestro control, una situación totalmente antitética a las gentiles enseñanzas del Curso sobre el perdón.
Vea la Pregunta #17 para una discusión relacionada sobre cómo liberar nuestro sentido de individualidad.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Si todo es ilusión, ¿cómo puede existir el Curso? ~ (Q&A – FACIM – #328)
P #328: «Dos preguntas relacionadas con la existencia:
- Hace poco, un amigo me presentó a Un Curso de Milagros, pero sigo confundido por las declaraciones, por ejemplo, «todo el universo físico es una ilusión». Si es cierto, entonces el Curso no existe, y si no existe, nadie podría estudiar el Curso o recibir ayuda de él. Pero si existe, entonces el Curso es incorrecto porque algo en todo el universo físico no es una ilusión. ¿Existe Un Curso de Milagros?
- Dado que Dios no sabe de nuestra existencia en nuestro estado actual, ¿por qué la oración a Él hace algo? Además, si el Espíritu Santo fue creado para ocuparse de este desafío, entonces la existencia debe haber sido conocida.»
R: «La respuesta a estas preguntas radica en comprender lo que el Curso enseña sobre la realidad y la ilusión. La realidad se refiere a Dios y la vida que compartimos con Dios como su único Hijo en el Cielo. Sólo eso es real y sólo eso realmente existe. La metafísica del Curso nos dice que: “Una diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse, se adentró en la eternidad, donde todo es uno.” (T.27.VIII.6:2). La «diminuta y alocada idea» es el pensamiento de que el único Hijo puede estar separado de Dios. Elegir este pensamiento da como resultado lo que estamos experimentando como nuestras vidas como cuerpos en el universo físico. El Curso nos dice que es una ilusión, un sueño: “En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad.” (T.10.I.2: 1). Esta es la «explicación» del Curso para la «aparente» existencia del universo físico; esta es la ilusión. Sin embargo, como el Hijo no puede separarse del Padre, lleva consigo al sueño el recuerdo de Dios en su mente. El pensamiento de separación y el recuerdo de Dios son las dos partes de la mente dividida de la Filiación soñadora. Es muy importante recordar que «todo» esto es parte del sueño. Por lo tanto, no es «real» y no existe realmente. Aunque hemos elegido identificarnos con nuestros cuerpos, hay una parte de nuestra mente que recuerda quiénes somos realmente. El Curso se refiere a esta parte de la mente de la Filiación como la mente correcta. Como nos hemos disociado de nuestras mentes, nuestra mente correcta está simbolizada en el Curso por Jesús o el Espíritu Santo. Ellos son nuestros maestros en el sueño y Un Curso de Milagros es Su plan de estudios para que podamos “aprender que incluso la más tenebrosa pesadilla que perturba la mente del Hijo durmiente de Dios no tiene poder alguno sobre él. Él aprenderá la lección del despertar.” (T. 13.XI.9: 5, 6). Entonces, aunque Un Curso de Milagros no existe en realidad y es parte de la ilusión, su mensaje refleja el recuerdo de nuestra realidad y nos lleva a nuestro despertar del sueño de separación.
Las oraciones en el Curso que se dirigen a Dios el Padre son hermosas expresiones del contenido de la parte de nuestras mentes que recuerda a Dios. Están formulados de una manera que nos ayuda a recordar a Dios y a aprender que, a pesar de nuestra creencia en la separación, realmente no hemos abandonado nuestra Fuente. Tiene razón al decir que Dios en realidad no escucha estas oraciones. Son gentiles recordatorios para nosotros mismos en una forma que nos consuela, porque necesitamos saber que Dios no nos ha olvidado, aunque parece que nos hemos alejado y Lo hemos olvidado.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Es el matrimonio una relación especial? ~ (Q&A – FACIM – #329)
P #329: «Me está costando entender cómo el matrimonio no se considera una relación especial, o que realmente podría tener una relación sagrada con alguien.»
R: «La mayoría de los matrimonios comienzan como relaciones especiales, pero no necesitan permanecer en ese nivel. El especialismo reside en el propósito o el contenido, en oposición a la forma; y el propósito o contenido proviene del maestro que hemos elegido en nuestras mentes — ya sea el ego o Jesús. Esa es la clave. Por lo tanto, puede casarse con una persona y pasar la mayor parte de su tiempo con esa persona, pero si el contenido detrás de la forma se basa en el amor sanador de Jesús en su mente correcta, entonces no excluiría a nadie de su amor, o de su amabilidad, generosidad, cuidado, etc. Esto obviamente no significa que tenga que incluir a todos los demás en el mundo en su mesa, en su habitación o en el banco cuando cobra su cheque de pago. Es importante recordar siempre que las relaciones están en la mente y que generalmente no podemos discernir el contenido simplemente observando la forma. La relación se hace «sagrada» al cambiar del propósito del ego para la relación al propósito del Espíritu Santo, y su pareja ni siquiera tiene que ser consciente de esto. El propósito del ego es reforzar la separación y el especialismo, y el propósito del Espíritu Santo es deshacer todo eso.
El matrimonio, por lo tanto, puede ser un excelente salón de clases para aprender a relacionarse sin un sentido de exclusión o especialismo. Es posible que la forma no cambie en absoluto, pero su motivación e interpretaciones sí lo harían. Todavía haría las mismas cosas, tendría la misma intimidad y el mismo enfoque en la familia, o lo que sea, pero pediría ayuda para cambiar del propósito del ego al del Espíritu Santo. Luego miraría con el amor de Jesús a su lado toda la manipulación, el especialismo, la culpa y la victimización que son parte normal de las relaciones en el mundo del ego. Y cuando mira todo eso sin juzgar, su mente se liberará para dejar que el amor de Jesús fluya a través de usted como el contenido de todos sus pensamientos; y luego estos pensamientos dirigirían todas sus interacciones.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Puede comentar sobre las ideas de Krishnamurti acerca del miedo y la autoridad? ~ (Q&A – FACIM – #331)
P #331: «Krishnamurti, en uno de sus libros, dice que todo miedo llega a su fin en el instante en que toda autoridad psicológica, incluyendo la nuestra, termina en la mente. Sin autoridad, ¿cómo puede haber miedo? También menciona que todo miedo llega a su fin en el instante en que te das cuenta de que eres el autor del mismo. Dijo que esto ni siquiera toma un día. Tal vez solo diez minutos para verlo claramente. ¿Puede comentar sobre las ideas anteriores? Por último, si no hay pensamientos de especialismo, ¿por qué tenemos que renunciar a ellos? ¿Eso no refuerza el ego haciéndolo real?»
R: «Krishnamurti y Un Curso de Milagros no dicen nada muy diferente entre sí. El Curso simplemente añade una mitología del ego para ilustrar los orígenes de la «dinámica» del miedo. Con la creencia en la separación, el Curso dice que hemos fabricado la idea de una autoridad juzgadora superior separada — el dios del ego, que en realidad no es más que una proyección de nuestro propio deseo de tomar la autoridad/autoría de Dios, nuestra Fuente (T. 3.VI.7,8) — muy real en nuestras mentes. Y permanecemos en desacuerdo con esta autoridad siempre que busquemos mantener nuestra propia existencia individual y así ver esta autoridad controladora como algo separado de nosotros mismos. El miedo entonces es inevitable, porque el yo ilusorio y fragmentario que creemos que somos debe parecer muy vulnerable si queremos negar nuestro papel en la toma de la autoridad para nosotros mismos. Proyectamos la responsabilidad del ataque fuera de nosotros mismos para aliviar nuestra culpa.
La única Autoridad real es el Dios de Amor totalmente benigno en Quien encontramos nuestro ser más allá de cualquier concepto de separación e individualidad. Y el miedo es imposible en este perfecto estado de Unidad en el que no puede haber nada aparte del Ser para temer. Y así, en cualquier momento, cuando liberamos nuestra creencia en intereses separados y autoridad conflictiva — la nuestra y la de cualquier otra persona — y vemos nuestro propio papel en la fabricación del conflicto, en primer lugar, todo miedo debe simplemente desaparecer. Esto no necesita tomar tiempo, ya que nada excepto nuestro propio pensamiento necesita cambiar. Es sólo nuestra propia resistencia al amor, que es la forma en que mantenemos nuestro yo separado, lo que hará que la liberación del miedo parezca difícil y probable que tome mucho tiempo.
En cuanto a los pensamientos de especialismo, tiene razón, no son reales y no son el problema. Es nuestro «deseo» y «creencia» en el especialismo, y no los pensamientos mismos, lo que debe liberarse, pero no mediante la lucha o la resistencia. Sólo se nos pide mirar lo que hemos hecho realidad en nuestras propias mentes y reconocer las consecuencias de esa elección ilusoria para nuestra paz mental. Cuando ya no queremos el especialismo y lo que conlleva, los pensamientos simplemente se disolverán «en la nada de donde provinieron.» (M.13.1: 2).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuáles son los pasajes «anti-karma» en el Curso? ~ (Q&A – FACIM – #332)
P #332: «Hace unos meses recuerdo haber leído un pasaje en Un Curso de Milagros que me encantaría volver a encontrar. En ese momento, lo etiqueté como la «cláusula anti-karma», porque parecía indicar que cuando uno perdona/acepta la expiación, el evento real se recuerda de manera diferente — es como si el pasado perceptivo fuera cambiado en la memoria de todos los involucrados. Sé que no estoy explicando esto bien. Quizás tenga algunas sugerencias.»
R: «Dos hermosos pasajes vienen inmediatamente a mi mente, uno de los cuales tal vez sea el que busca redescubrir. Ambos comunican la hermosa enseñanza del Curso de que el perdón nos eleva fuera del tiempo y, por lo tanto, puede liberarnos de todos los efectos aparentes del ego sujeto al tiempo. Si el Curso enseñara lo contrario — que el deshacimiento del ego necesariamente debe tomar tiempo, como lo implica la idea del karma — entonces el ego tendría que ser real y la separación de Dios habría tenido que suceder. Pero la premisa fundamental, sobre la cual descansa la práctica central del perdón del Curso, que es la declaración del principio de Expiación, es que la separación nunca sucedió en realidad. Entonces, en verdad, nada más que ilusiones deben deshacerse.
Y aquí están, en el orden en que aparecen en el texto:
“¿Cómo es posible que tú que eres tan santo puedas sufrir? Todo tu pasado, excepto su belleza, ha desaparecido, y no queda ni rastro de él, salvo una bendición. He salvaguardado todas tus bondades y cada pensamiento amoroso que jamás hayas abrigado. Los he purificado de los errores que ocultaban su luz, y los he conservado para ti en su perfecta luminiscencia. Se encuentran más allá de la destrucción y de la culpabilidad. Procedieron del Espíritu Santo en ti, y sabemos que lo que Dios crea es eterno.” (T.5.IV.8: 1 , 2,3,4,5,6).
“Tal como el ego usa el tiempo, es imposible librarse del miedo. Pues el tiempo, de acuerdo con las enseñanzas del ego, no es sino un recurso de enseñanza para incrementar la culpabilidad hasta que ésta lo envuelva todo y exija eterna venganza.
El Espíritu Santo quiere desvanecer todo esto ahora. No es el presente lo que da miedo, sino el pasado y el futuro, mas éstos no existen. El miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza nítido y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda hasta el futuro. Cada instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del pasado al presente. Y el presente se extiende eternamente. Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. En el presente no se recuerda la obscuridad, y lo único que existe es la inmortalidad y la dicha.
Esta lección no requiere tiempo para aprenderse. Pues, ¿qué es el tiempo sin pasado ni futuro? El que te hayas descarriado tan completamente ha requerido tiempo, pero ser lo que eres no requiere tiempo en absoluto. Empieza a usar el tiempo tal como lo hace el Espíritu Santo: como un instrumento de enseñanza para alcanzar paz y felicidad. Elige este preciso instante, ahora mismo, y piensa en él como si fuese todo el tiempo que existe. En él nada del pasado te puede afectar, y es en él donde te encuentras completamente absuelto, completamente libre y sin condenación alguna. Desde este instante santo donde tu santidad nace de nuevo, seguirás adelante en el tiempo libre de todo temor y sin experimentar ninguna sensación de cambio con el paso del tiempo.” (T.15.I.7:6,7; 8; 9) «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo ve el Curso la competencia? ~ (Q&A – FACIM – #333)
P #333: «¿Cómo ve Un Curso de Milagros la competencia, como en los deportes, el trabajo, el habla (competencia discursiva, Toastmasters), etc., y cómo aplico esa visión a esta vida soñada?»
R: «La Pregunta #203 discutió el tema de la competencia. La competencia impregna todos los aspectos de nuestras vidas en este mundo porque ese es el ADN del ego, se podría decir. “El ego vive literalmente a base de comparaciones.” (T.4.II.7: 1). Su existencia misma está enraizada en la competencia por la máxima autoridad sobre la vida, y se siente siempre en constante competencia con una fuerza rival que está decidida a derrotarle. Como fragmentos del ego, compartimos así esas propiedades. El mundo que surgió del ego es inherentemente un mundo de competencia, comparación y conquista (M.8.1). Es bastante común escuchar a las personas decir que prosperan en la competencia y que encontrarían la vida bastante aburrida sin ella. Como «descendencia» del ego, ¿cómo podría ser de otra manera, a menos que seamos conscientes de «otra forma»?
El «propósito» es uno de los conceptos más importantes del Curso. Nuestras vidas pueden servir al propósito del ego o al propósito del Espíritu Santo. No hay otras elecciones que podamos hacer. Si elegimos compartir la percepción del Espíritu Santo de nosotros mismos y de todos los demás, nos centraremos en ver nuestros intereses y necesidades como iguales a los de todos los demás. Eso nos permitiría desempeñar nuestros roles de manera concienzuda y competente — como atleta, persona de negocios, orador, etc. — pero sin motivaciones basadas en el ego. De este modo, podemos aprender a competir sin ser perversos o crueles o con la única intención de destruir a la otra persona, equipo o empresa. El mundo está configurado para que un equipo/negocio gane y el otro pierda, pero ese no tiene que ser nuestro enfoque o motivación, o la razón de nuestra felicidad o infelicidad.
Siempre podemos pedirle ayuda a Jesús para identificar cómo apoyamos el sistema de pensamiento del ego de división y mata-o-te-matarán. Podemos darnos cuenta de cómo nos deleitamos al ver a otro individuo, equipo o empresa caer en la derrota, por ejemplo. Entonces podemos llevar esos pensamientos y sentimientos al amor de Jesús en nuestras mentes, entender de dónde provienen y luego elegir seguirlo en lugar del ego. Entonces podemos volver a la misma situación, pero con una nueva motivación.
Es interesante notar que nuestra efectividad en nuestros roles a menudo mejora cuando dejamos de lado la sed de victoria del ego a costa de la derrota de otro. El ciclo de ataque- culpa que es la consecuencia inevitable de seguir el enfoque de mata-o-te-matarán del ego es una tremenda carga mental y emocional que afecta a todas nuestras percepciones y juicios. La objetividad es imposible cuando nuestras mentes están atrapadas en esas dinámicas. Cuando estamos libres de esa carga, a menudo funcionamos de manera más efectiva. Por lo tanto, usted puede ser hábil y mentalmente entusiasta en un negocio o en una cancha de baloncesto, por ejemplo, mientras que al mismo tiempo la intención en su mente es reconocer el sinsentido de todo lo que parece separarlo de la persona al otro lado del escritorio o del otro equipo. El Espíritu Santo puede usar todas nuestras habilidades — hechas originalmente para representar el sistema de pensamiento del ego — para enseñarnos acerca de la unidad que compartimos unos con otros.
La siguiente enseñanza de Jesús puede ser útil para redirigir nuestra motivación antes de participar en actividades que, en la forma, son competitivas.
“Dije anteriormente que el amigo del ego no forma parte de ti porque el ego se percibe a sí mismo en estado de guerra y, por ende, necesitado de aliados. Tú, que no estás en guerra, debes ir en busca de hermanos y reconocer en todo aquel que veas a tu hermano, ya que únicamente los que son iguales están en paz. Puesto que los Hijos de Dios gozan de perfecta igualdad, no pueden competir porque lo tienen todo. Sin embargo, si perciben a cualquiera de sus hermanos de cualquier otra forma que no sea con perfecta igualdad es que se ha adentrado en sus mentes la idea de la competencia. No subestimes la necesidad que tienes de mantenerte alerta contra esa idea, ya que todos tus conflictos proceden de ella. Dicha idea es la creencia de que es posible tener intereses conflictivos, y significa, por lo tanto, que has aceptado que lo imposible es verdad. ¿No es eso lo mismo que decir que te percibes a ti mismo como si fueses irreal?” (T.7.III.3) «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo debería uno perdonar a Jesús? ~ (Q&A – FACIM – #334)
P #334: «Una de las preguntas más comunes que hacen los estudiantes de Un Curso de Milagros es sobre perdonar a Jesús. Para muchos de nosotros es un desafío de por vida perdonarnos por cada pensamiento tenebroso que, aún descubierto, gobierna nuestra mente. Entonces, ¿cómo nos animarías a perdonar a Jesús?»
R: «Debemos aclarar en primer lugar que su pregunta implica que el Curso nos pide que perdonemos los pensamientos negativos que tenemos, es decir, los «pensamientos tenebrosos», a diferencia de otros «buenos pensamientos». Esto significaría que tenemos algunos pensamientos inaceptables que son «pecaminosos» y necesitan ser perdonados en el sentido tradicional. Este no es el significado que el Curso le da al perdón. Lo que el Curso nos pide que hagamos es descubrir todos nuestros «pensamientos tenebrosos», es decir, cualquier pensamiento que tenga el «único» pensamiento de separación como su fuente. Esto básicamente significa cualquier pensamiento del ego sobre cualquier cosa. Estos pensamientos tienen nuestro especialismo en su raíz — el mismo especialismo que aportamos a nuestra relación con Jesús, y es esto lo que debe ser perdonado, no porque sea un pecado, sino porque hace que la separación sea real. La forma específica que toma el especialismo puede variar, pero al final siempre se basa en la creencia de que Jesús (y todos los demás, para el caso) está separado de nosotros, y en el caso de Jesús, él no sólo está separado sino que es «mejor» que nosotros.
Al igual que en todas nuestras relaciones, nuestra relación con Jesús está marcada por la dinámica que inevitablemente sigue a nuestra elección de identificarnos con el sistema de pensamiento del ego. Una de ellas es la creencia de que para que alguien gane, otra persona debe perder: “Todas las alternativas que el mundo ofrece se basan en esto: que eliges entre tu hermano (incluido Jesús) y tú; que tú ganas en la misma medida en que él pierde; y que lo que tú pierdes es lo que se le da a él.” (T.31.IV.8:4). Esto se conoce como el principio de escasez. Algunos pensamientos muy comunes sobre Jesús se basan en este principio, es decir, si Jesús tiene algo que no tenemos, como santidad, Expiación, etc., debe ser porque nos lo robó y lo odiamos por ello. Esto a menudo toma la forma de creer que Jesús tiene un lugar especial de privilegio en la Filiación, por lo que Dios debe amarlo más de lo que ama al resto de nosotros. Lo que él tiene nunca puede ser nuestro. La mayoría de nosotros compartimos esta creencia, pero está en oposición directa a lo que Jesús nos está enseñando en el Curso: “No hay nada con respecto a mí que tú no puedas alcanzar. No tengo nada que no proceda de Dios. La diferencia entre nosotros por ahora estriba en que yo no tengo nada más.” (T.1.II.3: 10,11,12). Nuestro perdón de Jesús reside en aprender esto, al igual que el objetivo del Curso. No es que nos falte nada de lo que él tiene, es que nos hemos dado la carga de todos nuestros pensamientos y juicios contra él, lo que también significa contra nosotros mismos. Se nos pide que aprendamos que nosotros, con Jesús, somos el inocente Hijo del Padre. Entonces, nuestra práctica de perdonar a Jesús comienza con el descubrimiento de todos los pensamientos y creencias ocultos que tenemos que nos separan de él, haciéndolo a él «y» a nosotros especiales. Así es como hacemos lo que él pide: “Perdóname por tus ilusiones, y libérame del castigo que me quieres imponer por lo que no hice.” (T.19.IV.B.8:1). Nuestros pensamientos y creencias sobre él son nuestras ilusiones, inventadas con el propósito de hacer que la separación sea real y probar que tenemos razón acerca de quiénes somos y que Dios está equivocado. Lo que Jesús no hizo es separarse de nosotros, ni comparte nuestra creencia equivocada sobre nosotros mismos. Él es perdonado, por lo tanto, a medida que aprendemos la verdad sobre nosotros mismos.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es la mejor manera de recordar y lidiar con pensamientos desagradables o de ataque? ~ (Q&A – FACIM – #335)
P #335: «Cuando tengo pensamientos desagradables y atacantes y no los atrapo de inmediato, ¿es necesario que recuerde esos pensamientos en detalle antes de que pueda entregarlos al Espíritu Santo o a Jesús para que los limpie y los reinterprete por mí? La mayoría de las veces, me doy cuenta sólo después de que mis pensamientos no eran amables y ya no puedo recordar los pensamientos específicos. Entonces le digo al Espíritu Santo o a Jesús que esos pensamientos reflejan un objetivo que me impide aceptar mi verdadera función. Este enfoque me ha dado una herramienta que puedo generalizar a casi todos los pensamientos egoístas y basados en el ego que tengo la mayor parte del tiempo. Todos parecen pasar rápidamente y a veces los pongo a todos en un solo grupo y se los ofrezco. ¿Puede ayudarme con esto?»
R: «Al final, realmente no importa qué forma específica tomen nuestros pensamientos de ataque. Es su propósito, o meta, lo que nos concierne, y ese propósito siempre es reforzar nuestra propia culpa y sentido de separación. Entonces, es el propósito en nuestra mente y no los pensamientos, palabras y acciones particulares que hemos empleado para ese propósito con lo que queremos estar en contacto.
Sin embargo, antes de que podamos alcanzar ese nivel de generalización de nuestras lecciones, es importante que no omitamos ninguno de los pasos específicos que nos llevan al reconocimiento de la igualdad de todos nuestros juicios de ego. Por lo tanto, querrá preguntarse con la mayor honestidad posible si su dificultad para recordar los detalles puede ser el resultado de una sensación de miedo y culpa por esos pensamientos que le dicen: «¡No mires! Estos juicios y pensamientos de ataque son demasiado horribles para mirar. Solo acepta que has pecado y luego deshazte de ello ofreciendo la pesada carga a Jesús o al Espíritu Santo». ¡Esto no es exactamente lo que Jesús nos pide que hagamos (T.13.III.1: 1,2)! Pero sólo usted puede responder por sí mismo si es su propio miedo lo que mantiene los pensamientos específicos fuera de su conciencia.
Ahora bien, si este es el caso, no querrá hacer un gran problema al respecto. Entonces tiene miedo, pero ¿quién no? Todo lo que quiere hacer es comenzar a desarrollar una disposición para mirar su ego y quizás al principio comenzar a recordar cómo le ha atrapado en sus engaños en su pasado reciente. Y con el tiempo, con la práctica, aprenderá a reconocer su elección en favor del ego mientras está en medio de ello. El valor de esto es que sabrá que tiene una opción diferente en el momento en que haya elegido identificarse con su ego y no tendrá que prolongar el sufrimiento y el dolor que acompañan a identificarse con su ego. Así que no intente forzar nada o hacerse recordar, sino simplemente ofrezca esa pequeña dosis de buena voluntad de mirar su ego junto con Jesús o el Espíritu Santo (T.12.II.10) para que pueda ver su nada.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo debo ver la aparente intervención del Espíritu Santo si sé que en realidad Él no interviene? ~ (Q&A – FACIM – #336)
P #336: «Un Curso de Milagros nos pide que no llevemos la verdad a la ilusión, que no le pidamos al Espíritu Santo que haga cosas por nosotros en el mundo. En una de las grabaciones de Ken sobre el juicio, dice que puede ser nuestra experiencia que el Espíritu Santo parece hacer cosas por nosotros en el mundo, pero no es la realidad. Da la analogía de que, según nuestra experiencia, el sol se pone y sale, mientras que la realidad es que la tierra gira sobre su eje y rota alrededor del sol. Aunque parezca que el Espíritu Santo hace cosas por nosotros en el mundo, ¿cuál es la realidad de esa experiencia? ¿Cuál es la visión correcta de ver la situación cuando, por ejemplo, la mejora en el mundo se manifiesta después de pedir/orar al Espíritu Santo?»
R: «Un cambio en la situación externa podría ser el resultado de una decisión en su mente de no castigarse más, lo que significa que una creencia dominante en la parte ego de su mente es que no merece ser feliz por su «pecado» contra Dios. Por lo tanto, esa creencia podría expresarse en forma de sufrimiento, victimización, desgracia, etc. en su mundo personal. Pero a medida que lleva su culpa y sus pensamientos de ego al amor sanador de Jesús en su mente correcta, la culpa desaparece, y entonces ya no trataría de hacerse daño. Por lo tanto, la situación externa parece haber cambiado, pero su decisión contra el ego fue el verdadero cambio. Orar al Espíritu Santo podría ser la forma que eligió para cambiar del pensamiento de mentalidad errada al pensamiento de mentalidad correcta. Esto se aplica tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Entonces no es como si el Espíritu Santo cambiara las cosas en el mundo. El Espíritu Santo no es un agente que actúa en el mundo en respuesta a las solicitudes que se le hacen, a pesar de que el lenguaje en el Curso sugiere eso a veces. Una parte importante del entrenamiento mental del Curso implica enseñarnos a no confundir el símbolo con la fuente. Es difícil para nosotros pensar en todo como símbolos, porque nos hemos identificado con la forma de percibir del ego, que es negar que solo haya mente y sus contenidos, y que «las ideas no abandonan su fuente».
Es útil recordar algunos puntos al pensar en este tema: nuestras mentes son muy poderosas; el cuerpo sólo hace lo que la mente le ordena (el cuerpo no es autónomo); y no podemos afectar la mente o la condición de otra persona sin un consentimiento mutuo. Si hay un principio que Jesús enfatiza una y otra vez, es el poder de nuestras mentes para decidir. La sección final del texto, como sabe, es «Elige de nuevo» (T.31.VIII). Y muy temprano en el texto, nos dice que el propósito de su curso es enseñarnos que nuestras mentes son muy poderosas y que somos responsables de nuestros pensamientos y sentimientos: “Deshacer el miedo es tu responsabilidad. Cuando pides que se te libere del miedo, estás implicando que no lo es…Puede que todavía te quejes de que tienes miedo, pero aún así sigues atemorizándote a ti mismo. He indicado ya que no puedes pedirme que te libere del miedo. Yo sé que no existe, pero tú no. Si me interpusiese entre tus pensamientos y sus resultados, estaría interfiriendo en la ley básica de causa y efecto: la ley más fundamental que existe. De nada te serviría el que yo menospreciase el poder de tu pensamiento. Ello se opondría directamente al propósito de este curso.” (T.2.VI.4: 1,2; VII.1: 1,2,3,4,5,6). Por lo tanto, nuestro trabajo con el Curso debe estar dirigido a restaurar a nuestra conciencia el poder de nuestras mentes para elegir y percibir que otros tienen el mismo poder. La causa de todos nuestros problemas (el efecto) es que tomamos una decisión equivocada en nuestras mentes de aceptar el sistema de pensamiento del ego como la verdad en lugar del sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Jesús y el Espíritu Santo están presentes en nuestras mentes para ayudarnos a volver a ese nivel de toma de decisiones en nuestras mentes, por eso Jesús nos dice que «éste es un curso acerca de causas, no de efectos.» (T.21.VII .7: 8), y «No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él.» (T.21.in.1: 7).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Los errores, el ego, el asesinato y la naturaleza. ~ (Q&A – FACIM – #337)
Q #337: «¿Qué son los errores y las equivocaciones? ¿Son acciones físicas o formas de mirar? ¿Por qué el ego siempre nos recuerda cómo lastimamos a las personas o a nosotros mismos, o si algo no era justo? ¿Por qué el ego parece tener razón y por qué parece lógico? ¿Está el ego o el Espíritu Santo señalando mis faltas? Si el Espíritu Santo lo ayuda a uno a corregir el error, ¿eso significa que el ego tiene razón al juzgar el llamado «error»? ¿Cómo saber si es un error y por qué el ego también exige «corregirlo»? También establece algunas veces acerca de cómo un Hijo de Dios no matará pero los animales asesinan todo el tiempo para vivir. ¿Está mal la naturaleza y cómo estamos exentos de ella?»
R: «Podría tomar un libro para responder satisfactoriamente a su letanía de preguntas, pero trataremos de sugerir algunas ideas aquí que esperamos lo guíen en la dirección correcta. Dado que, desde la perspectiva de Un Curso de Milagros, sólo hay mente, los errores o las equivocaciones pueden ser sólo de la mente. Jesús aclara esto muy temprano en el texto cuando explica que “solo la mente puede errar. El cuerpo sólo puede actuar equivocadamente cuando está respondiendo a un pensamiento falso.” (T.2.IV.2: 4,5). Y, como sugiere, los errores son realmente formas erróneas de mirar o, para ser más específicos, formas erróneas de mirar al mundo, a nuestros hermanos y a nosotros mismos con el ego como nuestro guía en lugar de con Jesús o el Espíritu Santo. Y la mirada dirigida por el ego siempre es crítica. Es sólo el ego el que señala nuestras fallas. El Espíritu Santo nos invitará gentilmente a reconocer cómo nuestro pensamiento está equivocado cuando escuchamos al ego, pero Su propósito nunca sería acusarnos o inducirnos a sentir culpa por nuestros errores (T.9.III.1).
Ahora, nuestro error original fue el pensamiento de que podíamos separarnos de Dios y que de hecho habíamos logrado establecer una identidad separada para nosotros, independiente de Él. Cada error que ha seguido desde entonces en nuestro pensamiento proviene de ese pensamiento inicial de separación. Pero hemos agravado deliberadamente los errores en nuestra mente de tal manera que nos hemos confundido intencionalmente y hemos perdido de vista ese error original. Por lo tanto, todos nuestros errores, desde el inicial, son realmente subterfugios que nos mantienen inconscientes del error original y, en cambio, se centran en abordar todos los demás errores y problemas aparentes en nuestra vida. Y es por eso que el ego, como usted observa, siempre nos recuerda cómo lastimamos a otros o nos hemos lastimado a nosotros mismos — esta es la tapadera para el problema real, de modo que nunca cuestionemos la creencia en la separación.
El hecho de que el ego se base en un pensamiento erróneo, una premisa demente — que podríamos separarnos de Dios — no significa que el sistema de pensamiento construido sobre esa premisa no tenga una lógica interna muy definida y persuasiva, una vez que aceptamos su premisa. Jesús en el Curso dice: “La lógica del ego es tan impecable como la del Espíritu Santo, ya que tu mente tiene a su disposición los medios para ponerse de parte del Cielo o de la tierra, según elija.” (T.5.V.1: 4 ) Y, de hecho, la lógica tiene su origen en el sistema de pensamiento del ego, ya que no hay nada que decidir, deducir o probar en el Cielo. Pero una vez que aceptamos la lógica del ego, que parece condenarnos al infierno por la eternidad, la buena noticia es que podemos dejar de usarla para reforzar la culpa y permitir que el Espíritu Santo nos guíe en su aplicación, con muy diferentes resultados: “El Espíritu Santo usa la lógica con tanta facilidad y eficacia como lo hace el ego, salvo que Sus conclusiones no son dementes. Éstas toman una dirección diametralmente opuesta y apuntan tan claramente hacia el Cielo como el ego apunta hacia las tinieblas y la muerte. Hemos examinado gran parte de la lógica del ego y hemos visto sus conclusiones lógicas. Y habiéndolas visto, nos hemos dado cuenta de que tales conclusiones no se pueden ver excepto en ilusiones, pues sólo ahí parece verse claramente su aparente claridad. Démosles la espalda ahora y sigamos la simple lógica que el Espíritu Santo utiliza para enseñar las sencillas conclusiones que hablan en favor de la verdad y sólo de la verdad.” (T.14.in.1: 4,5,6,7,8).
La corrección en el sistema de pensamiento del Espíritu Santo es diferente en todos los sentidos, incluido el propósito, al del ego. El ego ve el error como pecado para probar su propia existencia y para convencernos de que podemos ver la culpa que hemos hecho real por ese error en los demás en lugar de en nosotros mismos. En contraste, el «único» error que corrige el Espíritu Santo es nuestra creencia en el ego. Claramente, este es un error que el ego no puede corregir, ya que su propia existencia depende de nuestra creencia en la separación. El ego corrige a través del ataque y el castigo, el Espíritu Santo a través del gentil proceso del perdón. Y el Espíritu Santo comienza a deshacer nuestra creencia en la separación al llevarnos hacia un reconocimiento de intereses compartidos en lugar de separados con nuestros hermanos. Para obtener más información sobre el contraste entre la corrección del error del Espíritu Santo y el ego, puede consultar «La corrección del error» en el texto (T.9.III).
El Hijo de Dios no puede atacar ni asesinar en realidad. Pero que él puede «creer» que puede es evidente cuando lees un periódico o ves las noticias en la televisión, o simplemente examinas tus propios pensamientos cuando estás enojado. No es la naturaleza la que lleva a los humanos u otros animales a matar. La naturaleza es sólo un aspecto del mundo ilusorio, que es un efecto de nuestra elección equivocada en la mente en favor de la separación. Es el deseo de proteger nuestro yo ilusorio individual a toda costa lo que lleva al asesinato primero en el pensamiento y luego en la acción. Y sin embargo, contrariamente a lo que el ego, el mundo y nuestros sentidos puedan decirnos, la corrección no es necesaria a nivel de comportamiento, sino sólo en nuestras febriles imaginaciones que creen que todo esto es real. “¿Qué pasaría si reconocieses que este mundo es tan sólo una alucinación? ¿O si realmente entendieses que fuiste tú quien lo inventó? ¿Y qué pasaría si te dieses cuenta de que los que parecen deambular por él, para pecar y morir, atacar, asesinar y destruirse a sí mismos son totalmente irreales? ¿Podrías tener fe en lo que ves si aceptases esto? ¿Y lo verías?” (T.20.VIII.7: 3,4,5,6,7). Esto no significa que se nos pida que neguemos lo que nuestros ojos parecen mostrarnos, sino que estemos abiertos a una interpretación diferente de lo que vemos, a través del milagro. El milagro trae nuestro enfoque del mundo a nuestras mentes, donde podemos reconocer el propósito que le hemos dado al mundo — ser la proyección de nuestro error hacia el exterior, así que la culpa descansa en otra parte. Habiendo dado este paso, podemos entonces invitar al Espíritu Santo a darle al mundo Su propósito — el reconocimiento de que el error en verdad nunca ocurrió realmente y que nuestra culpabilidad no es real.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Una pregunta sobre comer en exceso y la culpa.~ (Q&A – FACIM – #338)
P #338: «Sé que si ataco a otro me sentiré culpable y debería pedirle ayuda al Espíritu Santo si siento que he sido atacado. ¿Esto se aplicaría igualmente si tengo un comportamiento como una adicción de la que me siento culpable? Si continúo con el comportamiento, estoy seguro de que me sentiré culpable. Si detengo el comportamiento, puede que no me sienta culpable, pero realmente no he solucionado el problema. ¿Cuál sería la mejor manera de manejar esta situación? El problema específico del que estoy hablando es comer en exceso.»
R: «Sí, ya sea que esté atacando a otro, sintiéndome atacado por otro o atacándome a mí mismo — que es lo que representa una adicción — la única respuesta apropiada es pedirle ayuda al Espíritu Santo. Una adicción es un ataque contra mí mismo porque dice, una y otra vez, que estoy incompleto y que debo buscar mi compleción fuera de mí mismo, una negación reiterada de que soy el Cristo, por siempre uno con Su Fuente (T.29.VII. 2,3,4,6).
Todo ataque, sin importar cómo se exprese, no es más que la proyección de la culpa oculta en nuestras mentes que el ego insiste en que debemos soportar debido a nuestro ataque (imaginado) contra Dios en el momento de la separación, cuando negamos nuestra realidad como Cristo. Nos hemos convencido de que nuestra culpa es real, pero luego hemos intentado evitar la responsabilidad por ello. Y entonces buscamos proyectar la culpa fuera de nuestra mente para que parezca residir en los cuerpos, el nuestro y el de los demás. Mantenemos esta dinámica oculta de nosotros mismos, para que la culpa permanezca protegida. Pero cuando le pedimos ayuda a Jesús o al Espíritu Santo, realmente estamos indicando que estamos dispuestos a aceptar la responsabilidad (¡pero no la culpa!) por la forma en que nos sentimos, viendo la situación externa ahora, no como el problema, sino más bien como un indicador de la culpa que de otro modo permanecería inconsciente en la mente.
Y así, como observa, centrarse en cambiar o controlar el comportamiento, como comer en exceso, no aborda el problema real. Porque sólo estamos modificando un síntoma externo, o efecto, de la culpa sin abordar la causa, la culpa misma, la cual, permaneciendo sin examinar, continuaremos creyendo que es real. En consecuencia, buscaremos proyectar la culpa insoportable pero ilusoria en alguna otra forma externa, tal vez otra adicción. Al principio de Un Curso de Milagros, Jesús habla de cómo controlar o cambiar el comportamiento, sin dirigirse a la mente, simplemente produce tensión, que es intolerable, lo que generalmente lleva a la ira y a una mayor proyección (T.2.VI.5).
Ahora bien, esto no significa que no tenga ningún valor desarrollar alguna disciplina y controlar el comportamiento fuera de control, especialmente si la adicción es física o emocionalmente dañina para nosotros, reforzando así la culpabilidad en nuestras mentes. Y la elección de provocar un cambio externo útil puede ciertamente reflejar un deseo real pero aún inconsciente de un cambio interno del ego al Espíritu Santo como nuestro maestro. Pero en algún momento de nuestro aprendizaje, llegaremos a reconocer que la culpa en la mente siempre es el único problema. Sólo reconociendo su inevitable proyección hacia el mundo de la forma comenzamos a tomar conciencia de ello en nuestra mente, donde podemos hacer una elección significativa para su liberación.
Una cinta de Kenneth Wapnick, así como un pequeño libro transcrito y editado de la cinta, ambos titulados “Overeating: A Dialogue”, exploran el tema de comer en exceso en mayor profundidad. El material, si bien aborda las adicciones a los alimentos, se puede aplicar a cualquier adicción, ya que el contenido es siempre el mismo. También hay una discusión adicional sobre las adicciones desde la perspectiva del Curso en las Preguntas #30 y #57.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Una pregunta sobre los «episodios de luz» y sobre la reencarnación. ~ (Q&A – FACIM – #339)
P #339: «Hay dos citas (entre muchas) en el libro de ejercicios de Un Curso de Milagros que me han intrigado durante mucho tiempo. Agradecería alguna aclaración. (1) “Comenzarás a entenderla cuando hayas visto pequeños bordes de luz alrededor de los mismos objetos que ahora te resultan familiares. Ése es el comienzo de la verdadera visión… A medida que avancemos, tal vez experimentes muchos «episodios de luz».” (W.pI.15.2: 2; 3: 1). He estado haciendo este material durante años y conozco a muchas personas que también lo han hecho, y nadie que conozco ha tenido tal experiencia, aunque he tenido algunas experiencias maravillosas. (2) “Mas llegará un momento en que no retornarás con la misma forma en la que ahora apareces, pues ya no tendrás más necesidad de ella.” W.pI.157.7: 3. Supongo que esto significa cuando dejamos el cuerpo, pero ¿de qué forma reapareceremos?»
R: «(1) Este pasaje ha sido problemático para muchos estudiantes. Parece sugerir que una marca de progreso espiritual es ver bordes de luz alrededor de los objetos, como las auras. Si este fuera el significado literal, iría en contra de todo lo demás que el Curso enseña. Jesús, como sabemos, enfatiza que toda percepción es irreal. En el texto dice que, por muy santas que sean las visiones, no duran porque se basan en la percepción (T.3.III.4: 6). La «luz» es un símbolo; no es una cosa perceptiva. Percibir la luz fuera de usted simboliza la liberación de algo de la oscuridad en su mente y permite que entre más luz. Cuando el Curso habla de la luz en nosotros, no se trata de una bombilla de luz eléctrica, un aura, ni nada de lo que realmente percibimos. La «luz» ha sido tradicionalmente un símbolo usado en la espiritualidad para denotar a Dios, la vida, la verdad, etc. Entonces, Un Curso de Milagros usa esa misma imagen. La «oscuridad» se refiere a la oscuridad de la culpa y de estar separados de Dios; la «luz» se refiere a deshacer todo eso, junto con sentir la Presencia de Dios y Su Amor.
Este pasaje originalmente no tenía nada que ver con el Curso en sí. Helen Schucman y Bill Thetford tenían un amigo cercano que trabajaba con ellos en el Centro Médico; él era la única persona con la que compartían el Curso desde el principio. De vez en cuando se despertaba en medio de la noche y sentía y veía la luz a su alrededor. Estaba aterrorizado por estos episodios. Así que esta fue la forma en que Jesús le dijo que todo estaba bien cuando tuvo esos episodios de luz. (Ver el libro «Ausencia de Felicidad», p. 304.) Por eso aparece este pasaje. Kenneth ha sentido que debería haber una nota al pie o alguna explicación al respecto. En cualquier caso, no debe entenderse que significa que si no ves luz eres un fracaso espiritual. Se puede tomar más bien como que cuando perdone más, habrá más «luz» en su mente, lo que significa que esa luz se extenderá. Entonces percibirá el mundo como un lugar «iluminado», en el sentido de que la carga de la culpa ya no estará sobre él. Algunas personas realmente perciben la luz físicamente. Pero eso debe entenderse sólo como un símbolo– uno de muchos, muchos símbolos — del proceso de curación dentro de sus propias mentes.
(2) Del mismo modo, el pasaje de la Lección 157 estaba originalmente destinado a la propia Helen Schucman. Kenneth comenta en el libro «Ausencia de Felicidad»: «En varias ocasiones, Helen me mencionó que Jesús le dijo que ‘la próxima vez que vengas serías diferente’, reminiscente de las líneas en la Lección 157 … Por cierto, esta era una de las lecciones favoritas de Helen. Su comprensión de estas líneas, aunque el tema de la reencarnación por lo general la hacía sentir muy incómoda, fue que la próxima vez que ella «viniera» — su próxima vida — estaría libre de ego, al igual que la sacerdotisa de su visión.» (p. 476).
Por lo tanto, se puede entender que este pasaje significa que cuando se cumpla el propósito del perdón, no tendremos más necesidad del cuerpo como aula. Habremos recordado quiénes somos como el único Hijo de Dios al entrar en el mundo real. La próxima vez que aparezcamos en el cuerpo, obviamente seríamos diferentes porque el pensamiento en nuestras mentes sería diferente. El cuerpo no sería nuestro salón de clases, sino únicamente un medio a través del cual el Espíritu Santo puede comunicar Su mensaje de curación y perdón. Jesús habla de los «Maestros de maestros» de esta manera: “…aunque ya no se les puede ver, todavía se puede invocar su imagen. Y aparecerán en el momento y en el lugar en que pueda ser de utilidad que lo hagan.” (M.26.2: 2,3). «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Pueden las mascotas realmente aceptar y aprender de los milagros? ~ (Q&A – FACIM – #340)
P #340: «Estoy muy confundido acerca de algo. Esta idea de «mascotas» como parte de la Filiación realmente me tiene. ¿Se refiere a que una mascota, mi perro, por ejemplo, tiene un Ser como yo y es capaz de aceptar un milagro? Si uno deja este cuerpo y regresa para aprender sus lecciones de perdón, ¿podemos volver y aprender esto como un perro o un gato? ¿Es eso realmente así?»
R: «La respuesta simple y directa a su pregunta es que ni usted ni su perro aceptan un milagro. Nada sucede en el nivel de la forma en el sueño. Es en la mente del Hijo dormido que se acepta un milagro y se aprenden lecciones. Ni los seres humanos en los cuerpos, ni los gatos, ni los perros aprenden lecciones. La mente que se proyecta en la ilusión da forma a todos los aspectos del universo físico, incluidos los perros y los cuerpos humanos, ninguno de los cuales tiene la capacidad de elegir un milagro (T.28.IV.9). El mundo y todo lo que hay en él toma forma como resultado de la mente de la Filiación que elige creer que la separación de Dios es posible, negando así su verdadera identidad como espíritu. Ese pensamiento único en la mente se proyecta hacia afuera, dando lugar al mundo de la forma. Sin embargo, uno de los principios metafísicos más importantes de Un Curso de Milagros nos dice: «Las ideas no abandonan su fuente» (T.26.VII.4: 7; véase también W.pI.132). Por lo tanto, nada sucede fuera de la mente. Lo que creemos que es sólido y real es una ilusión (W.pI.155.2: 1), por lo que los cuerpos humanos, perros y gatos no aceptan milagros, perdonan o aprenden lecciones. No es que su perro tenga un Ser, es que el ser separado niega su verdad como espíritu. Luego se divide en miles y miles de millones de formas que conforman el mundo ilusorio, y luego se identifica con ese mundo. «¡El mundo no existe!» (W.pI.132.6: 2).
El Hijo permanece dormido, sueña con cuerpos humanos, perros, árboles y océanos, y cree que el sueño es real. En verdad sólo existe la mente y nada más. Parte del sueño es que los cuerpos mueren y regresan de forma diferente. Este sueño continúa mientras la mente continúe eligiendo creer en la separación. Sin embargo, nada de esto tiene ningún efecto sobre la verdad y terminará cuando la mente decida perdonar toda forma de identidad equivocada en cada aspecto del sueño. Mientras tanto, nuestra tarea es reconocer todas las formas en que buscamos hacer realidad nuestra identidad errónea a través de la falta de perdón, para que luego podamos llevarlas al Espíritu Santo para que sean corregidas a través del perdón.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué se entiende por «Todos los que se han reunido antes se volverán a encontrar»? ~ (Q&A – FACIM – #341)
P #341: «¿A qué se refiere Un Curso de Milagros cuando dice que todos los que se han conocido antes se volverán a encontrar?»
R: «Todos los fragmentos separados de la Filiación, aparentemente dispersos cuando el pensamiento de separación fue tomado en serio, a través del perdón, volverán a la plena conciencia de la Unidad que nunca fue realmente destruida.
Nos percibimos como separados unos de otros, alojados en cuerpos que interactúan y se comunican a través de los cuerpos. El Curso nos dice que esta percepción es el resultado de una elección en la mente de «estar» separados: “La brecha entre vosotros no es el espacio que hay entre vuestros cuerpos, pues ese espacio tan sólo da la impresión de dividir vuestras mentes separadas. La brecha entre vosotros es el símbolo de una promesa que os habéis hecho de encontraros cuando os parezca, y luego separaros hasta que los dos decidáis encontraros de nuevo. Y entonces vuestros cuerpos parecerán ponerse en contacto y concertar un lugar de encuentro donde reunirse. Pero siempre es posible que cada uno siga su camino. Supeditado al «derecho» de separaros, acordáis reuniros de vez en cuando y mantener vuestra distancia con intervalos de separación que os protejan del «sacrificio» del amor.” (T.29.I.4: 1,2, 3,4,5,6). El » ‘derecho’ a separarse» se refiere a la elección que hacemos cuando nos identificamos con el cuerpo. Nos reunimos cuando aceptamos la corrección del Espíritu Santo para esta creencia errónea, reconociendo así nuestra unidad con todos nuestros hermanos. Aunque esto tiene lugar en la mente, puede reflejarse en el sueño cuando «los cuerpos parecen ponerse en contacto». «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Por qué me siento rechazado y solo? ~ (Q&A – FACIM – #342)
P #342: «Últimamente, he notado que experimento mucho rechazo en la vida. Tengo dificultades para pertenecer y cada vez más no puedo ver cómo navegar en un mundo que parece tan superficial. Todo parece, especialmente ahora, depender de privilegios, dinero, apariencia, edad, clase, raza, influencia, inteligencia o habilidad. Siento mucho amor, pero no siento ningún incentivo para acercarme al ego de las personas. Me siento seguro de esta manera. Nada hasta la fecha realmente puede convencerme de que sea de otra manera. Sin embargo, esto se ha vuelto doloroso. Tengo algunos amigos, pero me siento solo. Debo estar malinterpretando Un Curso de Milagros. Además, pensé que era bueno tener límites (muros). ¿Algunas ideas?»
R: «Reconoce cuán doloroso, vacío y sin sentido es el mundo de nuestros egos, y esto puede ser una realización útil pero sin embargo muy desconcertante. Pero no desea detenerse con esta comprensión sin dar el siguiente paso, ya que aún no ha cambiado por completo a los maestros. Porque sólo el ego juzga y teme a otros egos. Mientras permanezca donde se encuentra actualmente, las diferencias aún parecen muy reales y el rechazo basado en esas diferencias es casi inevitable. Y parece que la seguridad sólo se puede encontrar en la retirada del mundo. Sin embargo, aislarse sólo refuerza la creencia en las diferencias y la separación en su mente, que debe ser experimentada como muy dolorosa. Hace que el error sea real — muy serio y amenazante — que es el único objetivo del ego.
Por lo tanto, necesita ayuda para ver el mundo de las diferencias de manera diferente y, sobre todo, para llegar a reconocer la fuente real del significado que su propia mente le está dando a esas diferencias, para que pueda estar abierto a una forma diferente y más amable de mirar al mundo y a sí mismo. A diferencia de lo que pueda parecer nuestras creencias conscientes sobre nosotros mismos, la verdad es que todos queremos inconscientemente ser rechazados, de modo que la responsabilidad del rechazo recaiga fuera de nosotros mismos (T.7.VII.8) y no tengamos mirar la elección en favor del rechazo que primero hicimos y luego enterramos en nuestras propias mentes.
El rechazo inicial fue nuestro rechazo de Dios a través de nuestro deseo de estar separados y aparte de Él y de Su Amor que todo lo abarca. Como resultado de esa elección, parece que nos hemos privado del amor, un estado muy doloroso. Hemos rechazado no sólo a Dios, sino a nuestro verdadero Ser, el Cristo, Quien es para siempre uno con el Padre. Sin separación, el rechazo sería imposible, ya que no habría nada afuera que rechazar. De hecho “la separación es la noción del rechazo… Cualquier división en la mente conlleva por fuerza el rechazo de una parte de ella misma, y eso es lo que es la creencia en la separación.” (T.6.I.18: 4; T.6.II. 1: 1).
Ahora, en realidad, no podemos rechazar a Dios ni a nosotros mismos, pero podemos creer que los hemos hecho y convencernos de que somos muy pecaminosos y culpables por esa elección — y vulnerables al contraataque como castigo por nuestra elección. Y entonces inventamos un mundo en el que proyectamos el ataque y la culpa, así como un yo que puede ser rechazado por ese mundo, sin recordar nunca dónde se originó la idea del rechazo. Y ahora podemos protestar por nuestra inocencia, porque claramente son otros los que rechazan (T.7.VII.9). El propósito del Curso es ponernos en contacto con esta dinámica de autoengaño, donde proyectamos la responsabilidad del rechazo en los demás.
Y así, no es con nuestras relaciones externas que queremos buscar cambios, sino con nuestras relaciones internas. Queremos aprender a rechazar el ego y sus interpretaciones erróneas de lo que parece estar sucediéndonos y en cambio recurrir a Jesús o al Espíritu Santo, Quien nos ayudará a comprender lo que ha estado haciendo nuestro ego. Esas relaciones externas que parecen ser la causa de sentimientos de rechazo no son más que los efectos de una decisión interna de continuar aferrándose a la creencia en la separación y el rechazo. Y, por lo tanto, son desencadenantes útiles para dirigirnos hacia el interior donde debe realizarse el verdadero trabajo de curación. Por lo tanto, evitar las relaciones en el mundo sería evitar las oportunidades de descubrir y sanar la culpa interior — ¡exactamente lo que el ego quiere!
Ahora, esto no significa que deba forzarse a estar en situaciones que le resulten incómodas o dolorosas, donde el rechazo de otros sea seguro. Antes de recordar que realmente somos parte del Amor sin límites que nos creó como Cristo, los límites en nuestras relaciones externas pueden ser muy útiles a medida que aprendemos a confiar en nuestro Maestro interno y nos sentimos más cómodos al mirar nuestros juicios sobre nosotros mismos y los demás. Pero a medida que aumenta la voluntad de mirar hacia adentro y sanar la oscuridad, el miedo al rechazo desde el exterior debe disminuir, al igual que la necesidad de límites. Porque “sólo los que abandonan todo deseo de rechazar pueden saber que es imposible que ellos puedan ser rechazados.” (T.3.VI.9: 1).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿El cerebro “piensa”? ~ (Q&A – FACIM – #343)
P #343: «Dado que es el cerebro de mi cuerpo el que está pensando, entonces a su vez haciendo preguntas, escuchando a Ken/otros y actuando en este mundo, ¿no es bastante improbable que alguna vez lo «entendamos»?»
A: «¿Quién le dijo que su cerebro piensa? ¡Debe haber sido su ego! Su pregunta, la cual usted no está solo en hacer, sólo refleja cuán efectivamente hemos aceptado la artimaña del ego de que somos un cuerpo y no una mente, y cuán totalmente identificados estamos con este falso ser, aunque no es nuestra realidad y no es donde se origina nuestro pensamiento. Jesús es consciente de nuestra confusión, porque observa: “Crees también que el cerebro puede pensar. Si comprendieses la naturaleza del pensamiento, no podrías por menos que reírte de esta idea tan descabellada”, y añade que es “disparatado creer que los ojos del cuerpo pueden ver o que el cerebro puede pensar.” (WpI92.2: 1,2,4).
Como evidencia adicional de nuestra confusión, al hablar de aquellos de nosotros que creemos que nacemos en este mundo, señala: “Sus mentes «parecen» estar atrapadas en sus cerebros, y sus fuerzas parecen decaer cuando sus cuerpos se lastiman.” (T. 13.in.2: 7; cursiva agregada).
Nuestras creencias erróneas sobre nosotros mismos no modifican en modo alguno el hecho de que «todo» pensamiento, «toda» conciencia (T.3.IV.2), «todo» juicio, «toda» elección, suceden en la mente dividida y no en el cerebro del cuerpo, que no es más que una sombra ilusoria de la culpa de la mente por la aparente separación. Pero hemos establecido deliberadamente nuestra identidad equivocada, en alianza con el ego, de modo que ya no recordamos que somos una mente que tiene una opción sobre todo este estado de cosas confuso, asegurando así la existencia incuestionable continua del ego.
Pero nuestro objetivo en el Curso no es deshacer nuestra identificación con el cuerpo y nuestra creencia en los poderes de pensamiento del cerebro. Más bien, nuestro objetivo es deshacer nuestra creencia en la realidad y el valor de la culpa y el ataque en nuestras relaciones — experimentados entre los cuerpos del mundo, aunque sólo suceden en la mente. Jesús nunca nos pide que hagamos más de lo que él sabe que somos capaces. Puede que aún no seamos capaces de liberar nuestra identificación con este cuerpo, pero somos bastante capaces de perdonar nuestras relaciones especiales, «con su ayuda». Y eso es todo lo que necesitamos «entender». El resto, si hacemos nuestra parte, nos asegura Jesús, se encargará de sí mismo. No somos responsables de los efectos del milagro — sólo somos responsables de elegirlo (T.27.V.1: 2,3,4,5). Y no importa si creemos que estamos haciendo esa elección con nuestro cerebro o con nuestra mente. Nuestra voluntad de perdonar, es decir, de liberar nuestros juicios y nuestra insistencia en que sabemos lo que necesitamos, es todo lo que importa.
Para una discusión más profunda sobre la relación entre la mente y el cuerpo, es posible que desee revisar las Preguntas #89, #117, #226 y #322.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Una pregunta sobre los impulsos milagrosos. ~ (Q&A – FACIM – #344)
P #344: «En Un Curso de Milagros, T.1.VII.1, dice … “Tus percepciones distorsionadas producen una densa envoltura alrededor de los impulsos milagrosos, dificultándoles el que lleguen a tu conciencia. La confusión de los impulsos milagrosos con los impulsos físicos es una de las distorsiones básicas de la percepción. Los impulsos físicos son impulsos milagrosos mal canalizados. Todo placer real procede de hacer la Voluntad de Dios. Esto es así porque «no» hacer Su Voluntad es una negación del Ser.” Leí una pregunta/respuesta similar ya publicada en torno a los impulsos sexuales … pero mis preguntas son ligeramente diferentes y necesito ayuda para comprender esta serie de frases mencionadas anteriormente: ¿Es esta una forma diferente de decir que el tomador de decisiones constantemente elige entre la mente correcta y la mente errada, el Espíritu Santo y el ego? Si un milagro es el perdón, o un recordatorio de que lo que ven/perciben los ojos del cuerpo es falso, ¿es un impulso milagroso parte de un proceso de pensamiento correctivo del Jesús/Espíritu Santo en nuestra mente?»
R: «Sí, su explicación es buena. Todavía puede ser útil aclarar por qué Jesús se refiere a los «impulsos físicos» como «impulsos milagrosos mal canalizados» y cómo nuestras «percepciones distorsionadas … producen una densa envoltura alrededor de los impulsos milagrosos». Fuimos creados para estar en perfecta dicha sin cesar, y la mente dividida, a pesar de sus creencias erróneas sobre quién es, todavía recuerda indirectamente ese estado de felicidad, principalmente a través de su aguda conciencia de que es desesperadamente infeliz. Y así se ve impulsada a buscar volver a un estado de paz y dicha, nuestro estado natural.
El impulso milagroso, o la tendencia a elegir un milagro, está motivado por el reconocimiento de que somos infelices en nuestro estado actual de separación aparente y merecemos más de lo que estamos experimentando actualmente. Pero más que eso, el milagro lleva a reconocer que la privación que sentimos es autoimpuesta, es decir, refleja una elección que hemos hecho. El milagro es una tendencia natural de la mente, ya que es un paso para devolver la mente a su estado original de plenitud y paz, dejando atrás todos los conflictos. El milagro le recuerda a la mente que «es» mente, o causa, y no un cuerpo o efecto (T.28.II.9:3). Entonces, los impulsos milagrosos son pensamientos de la Corrección, que el Espíritu Santo representa para nosotros en nuestra mente correcta, que nos recuerdan que lo que pensamos que ha sucedido — la separación del amor y todo el dolor y la culpa que lo acompañan — no ha sucedido realmente en absoluto. Y ese reconocimiento, cuando se abraza plenamente, debe significar el fin del ego y su expresión simbólica, nuestro yo individual.
Entonces, el ego, incapaz de eliminar lo que motiva el impulso milagroso — nuestro deseo de regresar a nuestro estado natural de paz y dicha — debe distorsionar y disfrazar el impulso para que no podamos recordar nuestro papel en lo que estamos experimentando. Porque si realmente recordáramos, no permaneceríamos identificados con el ego y la separación por mucho tiempo. Y así, para evitar que cambiemos de mentalidad, el ego no nos pide que neguemos nuestro estado de infelicidad, sino que a través de su lente perceptiva distorsionada, nos convence de que nuestra infelicidad no tiene nada que ver con ninguna elección que hayamos hecho, sino que es el resultado de haber nacido un cuerpo indefenso en un mundo sobre el cual no tenemos ningún control. Y así, el ego reconoce nuestra infelicidad y el conflicto que sentimos, pero nos guía a mirar fuera de nosotros mismos — a los demás, al mundo — en lugar de adentro para encontrar la dicha, la paz y el amor. Y la búsqueda está destinada al fracaso porque niega Quiénes somos realmente y cuál es nuestra verdadera Fuente de felicidad. Sin embargo, cuando buscamos placer en cualquier forma para el cuerpo, que identificamos erróneamente como nosotros mismos, la búsqueda todavía está motivada por un reconocimiento — aunque inconsciente — de que la felicidad es nuestro estado natural. Este es el mismo reconocimiento del que surge el impulso milagroso, pero la búsqueda está mal dirigida. Y toda búsqueda en el mundo, debido a que refuerza nuestra creencia en la separación, al negar la única Identidad en la que se puede encontrar la verdadera dicha, al final debe resultar en dolor. Por lo tanto, Jesús concluye que «Todo placer real procede [únicamente] de hacer la Voluntad de Dios». «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Debemos renunciar a los placeres corporales simples? ~ (Q&A – FACIM – #345)
P #345: «A veces, en Un Curso de Milagros, Jesús parece alentarnos a dejar de lado los simples placeres físicos de este mundo (por ejemplo, una muy buena taza de café), no porque sean pecaminosos, por supuesto, sino porque refuerzan nuestra creencia en el pecado y la muerte. ¿Ve en las enseñanzas del Curso evidencia de la posibilidad de alcanzar verdaderamente la paz y la dicha de Dios mientras disfrutas de esa buena taza de café? Dicho de otra manera, ¿es posible experimentar realmente «No soy un cuerpo. Soy libre» sin renunciar a los placeres simples del cuerpo?»
R: «Sí, es completamente posible disfrutar de una buena taza de café y saber que no eres tu cuerpo. Pero su experiencia de paz interior no cambiaría si esa taza de café no estuviera allí como se esperaba, o si la taza se rompió al caerse cuando la levantó y el café se derramó por todo el piso. Cuando realmente aceptas y experimentas que no eres un cuerpo, ya no dependes de nada del cuerpo o del mundo como fuente de satisfacción o bienestar. Podrías disfrutar de los «placeres simples del mundo», pero no «invertirías» en tenerlos o no tenerlos. Disfrutar de una buena taza de café no puede brindarle salvación ni disuadirla. Cuando su mente está sana, su verdadero placer proviene de la experiencia de la identidad compartida con todos los demás como Cristo.
Jesús nos enseña que seremos más felices cuando desempeñemos nuestra función de perdón (W.pI.121; T.1.VII.1: 4), y nos ayuda a distinguir entre lo verdaderamente valioso y lo que no tiene valor (W.pI. 133; M.4.IA). Pero nunca nos pide que renunciemos — en términos de sacrificio — a lo que todavía queremos y sentimos que es importante en nuestras vidas. La honestidad sobre lo que deseamos es siempre un enfoque útil a adoptar en esto, como lo es ser libre de juicio al respecto. Este no es un curso de ascetismo; el cuerpo y las cosas del mundo no son el problema, como enseñan muchas otras espiritualidades. El propósito para el cual los usamos es el único aspecto significativo.
En un nivel, disfrutar de cualquier cosa del mundo representa un ataque contra Dios y nuestra verdadera herencia como Su Hijo. Sin embargo, dado que estamos demasiado asustados para simplemente abandonar nuestra creencia errónea de que el mundo y el cuerpo son reales, Jesús nos enseña suavemente cómo usar el mundo y el cuerpo de una manera que facilite la curación de nuestras mentes. Nos aconseja que veamos nuestras vidas como aulas con él o con el ego como nuestro maestro; la elección es nuestra. Entonces, si nos unimos a Jesús y vemos nuestras vidas como aulas en las que estamos aprendiendo a despertar de la pesadilla de la separación de Dios, entonces nuestro enfoque estará en identificar cómo reforzamos la separación en nuestras interacciones y relaciones. En este contexto, disfrutar de una buena taza de café es irrelevante, a menos que lo convirtamos en un gran problema, lo que fácilmente podríamos permitirle hacer que arruine nuestro día y luego responsabilizar a alguien más.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué debo hacer si me siento muy incómoda en la iglesia de mi cónyuge? ~ (Q&A – FACIM – #346)
P #346: «Después de años de buscar y estudiar muchas religiones, descubrí que Un Curso de Milagros proporciona las respuestas que anhelo. Mi esposo tiene una copia del Curso, que le di, pero no le ha prestado mucha atención. Recientemente fue bautizado y se unió a la Iglesia Bautista aquí en el sur (de EE.UU.). Queriendo apoyar su necesidad de alimento espiritual, también me uní a la iglesia. Sin embargo, encuentro que me siento extremadamente incómoda durante el estudio o los servicios bíblicos cuando te piden que confieses ser un pecador, que Jesús murió por tus pecados, que Satanás es real, que el infierno es real, etc. Me encuentro luchando entre ‘unirme’ a mi esposo en la iglesia de su elección para no separar nuestra relación espiritual y hacer lo que me gustaría hacer, que es asistir a la Iglesia de la Unidad, que proporciona un foro para estudiantes del Curso y una teología más ‘abierta’. Pero lo último que quiero hacer es crear una separación de cualquier tipo en nuestro matrimonio. ¿Estaría abandonando espiritualmente a mi esposo si lo envío solo a la Iglesia Bautista y voy a la Iglesia de la Unidad? Su consejo sería muy apreciado.»
R: «Los dilemas aparentes de nuestras vidas en realidad sólo cubren el conflicto subyacente en nuestras mentes, que siempre es el mismo conflicto — ¿juzgaré o perdonaré? A pesar de lo que puede parecer la naturaleza convincente de cualquier situación externa que requiera resolución, su único valor real es qué bloqueos nos ayuda a descubrir dentro de nuestro propio sistema de pensamiento de ego que nos impiden ver los intereses compartidos en lugar de los separados.
Parece genuinamente preocupada por su esposo, pero también parece estar en un dilema por la sensación de que la elección es entre su propio progreso espiritual y el de su esposo. O, como al ego le gusta poner todo — es uno o el otro, es decir, para que uno de ustedes gane, el otro debe perder. Y esto sólo puede ser el ego hablando. Y es esta forma de percibir la situación, en lugar de la situación en sí, lo que desea mirar y traer a Jesús o al Espíritu Santo para que le ayuden a ver de manera diferente. Es sólo el ego el que pide que alguien se sacrifique.
El Curso es un programa de auto-estudio cuyas lecciones del libro de ejercicios conducen a un reconocimiento a lo largo del tiempo de que «todas» las situaciones y circunstancias conducen a aprender a practicar sus principios. Usted tiene la oportunidad de poner en práctica el perdón sin importar a qué iglesia asista, o si no asiste a ninguna iglesia en absoluto, cuando esté con otros, o cuando esté pensando en los demás, sin importar quiénes sean. Los egos con los que nos encontramos, ya sea en la Iglesia de la Unidad o en la Iglesia Bautista o en la tienda de comestibles, son siempre fundamentalmente lo mismo, y sólo se nos pide que aprendamos el perdón, sin importar la forma que las proyecciones de nuestro ego parezcan tomar. Aprender a observar nuestro propio ego y el de los demás en acción, sin juzgar, es todo lo que Jesús nos pide en cualquier situación.
Ahora, no sea que piense que esto es un respaldo a que asista a la Iglesia Bautista con su esposo en lugar de ir sola a la Iglesia de la Unidad, también es útil recordar que la unión no tiene nada que ver con lo que hacen los cuerpos y si están juntos o no. La única preocupación es con qué parte de la mente nos unimos — el ego o el Espíritu Santo — y elegimos como nuestro maestro. La unión ocurre primero en la mente y sólo luego se refleja en las relaciones externas, que pueden o no involucrar a los cuerpos juntos.
Lo importante será que descubra todos los juicios e inversiones que tiene en cada una de las alternativas que percibe actualmente y lleve esos pensamientos al Espíritu Santo para que le ayude. Una vez que haya liberado sus propias inversiones en cualquier resultado en particular, la sanación importante habrá sucedido y la solución externa será sólo una preocupación secundaria. Porque, unida con el maestro adecuado y libre de sus propias necesidades percibidas, estará actuando de la manera más amorosa, ya sea que termine asistiendo a la Iglesia Bautista, la Iglesia de la Unidad, ambas iglesias, o ¡ninguna de las dos!
Para una consideración de cómo estar en una situación religiosa que usted considera inconsistente con las enseñanzas del Curso, puede encontrar útil la Pregunta #154.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ La Navidad me parece muy deprimente. ¿Cómo debería ver esto? ~ (Q&A – FACIM – #347)
P #347: «Como estudiante de Un Curso de Milagros, cada año que pasa me parece cada vez más difícil y deprimente la temporada navideña. ¿Cómo concilio el deseo de querer participar y ser alegre y de buen ánimo durante esta época del año, que para mí solo parece validar el mensaje especial y el significado que mi ego le ha dado a esta temporada? Es como un tira y afloja: por un lado, querer hacer a Jesús especial por su «nacimiento santo», y por otro lado, querer hacerme especial por no querer participar en las festividades. Estoy tratando de no juzgar la Navidad, sino más bien sentirme apático hacia ella. ¿Puede ayudarme a ver esto de otra manera?»
R: «A medida que nuestra comprensión del Curso se profundiza, comenzamos a ver la falta de sentido de los valores y creencias del mundo, incluidos los más «sagrados», como la Navidad. Para el ego esto «es» deprimente, porque el ego no quiere nada más que tener una validación «divina». ¿Qué mayor prueba de que el mundo es real y que estamos en él, que hacer que Dios envíe a Su Hijo al mundo para redimirlo? Desafiar esta creencia, por lo tanto, es extremadamente amenazante para el ego. El conflicto que usted describe es muy común y es inevitable mientras se busque el significado en lo sin sentido. Si la celebración de las festividades de Navidad no estuviera dotada de un significado «sagrado» (no tiene ninguno), ni vista como algo diferente de otros placeres simples que uno puede disfrutar en el mundo, no habría necesidad de responder de manera diferente a un día de playa agradable. Participar en las actividades de la temporada no es el problema, y ser apático hacia ellas no es la solución. Es el deseo de que la locura del ego sea verdadera, y que la salvación se encuentre en la multitud de sustitutos inventados específicamente para excluir a Dios y negar la verdad, lo que refuerza la culpa y causa el conflicto que usted describe. Aprender esto es un proceso, y la Navidad es un aula perfecta para reconocer la profunda inversión que tenemos para defender nuestra identidad como cuerpos y demostrar que tenemos razón. Pensar que somos cuerpos en el mundo y que la Navidad, entre muchas otras cosas, nos hará felices, es lo que realmente nos hace profundamente miserables. Nuestra verdadera esperanza radica en aceptar que «no sabemos» quiénes somos ni qué nos hará felices. Entonces podemos estar dispuestos a aceptar la definición del Espíritu Santo de Quiénes somos como el Hijo uno de Dios, y encontrar felicidad al «conocer» nuestra verdadera Identidad.
En sí mismos, los regalos, luces y símbolos de Navidad hechos por el ego para glorificar el especialismo no son nada. De hecho, Jesús usa muchos de estos mismos símbolos en el Curso para enseñarnos lo opuesto al mensaje de separación y especialismo del ego. El error es creer que ellos mismos tienen el poder de hacernos verdaderamente felices o darnos la paz que buscamos. Es esta creencia la que causa la angustia que usted describe. La esperanza de unas festividades tranquilas radica en la voluntad de mirar estas creencias ilusorias, sin juzgarlas como algo «más» que ilusorio.
Nos damos un verdadero regalo cuando hacemos lo que Jesús nos dice: “Esta Navidad entrégale al Espíritu Santo todo lo que te hiere.” (T.15.XI.3: 1). Lo que nos duele es identificarnos con el sistema de pensamiento del ego. «Es el pensamiento lo que cuenta» es un refrán común en referencia a la entrega de regalos navideños. Se aplica adecuadamente aquí, ya que son nuestros pensamientos erróneos los que se transforman cuando son dados al Espíritu Santo, lo que nos brinda un inmenso alivio de la locura de las mentiras del ego. Por lo tanto, es posible participar de la celebración navideña, viéndolo como un aula más para aprender las lecciones de perdón del Espíritu Santo en lugar de reforzar el especialismo del ego. Con este espíritu, «podemos» encontrar la paz en esta temporada de Navidad, mientras participamos en las celebraciones de la forma que parezca adecuada.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Por qué me siento espiritualmente más en casa en un lugar en particular? ~ (Q&A – FACIM – #348)
P #348: «Descubrí Un Curso de Milagros en San Diego hace diez años, y creo que inicialmente estaba atraído a California debido a lo que yo percibo como una energía espiritual increíble. Han pasado aproximadamente dos años desde que me mudé a un estado del medio oeste, y aunque sé a nivel intelectual que mi sensación de paz y conexión con Dios no tiene nada que ver con el lugar donde estoy, parece que no puedo superar el hecho de que desde que me alejé de California, no puedo encontrar el mismo sentido de conciencia espiritual, cercanía a Dios y paz que sentí mientras estaba allí. ¿Podría ser que esta llamada «conexión» que sentí en San Diego era otra táctica del ego de que era fácil de encontrar en un lugar tan vibrante, o podría ser que San Diego es realmente donde pertenezco?»
R: «Tiene razón al decir que su paz no tiene nada que ver con su ubicación. El lugar donde vive no le da paz ni se la quita. Ni tampoco una zona geográfica imbuida de energía espiritual. El único «lugar» donde nos ponemos en contacto con nuestra verdadera naturaleza como espíritu es en la mente. Por lo tanto, si no se siente en paz en su nuevo hogar, no puede deberse a su entorno. Es un reflejo de la pérdida de paz experimentada como resultado de la decisión de abandonar su hogar «real». La culpa por haber «huido» de Dios es la fuente de los sentimientos de tristeza y pérdida que está experimentando.
No es necesario decir que en este sueño de exilio es muy normal para nosotros desarrollar una relación especial con un área geográfica que amamos y que nos conviene. Es nuestra creencia de que estamos incompletos lo que nos impulsa a dotar a ciertas personas, lugares o cosas con el poder para satisfacer nuestras necesidades de alguna manera. Cuando nos fallan o ya no son «nuestros», experimentamos entonces una profunda sensación de pérdida. Se convierten en nuestros «ídolos», tomando el lugar (perdón por el juego de palabras) de donde realmente pertenecemos, es decir, en casa con Dios: “En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad. ¿Deseas realmente hacerlo?” (T.10.I.2: 1,2). Cuando siente nostalgia por San Diego, es importante no negar todo lo que aprecia y ama al respecto, ni negar sus sentimientos de pérdida. Al mismo tiempo, puede reconocer la fuente real de su dolor y pedirle al Espíritu Santo la corrección para que pueda comenzar el proceso de curación del especialismo. Sólo de esta manera la tristeza y la pérdida se disolverán gradualmente.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
Principio del formulario
~ ¿Cómo se dejan de percibir los problemas físicos? ~ (Q&A – FACIM – #349)
P #349: «Solo estoy en la Lección 36 en el libro de ejercicios de Un Curso de Milagros, pero quiero tanto asimilarlo todo y crecer de esta manera … ¡RÁPIDO! De cualquier forma … Actualmente estoy desempleada, me estoy quedando sin dinero muy rápido sin que entre ninguno, enfrentando problemas de moho en mi casa alquilada, incapaz de perder peso debido a un problema de tiroides recientemente reconocido … todas ilusiones físicas que quiero y estoy muy dispuesta a entregar, pero … ¿cómo se puede dejar de «percibir» estos problemas corporales/físicos/de supervivencia y tratarlos?»
R: «El Curso, quizás para su decepción, no le dirá qué hacer para deshacerse de sus problemas, sino que le enseñará cómo mirarlos para que pueda estar tan en paz como esté dispuesta a estar, independientemente de lo que parece estar sucediendo. Ahora, eso no significa que no hará ningún esfuerzo ni tomará medidas específicas para resolver los problemas, como lo haría cualquier ser humano «normal». Por supuesto, determine la mejor manera de cuidarse y cuidar su cuerpo. Pero, ¿no sería preferible proceder sin un sentido de urgencia, miedo o ansiedad? Ahora bien, es más que probable que eso tome tiempo para lograrlo, y la paciencia es una de las características de un ¡maestro «avanzado» de Dios (M.4.VIII)! Por lo tanto, no se desanime si los cambios en su percepción no ocurren tan rápido como cree que le gustaría.
Tal vez desee concentrarse en desarrollar una relación con su maestro interior -Jesús, el Espíritu Santo, o lo que usted se sienta cómoda en llamar a esa presencia- que las lecciones del libro de ejercicios deberían ayudar a facilitar. Desarrollar esa relación en su mente puede ser de gran ayuda para ofrecerte el consuelo de saber, mientras aborda los desafíos de su vida, que hay Alguien que genuinamente cuida de usted, Quien siempre está disponible para que sepa que nunca está sola., Quien siempre está disponible para que sepa que nunca está sola.
Para tener una idea de cómo se han abordado las preguntas que plantean algunas inquietudes paralelas a las que usted ha identificado, tal vez desee revisar las Preguntas #128, #142, #229, #235 y #313.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Dios, ilusión, sueños, el soñador y la separación. ~ (Q&A – FACIM – #350)
P #350: «Dado que a Dios solo le conciernen las cosas eternas (amor incondicional, etc.) y no creó, reconoce ni le preocupa nada fuera de lo eterno — la materia, los cuerpos, la tierra, etc., me gustaría una respuesta a la siguiente pregunta: dado que todos éramos Dios, «Una Mente», originalmente, eso significa que no podría haber habido nada más. Eso significaría que no podría haber habido un «soñador para soñar ningún sueño» ni podría haber habido una separación de Dios (a través de cualquier deseo autónomo de crearnos a nosotros mismos) porque no había nada más. Dios habría tenido que ser el soñador y, por lo tanto, habría tenido que separarse de Sí Mismo. En otras palabras, decir que «cualquiera» es una ilusión ¡no podría ser verdad y tendría que ser una ilusión en sí misma porque no podría haber sucedido! Después de meses de lucha, esto me fue revelado hace unos días. ¡Por favor déjeme saber sus pensamientos!»
A: «¡Creo que lo ha entendido! Lo que hace que estos problemas sean en última instancia imposibles de abordar satisfactoriamente es que estamos intentando dar sentido a un estado ilusorio desde dentro de ese estado ilusorio. Es suficiente para volverte loco, pero ya lo estamos, por creer que estamos en ese estado ilusorio. Solo una mente dividida puede tener una pregunta, porque dentro de la perfecta Unicidad, no puede haber nada que sea desconocido, oculto u olvidado. Y «cualquier cosa fuera de lo eterno» sólo puede ser nada, aunque hacemos mucho ruido al respecto. Decir que una ilusión es una ilusión es operar todavía dentro de la ilusión, pero tiene la ventaja de no perpetuar más la ilusión. Eso, en pocas palabras, es lo que es el perdón. (C.3.1: 3,4).
Para una discusión más profunda sobre el ego y sus orígenes, vea las Preguntas #10, #88 y #171.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es el significado de: «El recuerdo de Dios aflora en la mente que está serena.»? ~ (Q&A – FACIM – #351)
P #351: «Con respecto a la frase, «El recuerdo de Dios aflora en la mente que está serena», ¿a qué «mente» se hace referencia? Si es la «mente cerebral» la que usamos en el sueño diario, ¿significa esto que es útil encontrar y usar formas de tratar de calmar el cerebro, por ejemplo, la meditación? Si la frase se refiere a la Mente única, ¿cómo es posible «calmar» esa Mente a través de la interferencia de nuestro «Brahmánico»?»
R: «La mente a la que se refiere Un Curso de Milagros es la mente correcta, no el cerebro. Esta mente «es» serena. Solo cuando la mente elige identificarse con el pensamiento de separación, la conciencia del recuerdo de Dios se bloquea y la quietud es reemplazada por el «chillido estridente» del ego. El Curso nos dice que el propósito de los chillidos del ego es mantenernos anclados en su sistema de pensamiento, sin saber que tenemos una mente en absoluto, y mucho menos una serena.
La meditación puede ser útil para mantenernos enfocados en nuestro objetivo, y hay varios ejercicios de meditación en el libro de ejercicios para ayudarnos. Sin embargo, ni la meditación en sí misma ni el aquietamiento del cerebro son los medios que utiliza el Curso para lograr la curación mental del pensamiento de separación. Nos está pidiendo que «miremos» los pensamientos, creencias y sentimientos que inundan nuestra conciencia desde la mente a través de nuestros cerebros, no que tratemos de silenciarlos: “Nuestra tarea consiste en continuar, lo más rápidamente posible, el ineludible proceso de hacer frente a cualquier interferencia y de verlas a todas exactamente como lo que son.” (T.15.IX.2: 1).
Las creencias que albergamos sobre nosotros mismos como separados, pecaminosos y culpables, y nuestros pensamientos de ataque que son proyecciones de nuestra culpa sobre otros, mantienen bloqueada la conciencia del Amor de Dios. Han sido elegidos a propósito en defensa de la decisión de estar separados, y deben ser reconocidos como la causa de todos los efectos devastadores que experimentamos en la pesadilla del ego. Mirar de esta manera nos lleva a cuestionar el valor que le damos a nuestras creencias: “Aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas. Ni uno solo debe quedar oculto y encubierto, pues ello pondría en peligro tu aprendizaje. Ninguna creencia es neutra. Cada una de ellas tiene el poder de dictar cada decisión que tomas.” (T.24.in.2: 1,2,3,4). Eventualmente aprenderemos que nuestras creencias no tienen valor; sólo entonces seremos libres de dejarlas ir para que puedan ser reemplazadas por los pensamientos del Espíritu Santo, Quien trae curación a nuestras mentes. Esta mente curada es la mente serena donde el recuerdo de Dios vuelve a la conciencia.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué debo hacer si las circunstancias externas me deprimen y me enojan? ~ (Q&A – FACIM – #352)
P #352: «He estado leyendo el texto y haciendo las lecciones en Un Curso de Milagros durante los últimos seis meses. En este punto, estoy profundamente inquieto y sufro mucho. Como veterano de los 12 pasos de AA (Alcohólicos Anónimos), estoy acostumbrado a mirar honestamente mis percepciones más feas, pero parece que siento un nivel más profundo de ira y odio y no es bonito. No siento ni el placer del ego ni la paz del Espíritu Santo. Realmente siento dos mentes y mi decisión sobre cuál seguir se siente azarosa y confusa. Siento que no tengo idea de quién soy ni qué estoy haciendo. Recientemente estoy desempleado y no tengo idea de qué hacer para trabajar ahora. No tengo una relación íntima o amorosa en mi vida y no la he tenido en mucho tiempo. Mis amistades son sólidas y me apoyan, pero estoy dividido entre sentirme deprimido/enojado por un lado y agradecido por el otro. He sentido una gratitud genuina por los acontecimientos en mi vida, aunque desde una perspectiva cultural, parezca que no tengo mucho para mí en este momento. Ahora me estoy hundiendo en una depresión por lo externo y tengo miedo de quedar atrapado allí. Me vendría bien algún consejo.»
R: «El Curso nos asegura que puede ser un camino dulce (por ejemplo, T.6.V.2: 1; T.14.IX.3: 2; T.15.XI.1: 5,6; T. 19.IV.A.11: 6; T.21.I.3: 1,2). Sin embargo, nuestros egos, temerosos de la posibilidad de perder el control y ser disueltos en el amor, parecen decididos a permitir que el proceso sea todo menos dulce. Porque el ego prospera con la gravedad y la seriedad y nunca querría que tomáramos sus travesuras a la ligera. Sepa que no está solo en la lucha que está experimentando.
Habla de sentir que es de dos mentes, con su elección entre ellas como azarosa y confusa. Un paso útil en su proceso puede ser comprender a qué nos está llamando el Curso cuando nos pide elegir entre esas dos mentes — el ego y el Espíritu Santo. Para la mayoría de nosotros, durante la mayor parte del tiempo, y ciertamente especialmente cuando nos embarcamos por primera vez en este viaje, elegir al Espíritu Santo significará simplemente aprender a mirar a nuestro ego y a toda su fealdad sin juzgarlo. No se nos pide que lo neguemos, porque todavía creemos que es real. Pero si podemos mirar al ego con honestidad, sin juzgarlo, comenzará a perder algo de su aparente poder. En lugar de abrumador, comenzará a parecer simplemente patético, incluso tonto. Y comenzaremos a reconocer cada vez más que nuestro ego realmente no nos hace tan diferentes de los demás. Todos compartimos su locura y si nos sentimos avergonzados de ello, sólo puede ser porque estamos negando esa coincidencia con todos nuestros hermanos y hermanas.
Ahora, obviamente, este proceso de mirar no es algo que podamos hacer por nuestra cuenta, tal como lo está experimentando. Porque cuando miramos por nuestra cuenta, lo que realmente significa mirar con nuestro ego — el ego, por definición, «es» lo que significa estar por nuestra cuenta — el resultado sólo puede ser dolor y desesperación. Son la defensa del ego contra nuestra decisión de estar dispuestos a mirar nuestros egos con la ayuda de Jesús o el Espíritu Santo. Jesús nos ha pedido que nos unamos «a él» en el proceso de mirar nuestros egos (por ejemplo, T.11.V.1) porque sin esa gentil presencia junto a nosotros, sólo podemos engañarnos a nosotros mismos para creer el horror de lo que vemos en nosotros mismos. Sin embargo, Jesús simplemente sonríe a todo esto, y quizás por eso dudamos en recurrir a él, porque puede que no estemos listos para que nuestros egos, mientras permanezcamos tan íntimamente identificados con ellos, sean desestimados tan a la ligera.
También es bueno recordar que no hay necesidad de forzar el proceso, no hay necesidad de insistir en mirar más profundamente cuando nuestro miedo es demasiado grande, porque entonces sólo logramos asustarnos a nosotros mismos, otro de los objetivos del ego para mantenerse vivo y coleando. En las propias palabras gentiles y poco exigentes de Jesús: “Mas si experimentas gran resistencia y ves que tu resolución flaquea, es que todavía no estás listo. No luches contra ti mismo.” (T.30.I.1: 6,7).
La depresión es una arma más en el arsenal de defensas del ego contra la verdad sobre Quiénes somos realmente. El Curso atribuye la depresión al hecho de que estamos tratando de aprender un plan de estudios imposible — encontrar la felicidad en los términos del ego (T.8.VII.8). Sin embargo, mientras estamos atrapados en su espiral descendente, puede ser que buscar el apoyo de otros, como un terapeuta gentil y tolerante, pueda proporcionar la ayuda que necesitamos para salir de las arenas movedizas de los juicios del ego. Si se encuentra sumergido en sus interpretaciones de la situación de su vida, por favor considere buscar a alguien que pueda ayudarle a encontrar una forma diferente de lidiar con sus circunstancias. Nuevamente, lo importante es reconocer que no está solo. Sólo puede ser su ego el que quiere que crea que está solo y atrapado, y el ego sólo es capaz de mentir.
Puede encontrar algunas ideas adicionales que podrían serle de ayuda en su situación en las Preguntas #95 y #313.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo puedo encontrar mi «propósito» en la vida? ~ (Q&A – FACIM – #353)
P #353: «Por favor explíqueme cómo puedo reconocer «mi propósito» en la vida. No tengo la sensación intuitiva de que lo he encontrado, ni sé qué pistas buscar. ¡Me han dicho varias veces que una vez que se me revele, toda mi vida simplemente encajará! Apreciaría su opinión.»
R: «Desde el punto de vista de Un Curso de Milagros, su propósito es practicar el perdón en cada área de su vida, para que despierte del sueño de que tiene una vida y una voluntad separadas de Dios, su Fuente. El Curso no trata sobre el éxito o la realización en el mundo, porque nos enseña que el mundo fue fabricado para ocultar nuestro verdadero propósito y, por lo tanto, para evitar que experimentemos la felicidad que es nuestra herencia como Hijo de Dios. Por otro lado, el Curso no está en contra de seguir una carrera o tener éxito en un papel en el mundo. Por ejemplo, es especialmente importante que los jóvenes recién salidos de la escuela se dediquen a su trabajo y sus relaciones. Por lo general, no es útil para los jóvenes que comienzan en la vida enfrentarse con la idea de que el mundo es una defensa contra la verdad. Eso debería suceder más tarde cuando un nivel más profundo de preguntas surja naturalmente de su interior.
La visión del Curso en realidad es bastante liberadora en el sentido de que puede desempeñar su función especial de perdón en cualquier rol, cualquier carrera, cualquier momento y cualquier lugar, porque sólo tiene que ver con el contenido en su mente, no la forma que toma su vida (T.25.VI). De este modo, puede ver su vida como un aula que presenta una oportunidad tras otra para reconocer si ha elegido al ego o a Jesús como su maestro, y luego hacer otra elección si descubre que ha elegido al ego. Sabría cuál ha elegido por su experiencia. Con Jesús o el Espíritu Santo guiándole, vería que sus intereses están cada vez menos en conflicto con los demás, lo que significa que se dará cuenta de que comparte la misma mente errada y la misma mente correcta con todos los demás. Estaría más inclinado a relacionarse con usted mismo y con los demás en el contexto de compartir las mismas necesidades y dinámicas del ego y la misma atracción para deshacer la separación. Crecer en esta forma de relacionarse con los demás es su función. Las lecciones en el libro de ejercicios, combinadas con el estudio del texto, están diseñadas para facilitar esta capacitación.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Es el ego sólo un pensamiento erróneo muerto hace mucho tiempo?~ (Q&A – FACIM – #354)
P #354: «Tengo entendido que el ego no es más que un sistema de pensamiento erróneo, y en realidad está muerto. Lo veo como un globo inútil arrojado un lado que elegimos recoger, infundirlo con la vida de nuestras magníficas mentes y darle instrucciones para causar estragos en nuestras vidas, cuerpos, relaciones y circunstancias. ¿Es correcta mi evaluación del ego y nuestra total responsabilidad por su empleo en nuestros asuntos y de acuerdo con las enseñanzas de Un Curso de Milagros?»
R: «Sí, su evaluación está muy de acuerdo con las enseñanzas del Curso. Es muy simple, no complicado en absoluto. Como dijo Kenneth una vez: seguimos apostando por un caballo que se cayó muerto en el cajón de salida. El problema es que hemos construido muchas capas de defensas para evitar llegar a este punto de claridad, y especialmente para recordar que existe una alternativa para que elijamos. Por lo tanto, uno de los principales objetivos del Curso es ayudarnos a identificar la naturaleza de esas defensas y cómo operan en nuestras vidas. El «propósito» de nuestra elección del sistema de pensamiento del ego también es una consideración clave; y ese propósito, por supuesto, es para que podamos tener nuestras propias vidas especiales, aparte de la unidad perfecta. «Una ilusión es por definición un intento de que algo que se considera de suma importancia sea real, si bien se reconoce que es falso. La mente, por consiguiente, trata de hacerlo real movida por su intenso deseo de conseguirlo. Las ilusiones son parodias de la creación: intentos de hacer que las mentiras sean verdad. La mente, al considerar a la verdad como algo inaceptable, se subleva contra ella y se otorga a sí misma una ilusión de victoria.” (M.8.2: 3,4,5,6).
Saber intelectualmente que es erróneo y totalmente ilusorio es un paso importante; pero la integración de esa comprensión en nuestra experiencia es donde entra el trabajo duro, porque integral a este sistema de pensamiento que hemos permitido programar nuestro pensamiento y comportamiento es la aterradora amenaza de aniquilación si cambiamos de mentalidad acerca de su validez y luego elegimos un sistema de pensamiento diferente. Es por eso que necesitamos desarrollar una relación con un Maestro interno que esté fuera de todo ese sistema de pensamiento y que nos vea como realmente somos. Esa esa es la razón por la que hay Un Curso de Milagros.»
~ FACIM
~ Estudio el Curso, pero ¿por qué siento terror, pánico y miedo? ~ (Q&A – FACIM – #355)
P #355: «He sido un estudiante devoto de Un Curso de Milagros (así como de Ken Wapnick) durante los últimos 10 años; realmente trato de vivir mi vida según sus principios. Durante los últimos 4-5 años he estado viviendo en lo que sólo puedo describir como «infierno mental». Mi mente está constantemente llena de terror, miedo a la muerte inminente y ansiedad extrema. Como mi mundo externo está relativamente libre de problemas, ni siquiera tengo nada sobre lo que proyectar este terror. ¿Cómo me las arreglo para vivir en este «anillo de temor»?»
R: «El terror, cuando nos tiene en sus garras, puede parecer casi palpable. Y está en el completo interés propio del ego convencernos de que el terror es ineludible, sin importar lo que sepamos intelectualmente sobre sus orígenes y el proceso de liberación. No subestimar o minimizar la intensidad de lo que ha sido su experiencia durante los últimos cuatro o cinco años, sino que el ego preferiría nada más que hacerle creer que el terror ha sido su «única» experiencia. En otras palabras, el ego está invertido en la negación de cualquier experiencia de mentalidad correcta que haya tenido durante este período aparentemente sombrío. El desánimo y la desesperación son armas tan efectivas en el arsenal del ego como la ira y el odio, ya que son simplemente varias formas del mismo contenido subyacente de culpa, que grita que la separación es real.
Si bien es cierto que nuestra responsabilidad es descubrir y reconocer la oscuridad dentro de nuestras mentes para que pueda liberarse, eso no significa que debamos ignorar o negar las experiencias de luz que ofrecen la corrección para la oscuridad, por breves que a veces puedan parecer. No los niegue, ya que es en su reconocimiento que la cuerda de salvamento hacia la paz se refuerza en su conciencia. Puede parecer a primera vista el hilo más frágil, en el que apenas se puede confiar para soportar el peso de su gran culpa mientras intenta salir de su atolladero autoimpuesto. Pero a medida que reconoce y acepta esos fugaces episodios de paz, el hilo se convierte en un sedal, el sedal en un cordón, el cordón en una cuerda, y la cuerda en una escalera de perdón que puede escalar, con seguridad y confianza, paso a paso, hasta que llegue a la cúspide, elevándose por encima del «anillo de temor», de las arenas movedizas de la culpa y del abismo de la desesperación. Y nunca olvide la mano gentil que siempre está extendida para ayudarlo con cada paso, ya que esta es una escalada que no necesita hacer solo, ni puede hacerlo. Y esa mano puede venir en la forma que menos espera, como un hermano que le ofrece otra oportunidad para recordar la verdad sobre ambos.
Usted no indica que la ansiedad y el terror son tan incapacitantes que interrumpen su funcionamiento en el mundo. Sin embargo, no hay nada en el Curso que diga que no debe buscar ayuda fuera de usted mismo, en la forma de un terapeuta amable y solidario que pueda ayudarle a descubrir cualquiera de los símbolos de terror que están enterrados en su mente, aún ejerciendo un fuerte efecto inconsciente en su reconocimiento de que merece ser feliz y estar en paz. El viaje no es fácil a través del corazón de la oscuridad, pero su vigilancia y perseverancia se verán recompensadas cada vez más en una actitud alegre que lo sorprenderá. Sólo necesitas estar abierto a ello y «será» suyo. No olvide que aunque la paciencia puede ser una característica de un maestro avanzado de Dios (M.4.VIII), es una cualidad que todos podemos comenzar a adquirir ahora.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es una descripción sucinta del Curso?~ (Q&A – FACIM – #356)
P #356: «He visto en forma impresa Un Curso de Milagros denominado como «una enseñanza cristiana». No lo es, por supuesto. Sin embargo, me cuesta encontrar un adjetivo apropiado para describir el Curso. Es una enseñanza no dualista, psicológica, filosófica y canalizada. ¿Hay una manera más fácil de decirlo?»
R: «A veces es suficiente describir el Curso simplemente como un camino espiritual que se centra en la paz y el perdón. A menudo, eso es suficiente. Si la gente quiere saber más que eso, preguntará, y luego puede expandirse tanto como sea apropiado. Podría añadir, por ejemplo, que no es una religión; no hay rituales ni clero; es un curso de estudio y práctica individual que nos ayuda a recordar a Dios a través del perdón. Si se le pregunta si es cristiano, además de decir que no es una religión, etc., puede decir que hay muchos términos bíblicos en el Curso, pero tienen un significado muy diferente, no el significado tradicional presentado en la Biblia – expandiéndose, nuevamente, según corresponda. Dependiendo de las preguntas y de los que preguntan, puede entrar en las dimensiones psicológicas y metafísicas del Curso y cómo surgió.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué pasa si la paz que trato de dar no es correspondida? ~ (Q&A – FACIM – #357)
P #357: «¿Puede aclarar qué quiere decir Kenneth en el libro “Los 50 Principios de los Milagros” cuando dice que «mi regalo de paz se le dará a la otra persona; si esa persona elige aceptar esto es entre esa persona y Jesús»? ¿Qué pasa si la otra persona con la que estoy trabajando no es estudiante de Un Curso de Milagros y no está en contacto con su amor oculto? Implícito en esta pregunta está mi frustración y miedo con respecto al hecho de haberle dado regalos a mi ex novia con quien tuve una mala ruptura. La veo cada vez menos a través de los ojos del miedo y cada vez más a través de los ojos del amor, pero no he obtenido la respuesta que esperaba. Estoy confundido sobre el significado de: «A medida que comienzas a reconocer los regalos que le has dado tan libremente a tu hermano» y yo lo he hecho y estoy creciendo y me siento emocionado; pero supongo que mi sueño es que ella se acerque a mí y me diga «Oh, por cierto, experimenté esta nueva forma de mirarte». (jajaja!) ¿Puede ofrecerme un poco de información aquí?»
R: «La distinción entre forma y contenido es importante cuando se trabaja con estas enseñanzas. El «regalo de la paz» proviene de la decisión que toma en su mente de no ver sus intereses como algo aparte de los de su novia. Ese es el contenido. No es diferente del «regalo de paz» que le da a alguien más. Significa elevarse por encima del especialismo, lo que siempre implica intereses separados: verse a sí mismo como carente y ver a la otra persona como teniendo lo que quiere y necesita. Una vez que se eleve por encima del especialismo — aunque sólo sea por un instante — la separación entre ud. y la otra persona desaparecerá; estará en paz; y su experiencia será que esa paz le envuelve a ud. y a la otra persona como uno solo. En ese instante, todas las necesidades y expectativas simplemente desaparecen; realmente no importa si la otra persona responde o no. La forma o expresión del contenido variaría de un individuo a otro, pero eso no es lo importante. Ese es el ideal en el que queremos crecer. Una lección que es útil en este contexto es «Cuando me curo no soy el único que se cura» (W.pI.137).
Desde el punto de vista del mundo, el propósito de la relación es conseguir lo que quiere — tener a su novia en su vida para que se sienta completo y satisfecho. Es natural sentir que todo será maravilloso si sólo su novia respondiera de la manera que usted quiere. Así es como abordamos las relaciones en el mundo. Pero ese enfoque proviene de nuestras mentes erradas – lo que no lo hace pecaminoso o malo, ni significa que no deba buscar una relación romántica. Si está trabajando con el Curso, sólo quiere ser completamente honesto sobre el propósito de la relación para usted ahora; luego solicite ayuda si desea que la relación tenga un propósito diferente.
Desde el punto de vista del Espíritu Santo, el propósito de cualquier relación es ser el medio por el cual deshacemos nuestra propia creencia en la separación. Es un proceso que tiene lugar en nuestras propias mentes. “El Espíritu Santo, siempre práctico en Su sabiduría, acepta tus sueños y los emplea en beneficio de tu despertar. Tú te habrías valido de ellos para seguir durmiendo. Dije antes que el primer cambio que tiene que producirse antes de que los sueños desaparezcan, es que tus sueños de miedo se conviertan en sueños felices. Eso es lo que el Espíritu Santo hace en la relación especial. No la destruye ni te priva de ella. Pero sí la usa de manera diferente, a fin de ayudarte a que Su propósito se vuelva real para ti. Seguirás teniendo una relación especial, pero no será una fuente de dolor o de culpabilidad, sino de dicha y liberación. No será sólo para ti, pues en eso reside su infortunio. De la misma manera en que su falta de santidad la mantiene como algo aparte, su estado de santidad la convierte en una ofrenda para todo el mundo.” (T.18.II.6).
Esto, obviamente, es bastante diferente del enfoque del mundo, donde nuestro enfoque es mejorar nuestras vidas en el mundo. Este cambio en nuestro enfoque de todo es el objeto de la capacitación en las lecciones del libro de ejercicios. A la mayoría de nosotros nos lleva mucho tiempo, porque parece ir en contra de lo que nos ha resultado natural. Parece normal pensar que estaremos bien tan pronto como cambie la condición externa — tan pronto como esta persona en particular responda como yo quiero que lo haga. Pero Jesús nos está enseñando que esta actitud simplemente refuerza nuestro problema en lugar de resolverlo. Refuerza nuestra creencia en la realidad de nuestra falta y nuestra angustia e infelicidad. Nuevamente, eso no significa que no pueda tener una relación. Significa que el propósito sería diferente.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Por qué sigo comportándome de una manera tan insensata?~ (Q&A – FACIM – #358)
P #358: «Han pasado dos años desde que comencé a estudiar Un Curso de Milagros y, aunque estaba realmente asustada al principio, seguí adelante a pesar de todos mis temores. Algunos días cuando me siento culpable, todo parece salir mal y solo quiero morir. Me doy cuenta de que estoy siendo egoísta, pero soy una reina del drama. Permanezco en la depresión profunda durante horas sintiendo pena por mí misma, jugando al mártir, pensando en cómo la persona de la que me siento culpable se sentirá culpable después de mi muerte. Siempre encuentro el camino de regreso a la paz porque eso es lo que realmente quiero. ¿Pero por qué me comporto como una niña tan malcriada? ¿Qué puedo hacer para detener este comportamiento loco de «a mi manera o se van»?»
R: «Ah, sí, “La muerte les parece un precio razonable si con ello pueden decir: «Mírame hermano, por tu culpa muero».”(T.27.I.4: 6). El ego es realmente el rey (o la reina) del drama, y todos merecemos el premio Tony (galardón que celebra logros en el teatro en EE.UU.) por nuestras actuaciones tan convincentes como víctimas del mundo, día tras día tras día, hasta la saciedad. Por lo menos, nos hemos convencido «a nosotros mismos» de los papeles que estamos desempeñando, aunque cada vez sospechamos más de que las cosas no son como las imaginamos. Ha dado un gran paso al ser honesta consigo misma al identificar lo que está haciendo su ego, sin tratar de justificarlo.
El objetivo, sin embargo, no es poner fin al drama, ya que eso le daría a los eventos de nuestras vidas un papel en dictar cómo nos sentimos que simplemente no tienen. Solo son señales externas que apuntan a una elección interna para continuar identificándose con el conflicto y la culpa del sistema de pensamiento del ego en lugar de la paz de la alternativa del Espíritu Santo, y luego proyectar la responsabilidad de los efectos de esa elección fuera de nosotros mismos en alguien más. Es dentro de nuestras propias mentes que el cambio debe suceder. Y comienza mirando sin juzgar nuestra elección en favor del ego y las consecuencias que lo acompañan, el deseo de mantenernos separados de todos los demás, comenzando con Dios, a Quien creemos que mandamos a freír espárragos cuando decidimos que queríamos nuestro camino a toda costa.
Nos comportamos como niños malcriados porque todavía nos identificamos con el máximo saboteador, el ego, que nos ha convencido de que podemos estropear la perfección del Cielo de Dios y hacer un mundo impermanente en el que todo se estropeará al final. Jesús nos asegura que todo esto es una locura, pero obstinadamente nos aferramos a nuestras identidades falsas, convencidos de que una identidad falsa miserable es mejor que ninguna identidad individual separada.
Así que continúe mirando lo que está haciendo su ego, reconociendo el efecto que tiene en usted cuando elige alinear su pensamiento con él, y encontrará que su atractivo simplemente se desvanecerá con el tiempo. Porque el ego sólo puede continuar ejerciendo su control en la oscuridad, ya que aceptamos voluntariamente seguir engañándonos sobre lo que está haciendo. Pero a medida que su agenda de culpa, dolor y reproche se vuelva cada vez más clara a través de nuestra mirada no juzgadora con Jesús o el Espíritu Santo, la elección contra el conflicto y la culpa, y por lo tanto, en favor la paz y la inocencia, será cada vez más simple.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
¿Qué sucede realmente cuando alguien me ama pero yo no lo amo? ~ (Q&A – FACIM – #359)
P #359: «Tengo un amigo que piensa que estoy enamorada de él a pesar de que él sabe que tengo un cónyuge e hijos. Le tengo cariño porque me ha ayudado a aprender cómo superar los momentos difíciles. Quizás ha entendido mal mi afecto; no lo sé. Me siento muy desanimada y tentada a comenzar de nuevo en otro lugar.
Tengo la persistente sensación de que esta relación refleja un patrón recurrente en mi vida: una verdadera ambivalencia hacia la unión con alguien, como lo define Un Curso de Milagros. Parece que creo relaciones en las que eventualmente puedo justificar alejar a la otra persona, tanto emocional como físicamente, mientras que al mismo tiempo necesito caerle bien a la persona. Supongo que estos atributos míos son solo dos formas más de odio a mí misma, y formas complicadas. En una pregunta reciente y similar (#180), usted le aconsejó a un estudiante que se enfocara en sanar la culpa subyacente en su mente que su relación de «amor» no correspondida había descubierto, y que una vez que ella hubiera logrado la sanación, su incertidumbre sobre la relación se disiparía.
¿Puedo suponer que la respuesta a mi dilema podría ser la misma que para el estudiante en la Pregunta #180?»
R: «Sí, aunque la forma de la relación que describe es diferente de la relación descrita en la pregunta anterior, el contenido, así como la solución, no es diferente. De hecho, ¡siempre es lo mismo! El patrón recurrente que identifica en sus relaciones refleja una ambivalencia que caracteriza necesariamente «todas» las relaciones basadas en el ego. El problema no es siempre la forma de la relación, sino el propósito que le damos — para reforzar nuestra creencia en la separación y la culpa — aunque, por supuesto, mantenemos ese propósito oculto a nosotros mismos. El siguiente pasaje de principios del Curso describe de manera bastante explícita nuestro odio hacia uno mismo y sus orígenes en la negación de Dios de nuestro ego, como la dinámica que subyace en todas nuestras relaciones en el mundo:
“Tú que te identificas con el ego no puedes creer que Dios te ame. No amas lo que hiciste [el ego] y lo que hiciste no te ama a ti. El ego, que fue engendrado como resultado de tú haber negado al Padre, no le guarda lealtad a su hacedor. No puedes ni imaginarte la relación real que existe entre Dios y Sus creaciones debido al odio que le tienes al ser que fabricaste. Proyectas sobre el ego tu decisión de estar separado, y esto entra en conflicto con el amor que, por ser su hacedor, sientes por él. «No hay amor en este mundo que esté exento de esta ambivalencia», y puesto que ningún ego ha experimentado amor sin ambivalencia, el amor es un concepto que está más allá de su entendimiento. El amor aflorará de inmediato en cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. Esto quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma de desear está completamente desprovista de la «compulsión de obtener» del ego.” (T.4.III.4; cursiva agregada).
En otras palabras, si Dios, nuestra Fuente, es sólo Amor, pero buscamos ser algo que no sea parte de ese Amor, estamos eligiendo en contra del amor que somos y debemos creer que nos hemos privado de él. El ego que hacemos como reemplazo de Dios y nuestro verdadero Ser, por lo tanto, debe ser lo opuesto al amor, u odio. Aunque nos atrae lo que hemos hecho porque es nuestro, también lo culpamos por la pérdida de amor que sentimos. Y así, cualquier «amor» dentro del sistema de separación del pensamiento del ego debe ser una combinación ambivalente de atracción y odio. Como nos identificamos con el ego, esto es realmente odio a uno mismo. Al encontrar intolerable este odio hacia uno mismo, inventamos un mundo y nos separamos de los hermanos para responsabilizarlos por la falta de amor que sentimos. Y luego buscamos ese amor en los demás, a la vez que los culpamos por quitárnoslo y privarnos de lo que insistimos legítimamente merecer, negando todo el tiempo que fue nuestra propia elección la que nos llevó a esta lamentable situación. Todas las relaciones en el mundo, ya sea que impliquen un componente romántico o no, deben tener esta dinámica ambivalente, siempre y cuando continuemos eligiendo al ego — la creencia en la realidad de la separación — como nuestro guía y maestro. Porque siempre se basan en la suposición de que algo falta en mí y se debe encontrar fuera de mí. Pero es inevitable que el otro falle al final para satisfacer mis necesidades. Entonces, parece que no hay otra alternativa que terminar esta relación e ir en busca de otra, esperando que tal vez la próxima sea la que realmente funcione. Pero nunca lo hará. Porque la máxima del ego, que subyace a todos sus esfuerzos, es «Busca, pero no halles» (T.16.V.6: 5).
El Amor no necesita ser encontrado ni ganado ni conquistado — de hecho, no puede serlo. Sólo se puede recordar. Y lo recordamos al quererlo verdaderamente, lo que significa que no queremos nada más — ninguna de las trampas especiales del ego, que no son más que culpa disfrazada. Debemos renunciar a «el impulso de obtener», sea cual sea la forma que adopte, incluida la necesidad de agradar o ser valorado o apreciado. Pero antes de que podamos renunciar a la búsqueda del ego, debemos mirar honestamente lo que implica y reconocer cuál es realmente el contenido subyacente — pérdida, ira y ataque — o no estaremos dispuestos a liberarlo y, de hecho, sentiremos que estamos siendo obligados a sacrificar algo que queremos y necesitamos.
Así que el problema es siempre la culpa, o el odio hacia uno mismo, y la solución es siempre descubrir esa plaga interior aparente para que, a través de la unión con Jesús o el Espíritu Santo -la Presencia reflejada de amor en nuestras mentes-, su irrealidad pueda ser reconocida. Porque si el amor está allí con nosotros mirando nuestro juicio contra nosotros mismos por darle la espalda al amor y atacarlo, entonces el caso en contra de nosotros mismos puede simplemente ser desestimado (T.5.VI.10). En esos momentos cuando aceptamos la curación, podemos ser un recordatorio para los demás — aquellos con quienes estamos en varias relaciones — de que ellos también pueden tomar la misma decisión de mirar hacia adentro en lugar de buscar fuera de ellos mismos. Y no serán las palabras que decimos, sino simplemente el amor y la aceptación inequívocos que fluyen a través de nosotros — amor que no busca ni exige nada de nadie — lo que les recordará y reforzará ese reconocimiento dentro de nosotros.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Si Dios es todo lo que hay, ¿es el mundo entero, incluido yo, parte del sueño de Dios? ~ (Q&A – FACIM – #360)
P #360: «¿Es correcto lo siguiente?:
Si el ego no existe y este mundo es del ego, entonces lógicamente hablando, esta sumisión al Servicio de Preguntas y Respuestas de la Fundación tampoco está sucediendo realmente, excepto en un sueño o una ilusión. Y si yo, el redactor de esta sumisión, no existo excepto como un personaje en el sueño de un soñador, y Dios es Mente, y Dios es Todo Lo Que Es, entonces «todo» este mundo y «todos» sus habitantes son el elenco completo de personajes en este sueño de Dios.»
R: «Está en buena compañía con las enseñanzas hindúes, que también hablan del mundo como el sueño de Dios. Pero Un Curso de Milagros toma una posición muy diferente sobre los orígenes y la naturaleza del mundo ilusorio, derivado de su metafísica no dualista totalmente intransigente. El Curso enseña que una vez que «pareces» tener un pensamiento de separación, estás fuera de la Mente de Dios, que es la Unidad total. La conciencia, la percepción y los sueños, todos basados en la realidad de un yo y de otro, son el resultado de un pensamiento de separación que nunca ocurrió y que también están fuera de la Mente de Dios. Todos son ilusorios y sólo Dios es real, por lo que no pueden ser contenidos dentro de Su realidad – ni de la nuestra, como Su Hijo indiferenciado (incluso nuestras palabras aquí traicionan los límites de nuestro marco del ego para discutir todo esto, porque parece que nos hemos deslizado hacia una descripción dualista de nuestra realidad en Dios.).
El pensamiento de separación y el sueño que se desprende de ello para proteger y defender su existencia no tienen nada que ver con Dios. Sin embargo, una vez que creemos en la ilusión, tenemos dos maneras de verla: 1) como prueba de que hemos arrebatado una existencia separada de Dios a su costa, o 2) como un sueño del cual necesitamos la ayuda de la parte cuerda de nuestra mente dividida para despertarnos. Incluso dentro de nuestra mente dividida (separada), llevamos el recuerdo de Quiénes somos realmente como parte de esa Unidad, lo que nos permite usar los símbolos ilusorios del mundo para un propósito que no sea la separación y sus concomitantes de pecado, culpa y miedo Y ese propósito es el perdón, la liberación de todos los juicios del ego, que transformará nuestra percepción del mundo de uno de intereses separados a uno de intereses compartidos.
Entonces, tiene razón al describir su experiencia como redactor y presentador de preguntas al Servicio de Preguntas y Respuestas como parte del sueño ilusorio, pero no tiene nada que ver con Dios. Sin embargo, su propósito puede ser uno de adquirir una percepción verdadera o curada, aún ilusoria pero no reforzando la creencia en las ilusiones. Y ese es un paso necesario antes de que pueda volver a la abstracción total del conocimiento — el término del Curso para nuestra realidad con Dios en el Cielo — más allá de toda percepción y sueño.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es el significado de recordar sólo los pensamientos amorosos?~ (Q&A – FACIM – #361)
P #361: «Uno de mis pasajes favoritos de Un Curso de Milagros es “Perdonar no es otra cosa que recordar únicamente los pensamientos amorosos que diste en el pasado, y aquellos que se te dieron a ti…TODO LO DEMÁS DEBE OLVIDARSE” … Lo siento, pero no puedo decirle dónde se encuentra en el texto. Me gustaría su comentario sobre este pasaje. Nunca he escuchado a nadie más mencionarlo … ¡tal vez me estoy perdiendo algo … y no quisiera hacer eso! Tal vez «no es otra cosa» no significa «no es otra cosa» … tal vez mi enfoque debería ser más complejo … de todos modos … ¡es un pasaje hermoso …!»
R: «Este pasaje es de «Sombras del pasado» (T.17.III.1: 1,2). Este es el corazón del proceso de perdón. Hay un pasaje paralelo que aparece antes en el texto: “No te engañes, pues, con respecto a tu hermano, y considera sus pensamientos amorosos como lo único que constituye su realidad, pues al negar que su mente esté dividida sanarás la tuya.” (T.11.VIII.9:2). La práctica de esto no es fácil debido a la inversión que todos tenemos en ver a otras personas como la causa de nuestros problemas. Como resultado, nuestra resistencia al perdón total será bastante fuerte, o en nuestro celo por ser santos y espirituales, simplemente cubriremos todo el dolor y daño en el interior para que sólo veamos lo que es amoroso en nosotros mismos y en los demás. Sin embargo, el dolor y el daño permanecen, y el perdón no es sincero. Este es un proceso que requiere total honestidad y paciencia con nosotros mismos, y pedir ayuda para ver cuán tentador es aferrarse a los resentimientos y culpar a otros por nuestra angustia. Es por eso que Jesús dice: «No te engañes, pues, con respecto a tu hermano…» Él sabe que nos hemos dejado engañar porque nos vemos como víctimas inocentes de la maldad o la crueldad de los demás. Por lo tanto, primero debemos mirar esta tendencia dentro de nosotros mismos, reconocer de dónde viene y luego pedir ayuda para que nos guíe el Maestro del perdón.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Si «el perdón observa y espera», ¿qué estamos esperando? ~ (Q&A – FACIM – #362)
P #362: «El libro de ejercicios de Un Curso de Milagros dice que «el perdón simplemente observa, espera y no juzga.” Entiendo lo de observar y no juzgar, pero ¿qué estamos esperando exactamente?»
R: «Esta es una forma de decir que despertaremos del sueño cuando ya no tengamos miedo de abandonar el falso yo que hicimos, y estemos listos para aceptar de vuelta nuestra verdadera Identidad como el único Hijo de Dios. Nuestro miedo es tan grande que avanzamos hacia el despertar a través de instantes de perdón; pero a estos les sigue rápidamente el miedo a lo que significa el perdón total para nosotros. Entonces, la gentileza del perdón se expresa a través de la aceptación paciente de dónde estamos, y no siendo duros con nosotros mismos cuando nos encontramos de nuevo en medio de la locura del ego.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿La metafísica del Curso niega la realidad del karma?~ (Q&A – FACIM – #363)
P #363: «Veo algunas similitudes profundas entre Un Curso de Milagros y la filosofía Advaita Vedanta. Ambos afirman que este mundo (el universo físico) es una ilusión o, en hindi, «maya». Sin embargo, en la filosofía Vedanta hay un fuerte énfasis en el karma (acción), que sería el equivalente occidental del pecado si el karma es «negativo». En otras palabras, cosechamos lo que sembramos. Estuve muy cómodo con esta doctrina durante muchos años, ya que tenía sentido lógico para mí … hasta el Curso. Ahora parece que incluso la creencia en el karma es una ilusión, según la metafísica del Curso. ¿Tengo que negar completamente «todo» lo relacionado con esta experiencia temporal? No importa cuán intelectualmente satisfactorio sea el curso en abstracto, me cuesta trabajo en el día a día. ¿Alguna solución?»
R: «El deseo de creer en el karma, en particular el karma malo o negativo, es el deseo de hacer que el pecado sea real, en particular, los pecados de otros, a quienes todavía creemos que deben afrontar las consecuencias por su pecado, incluso si no es nada más que un universo impersonal que imponga su «justicia imparcial» por violaciones y transgresiones contra sus leyes naturales — las consecuencias aparentemente inevitables e ineludibles del odio y el ataque. Esta es siempre la versión de la justicia del ego, porque el pecado tiene un precio que debe pagarse y la balanza de la justicia siempre debe equilibrarse entre el bien y el mal, claramente una propuesta dualista basada en la creencia en los opuestos.
Sin embargo, esto solo puede ser un principio rector deseable si realmente creemos que los demás están separados de nosotros y que tú puedes merecer un castigo mientras yo mantengo mi inocencia. Y entonces esto no es más que el deseo velado del ego de que la culpa sea real — especialmente la culpa de los demás. Sin embargo, si la culpa de mis hermanos es simplemente la proyección de mi propia culpa inconsciente, entonces inconscientemente digo que quiero que mi propia culpa continúe siendo real. ¿Qué pasaría si realmente supiera que la única forma en que puedo liberarme de mis supuestos pecados es estar dispuesto a ver que cada «transgresión» — tanto la de los demás como la mía no ha sido más que una llamada de auxilio? Claramente, esto es algo que, como está experimentando, es imposible de hacer por su cuenta cuando se da cuenta de que está siendo llamado a ir más allá de los principios teóricos del Curso a su aplicación real en su vida a través de la práctica del perdón. Y seguirá siendo imposible mientras sigamos creyendo que nuestros intereses pueden estar separados de los de cualquier otra persona.
El Curso nunca pide que neguemos nuestra experiencia temporal en el mundo, pero nos pregunta si estamos dispuestos a cuestionar nuestra interpretación de esa experiencia. La interpretación del ego siempre verá intereses separados y exigirá «justicia» que corrija cada supuesto mal, en lugar de cuestionar la premisa que insiste en que todo mal es un pecado. Por supuesto, la conclusión es que el karma y la culpa son meras formas diferentes de intentar decir que la separación es real para mantener intacta mi individualidad. Y es por eso que la resistencia a la corrección gentil del Curso para todos los errores — tanto los nuestros como los de otros — es tan difícil de aceptar. “El milagro reduce al mínimo la necesidad del tiempo.” (T.1.II.6: 1), pero nuestros egos pueden continuar existiendo sólo en el tiempo. El karma es la ley del mundo de causa y efecto, afirmando que la causa es real y tiene efectos reales, por lo que tomará tiempo revertir o deshacer cualquiera de sus efectos. Por lo tanto, el pecado exige sufrimiento para deshacer la transgresión. Esto significa que se requiere tiempo para obtener la liberación eventual — algún momento en el futuro — si no en esta vida, en alguna vida futura. Pero el efecto del milagro es «ahora», en un instante santo fuera del tiempo y el espacio, trascendiendo las leyes del mundo físico y sus leyes subyacentes del ego. En las propias palabras amables y tranquilizadoras de Jesús:
“¡Cuán absurdo y demente es pensar que un milagro pueda estar limitado por las mismas leyes que vino exclusivamente a abolir! Las leyes del pecado tienen diferentes testigos, y cada uno de ellos tiene diferentes puntos fuertes. Y estos testigos dan testimonio de diferentes clases de sufrimiento. No obstante, para Aquel que envía los milagros a fin de bendecir el mundo, una leve punzada de dolor, un pequeño placer mundano o la agonía de la muerte, no son sino el mismo estribillo: una petición de curación, una llamada de socorro en un mundo de sufrimiento. De esa similitud es de lo que el milagro da testimonio. Esta similitud es lo que prueba. Las leyes que consideraban que todas esas cosas eran diferentes, son abolidas, lo cual demuestra su impotencia. El propósito del milagro es lograr esto. Y Dios Mismo ha garantizado el poder de los milagros por razón de lo que atestiguan.
Sé, pues, un testigo del milagro, y no de las leyes del pecado. No hay necesidad de que sigas sufriendo.” (T.27.VI.6: 3,4,5,6,7,8,9,10,11; 7: 1,2) «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuidar el cuerpo refuerza la ilusión?~ (Q&A – FACIM – #364)
P #364: «Si soy espíritu y mi cuerpo no es real, ¿está mal alimentarlo bien, hacer ejercicio, recibir masajes, vestirlo con esmero, maquillarlo, etc., o todo esto es visto como ser gentil conmigo mismo siempre y cuando me perciba como un cuerpo? ¿No reforzarán estas actividades esta falsa idea?»
R: «Las actividades de alimentar y ejercitar su cuerpo, recibir masajes, vestirlo con esmero y usar cosméticos no son santos ni profanos en sí mismos. No le haría avanzar espiritualmente simplemente dejar de hacer cosas sólo porque le hacen sentir bien. Este tipo de actividades corporales contradicen su deseo de despertarse del sueño de la separación «sólo» si su motivación está relacionada con el especialismo de alguna manera o para mantener el cuerpo en el centro de su atención. La idea es discernir si está usando su cuerpo para hacerse diferente y especial (el propósito del ego) o para aprender que todos somos iguales como fragmentos del único Hijo de Dios, compartiendo los mismos pensamientos de mentalidad errónea del ego y los mismos pensamientos de mentalidad correcta del Espíritu Santo. Nuestra actitud hacia nuestros cuerpos, por lo tanto, debe centrarse en usarlos para descubrir la agenda oculta de separación que estamos constantemente sosteniendo en nuestras mentes. Debido a esa agenda oculta, Jesús en un momento se refiere al cuerpo como «la máquina de destrucción» (T.20.VIII.4: 7). Ese es el propósito original del cuerpo.
En el nivel metafísico, el nivel de la verdad absoluta, Un Curso de Milagros nos enseña que el cuerpo fue hecho para atacar y reemplazar nuestra verdadera Identidad, y para limitar el amor (T.18.VIII.1). (Una imposibilidad y, por lo tanto, totalmente ilusorio, por supuesto). Entonces, en ese nivel, cualquier cosa que hagamos a nuestros cuerpos respalda ese propósito. Pero como todavía no estamos listos para identificarnos completamente con esa verdad, Jesús nos prepara para avanzar en esa dirección al hacernos considerar primero el cuerpo como neutral (W.pII.294). En este sentido, nuestras vidas corporales son aulas en las que gradualmente aprendemos a reconocer a qué maestro hemos elegido para guiar nuestras actividades — el ego o el Espíritu Santo. Por lo tanto, no cambiamos nuestros cuerpos ni cómo los arreglamos, etc., sino que cambiamos el «propósito» que les hemos dado.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es el papel del ego en un niño maltratado? ~ (Q&A – FACIM – #365)
P #365: «¿Cuál es el papel del ego de un niño cuando un adulto lo tortura y/o maltrata?»
R: «Primero, debe reconocerse la diferencia entre la mente y el cerebro. El cerebro se desarrolla, pero la mente no. La mente siempre está «madura», podemos decir, y el complejo cuerpo-cerebro es parte de la estrategia defensiva del ego. En este sentido, puede ser engañoso hablar del «ego de un niño». Si la mente que toma decisiones (fuera del tiempo y el espacio) elige identificarse con el ego, buscará mantener la separación real, pero proyectar el pecado, la culpa y el miedo asociados con ello. Su estrategia se centra en cambiar la batalla que percibe entre Dios y él mismo de la mente a situaciones específicas en un mundo externo, que es su motivo para tener un mundo en primer lugar. El objetivo del ego es mantener la victimización fuera de la mente, para que no tenga que confrontar el hecho de que es el victimario y el pecador originales. (Todo eso es ilusorio, por supuesto; pero aún no lo hemos aceptado). Una forma específica que esto podría tomar es la victimización de un niño por parte de un adulto. En tal caso, la mente que toma decisiones se separa de su identidad como mente y adopta la identidad de un niño inocente en una relación con un adulto abusador. Así, el ego logra su objetivo de inocencia, mientras que el pecado y la culpa se ven claramente afuera.
Otra motivación del ego para un guión que contiene tortura y/o abuso de un niño es proporcionar un medio de expiar por el «pecado» de atacar el amor. El ego ha convencido al Hijo de que el castigo de Dios es inevitable, pero que la ira de Dios podría ser aplacada si el Hijo sufriera en su identidad robada.
Es esencial comprender que esto no significa que el niño sea responsable del comportamiento del adulto o que el niño, como niño, «lo solicitó». Eso no es lo que enseña Un Curso de Milagros. Esto debe verse desde la perspectiva de la mente fuera del tiempo y el espacio, no desde el cerebro o la existencia física. Nada en el mundo es como parece ser, pero hemos separado la parte de nuestras mentes que es consciente de la dinámica del ego responsable de esta conciencia limitada. El Curso es el medio que estamos usando para restaurar a nuestra conciencia el poder de nuestras mentes para elegir entre el sistema de pensamiento del ego o el del Espíritu Santo.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿La salvación significaría que tengo que dejar atrás a los que amo?~ (Q&A – FACIM – #366)
P #366: «He identificado el miedo que me impide aceptar completamente las enseñanzas de Un Curso de Milagros: me temo que dejaré atrás a quienes amo en el sueño — no sólo en esta vida, sino en todo momento. Entiendo esto como separación, y acepto que todos estamos soñando pero por un momento. Sin embargo, el miedo persistente que tengo permanece y parece que no puedo superarlo. ¿El Curso aborda esto?»
R: «Ciertamente no está solo en experimentar este miedo. Porque puede parecer que tendremos que renunciar a todos aquellos que significan tanto para nosotros mientras seguimos a lo largo del camino del Curso, perdonando y liberando nuestras relaciones especiales de amor en nuestro regreso a la unicidad. Pero puede ser útil reconocer que es simplemente uno de los engaños del ego lo que nos lleva a creer que estamos siendo llamados a sacrificar lo que valoramos si escuchamos al Espíritu Santo (T.21.III.9: 1) . Esta creencia errónea proviene de un sentido equivocado de quiénes somos, qué es de valor, y cómo se toma la decisión de perdonar. Inicialmente, reconocer estos errores puede no parecer que nos brinde mucho consuelo, pero con el tiempo, comenzaremos a ver todo esto de manera diferente a medida que avanzamos más allá de cualquier percepción de la posibilidad de pérdida.
Creemos que somos cuerpos individuales específicos que, para experimentar el amor, necesitan relaciones con otros individuos que también son o han sido o serán cuerpos. Nada en el Curso dice que debemos renunciar a nada de esto mientras siga siendo nuestra percepción. De hecho, Jesús dice: “He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas. Y lo único que esto significa es que Él reinstaurará en ellas la función que Dios les asignó.” (T.17.IV.2: 3,4).
Para comprender lo que su ego está haciendo al arrojar esta cortina de humo para evitar comprometerse completamente con el Curso, puede ser útil analizar el propósito para el que hemos establecido nuestras relaciones de amor especial, así como las diferentes funciones que pueden cumplir cuando se las entregamos al Espíritu Santo, como se menciona en la cita anterior. En alianza con el ego, hicimos relaciones de amor especial como un sustituto del Amor de Dios (T.17.IV.2: 7), que creemos que descartamos cuando elegimos el pensamiento de separación de Dios. En consecuencia, es «natural» que sintamos — mientras creamos que somos cuerpos — que estamos separados del amor, que encontramos el amor en la relación con otros cuerpos y que podemos separarnos de aquellos a quienes amamos. Ninguno de estos pensamientos es pecado, pero todos sirven al propósito del ego de convencernos de que estamos separados y solos. Y aunque el contenido de estas relaciones parece ser amor, este amor sustituto es realmente una tapadera sobre el odio que está profundamente enterrado en nuestra mente. Es por eso que podemos fácilmente experimentar decepción, frustración, irritación, molestia, enojo e incluso rabia hacia aquellos que creemos que amamos. El aparente amor está ahí mientras se satisfagan nuestras necesidades percibidas. Una vez que son amenazadas, la máscara sobre el odio se cae.
Sin embargo, esto no significa que no haya verdadero amor en estas relaciones. Simplemente está enterrado aún más profundamente en la mente, debajo del odio. Y esa es la clave del propósito del Espíritu Santo para nuestras relaciones — ayudarnos a entrar en contacto primero con el juicio y la ira en nuestra propia mente, para que puedan ser liberados, permitiendo que ese amor que ha estado allí todo el tiempo «dentro de nosotros» fluya a través de nuestra mente hacia las mentes de aquellos con quienes estamos en relación.
La verdad es que todas las relaciones existen sólo en la mente, sin importar lo que nuestra experiencia nos diga sobre las relaciones que existen entre los cuerpos. Y la experiencia que todos buscamos en nuestras relaciones externas es la experiencia del amor verdadero, sin condiciones ni límites. Pero el amor no se puede encontrar fuera de nosotros mismos (T.29.VII). Sin embargo, esas aparentes relaciones externas pueden convertirse en recordatorios de dónde buscar para encontrar el amor que realmente deseamos y dónde están los obstáculos a esa experiencia — en nuestras propias mentes. Y así, a medida que permitimos que el Espíritu Santo sane todas nuestras relaciones, tanto el odio especial como el amor especial, experimentaremos, cada vez más, el amor que anhelamos. El significado de nuestras relaciones con los demás se transformará de símbolos de odio y ataque a símbolos de perdón y amor. Y usaremos esos símbolos siempre que los necesitemos, mientras sigamos creyendo que somos individuos separados. Pero no habrá movimiento más allá de nuestra experiencia de relaciones con otros fuera de nosotros hasta que decidamos que estamos listos para el siguiente paso. Al final, cuando sepamos que nosotros y todos nuestros hermanos «somos» el amor que hemos estado buscando, ya no necesitaremos los símbolos externos, ya que habremos aceptado la experiencia que ellos han venido a representar. Y el amor en sí será todo lo que importa.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
Estoy teniendo problemas para liberar mis resentimientos después de un divorcio.~ (Q&A – FACIM – #367)
Q #367: «Una de las experiencias que me han llevado a Un Curso de Milagros es la separación y el divorcio. Aunque trato de llevar mi lección diaria del Curso conmigo durante todo el día, me encuentro en una fiesta de lástima con demasiada frecuencia. Entrego al Espíritu Santo todo lo que siento tan pronto como me doy cuenta de lo que estoy haciendo, pero a veces no soy capaz de recuperar la paz durante bastante tiempo, incluso días. Esto sólo sucede con los problemas que rodean a mi ex-esposo – todo lo demás se controla muy fácilmente. ¿Alguna sugerencia?»
R: «Entregar sus sentimientos al Espíritu Santo realmente significa primero ver cuánto usted no quiere dejar que la otra persona se libere. Y si encuentra que no puede ceder en eso, entonces simplemente reconózcalo con toda honestidad, sin juzgarse a sí misma de ninguna manera. Eso ayudaría inmensamente, porque entonces no estaría peleando contra usted misma, o fingiendo que está perdonando cuando realmente no quiere. Ser capaz de aceptar donde está, sin juzgarse por ello, es donde se hace un progreso real, porque estaría aprendiendo que la «diminuta y alocada idea» no tuvo ningún efecto sobre la realidad. Y eso es lo que todos estamos tratando de aprender.
Sin embargo, como lo confirma su experiencia, nunca podrá estar en paz cuando se aferra a un resentimiento. Así que si toma eso en consideración cada vez que siente que no puede dejar ir sus sentimientos de victimización, o lo que sea que esté sintiendo, estará recordándose a sí misma el costo de tener la razón. El proceso, entonces, es ser completamente honesta consigo misma y con el Espíritu Santo o Jesús, no juzgarse a sí misma, y ser consciente del costo para usted misma de no perdonar. La verdad de su realidad como Cristo nunca cambia; pero su experiencia y conciencia de esa paz y amor está bloqueada por los resentimientos.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Necesito orientación sobre el perdón y la liberación del odio y los juicios.~ (Q&A – FACIM – #368)
P #368: «He estado estudiando su taller «Reglas para tomar decisiones» durante 3 semanas. Mi objetivo diario para la última semana ha sido aprender el perdón. Simplemente no entendí «¿A quién perdonar?» y «¿Por qué perdonarlos?» ¿Qué obstáculos me impiden experimentar el verdadero amor que es mío? He aprendido que hay un odio muy profundo en mí. No creía que hubiera odio en mí, hasta que comencé a analizar todos mis pensamientos y comentarios y me di cuenta de que muchos o la mayoría de ellos estaban basados en el odio. Me he perdonado por esto, y creo que puedo perdonar a los demás, ya que me perdoné. ¿Qué comentarios y consejos puede dar para ayudarme? Mi instinto es borrar esta carta porque está basada en el ego. ¿De qué se trata todo esto?»
R: «Como lo indica su experiencia, el primer paso para el perdón es el reconocimiento del odio que impregna el sistema de pensamiento del ego y cómo se expresa en nuestras vidas, en todas nuestras relaciones. Su elección de aprender el perdón lo ha llevado al mismo lugar donde debe tener lugar el perdón — usted mismo. El proceso implica mirar honestamente sus pensamientos y juicios, como lo ha estado haciendo, y verlos como el efecto de una elección en su mente de estar separado de Dios (y, por lo tanto, de todos sus hermanos). Aunque nos consideramos como pecaminosos por esto y nos sentimos culpables, Un Curso de Milagros nos dice que estamos equivocados y que debemos corregirlos. Se nos pide que entreguemos estos juicios al Espíritu Santo para que puedan ser transformados. Así que perdonamos a nuestros hermanos por lo que ellos no hicieron, porque todo de lo que les acusamos es una proyección de nuestra propia culpa: “Procura estar dispuesto a perdonar al Hijo de Dios por lo que él no hizo.” (T.17.III.1 : 5). También nos perdonamos por lo que «nosotros» no hicimos, porque ni la separación ni la culpa son reales.
Los obstáculos a experimentar el amor son todas las creencias que albergamos sobre nosotros mismos como seres pecaminosos, culpables, separados, viviendo en cuerpos y merecedores del castigo de Dios. La práctica de las enseñanzas del Curso nos lleva primero a reconocer estas creencias, luego a cuestionar su validez y ver su enorme costo: la pérdida de la paz y la pérdida de la conciencia de nuestra verdadera Identidad, así como la experiencia de amor de la que usted habla. A medida que el dolor de aferrarse al odio y a las creencias en la culpa se vuelve cada vez más intenso, estaremos más dispuestos a dejarlos ir, y luego la verdad de quienes somos volverá a la conciencia: “Cuando todo concepto haya sido cuestionado y puesto en tela de juicio, y se haya reconocido que está basado en suposiciones que se desvanecerían ante la luz, la verdad quedará entonces libre para entrar a su santuario, limpio y despejado ahora de toda culpa.” (T.31.V.17.5).
La parte de la mente que se aferra a la creencia en la separación resiste cualquier esfuerzo realizado para deshacer esta creencia. Su decisión de comprender y practicar el perdón amenaza el sistema de pensamiento del ego, lo que explica la «tentación» de borrar su pregunta. Por suerte se resistió a la tentación, y no a la elección en favor del perdón.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es el reverso de la «Regla de Oro»?~ (Q&A – FACIM – #369)
P #369: «¿Cuál es el reverso de la Regla de Oro (T.1.V.6: 4)?»
R: «El reverso de la Regla de Oro es la norma del ego de intereses separados: obtengo lo que quiero sin importar el costo para los demás. Una de las consecuencias desafortunadas de este enfoque de la vida y el comportamiento es que sospechamos de las motivaciones de los demás. Si esa norma está incrustada en nuestro propio pensamiento, también debe dirigir el pensamiento de todos los demás. En lugar de cuestionar el fundamento de ese tipo de pensamiento, encontramos formas de justificarlo, manteniendo así al ego. Es sólo cuando cuestionamos la cordura de las relaciones basadas en intereses separados que nos abrimos al principio sanador del Espíritu Santo de intereses compartidos.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Siento que he hecho un «trato» o un «negocio» por amor.~ (Q&A – FACIM – #370)
P #370: «Siempre he tenido el problema de aceptar que realmente merezco el amor, creyendo que tengo que ganármelo o pagar por él. Recientemente me casé con un hombre más joven al que había estado ayudando financieramente, en cuyas intenciones no confié durante mucho tiempo. Desde la boda, ahora veo que solo me está utilizando. No estoy segura si entendí bien. Inconscientemente cerré un trato: amor por el dinero y la seguridad, para excluir el amor de Dios. Invité a la evidencia que ahora percibo: el hombre con el que me casé se está aprovechando de mí y no me ama. Esto refleja una decisión y un juicio que he hecho sobre mí mismo. Como dice Jesús en Un Curso de Milagros, me estoy haciendo esto a mí misma, y no hay excepción a esa regla, ¿verdad? ¿Estoy diseñando toda la historia para permanecer separada: primero para contraer matrimonio y luego para salir de él y ser una víctima indefensa? Veo mis propias manipulaciones, pero mis percepciones no cambian. ¿Cómo las cambio? Creo que me estoy haciendo esto a mí misma, pero no lo siento. Siento que todo lo que quiero es amor. Si me quedo en este matrimonio y me niego a creer mis percepciones de su daño, ¿cambiarían para ver mi amor reflejado en esta persona? No sé qué hacer.»
R: «Si bien es cierto que su mente ha establecido la situación en la que parece encontrarse — y eso significa su mente que toma de decisiones fuera del tiempo y el espacio, y «no» el yo que cree que está aquí en el mundo — este casi nunca es el nivel más útil para enfocarse. El nivel más práctico es aceptar que tanto usted como su esposo tienen egos que cada uno busca que sus necesidades sean satisfechas haciendo un trato de amor especial como base para la relación. Y esto los hace a ambos exactamente como a todos los demás en el mundo, ¡aunque los términos específicos de su acuerdo negociado pueden ser diferentes! Así que no sea demasiado dura consigo misma por las elecciones que ha hecho.
La otra cosa a recordar es que el Curso nunca le dirá si debe permanecer o dejar una relación, porque desde la perspectiva de Jesús, ese nunca es el problema. La única preocupación real es, para cualquier relación que parezca estar experimentando en el presente, ¿a quién elegirá para que sea su maestro — el ego o el Espíritu Santo? O dicho de otra manera, a Jesús sólo le concierne lo que está sucediendo en su mente y no lo que parece estar sucediendo en su mundo, ya que desde su perspectiva, ¡no hay ningún mundo! De acuerdo, no es así como ve las cosas ahora, pero con el tiempo, con su ayuda, esa es la dirección en la que se dirigirá, a medida que aprenda a no tomarse a sí misma y a sus decisiones equivocadas con tanta seriedad y a ser más amable consigo misma.
Entonces, en términos de su matrimonio, ¿qué significa esto y qué no significa? Tiene razón al reconocer que cualquier cosa que experimente en esta relación refleja una decisión interna sobre cómo se ve a sí misma. Pero desea dejar en claro que la situación externa no es la razón por la que tiene estos sentimientos. La relación con su esposo es solo una cortina de humo para ocultar el verdadero problema de la culpa en su propia mente, la misma culpa que todos compartimos por la creencia de que nos hemos separado del amor. El problema no es que establezca un matrimonio para sentirse utilizada y no amada. Esa es la tapadera para mantener su enfoque alejado del problema real en su mente. Mientras su atención se centre en la relación externa y en cómo parece estar haciéndola sentir, continuará aceptando al ego como su maestro. Si su experiencia es una de ser víctima de su pareja de alguna manera — y necesita comenzar con esa interpretación — querrá pedirle ayuda a Jesús para reconocer que tal percepción sólo puede provenir de su propia culpa proyectada — y la culpa estaba allí antes de que alguna vez contemplase la idea de entablar una relación disfuncional con su esposo. De hecho, enfocarse en esa relación y cambiar su experiencia es la forma segura de asegurarse de que nunca se aborde el verdadero problema de la culpa en su mente.
Ahora, eso no significa que su esposo no esté actuando desde su propio ego de una manera no amorosa. E incluso si sana la culpa en su propia mente, eso no significa que simplemente lo verá como un reflejo del amor que está dentro de usted. Pero significará que lo mirará con la verdadera percepción del Espíritu Santo y sabrá que su esposo está extendiendo el amor o pidiéndolo (T.12.I.3). Y si él permanece identificado con su ego, pedirá amor. Dado que estará unida al amor que lleva dentro, sabrá que sus propias manipulaciones e intentos de satisfacer sus necesidades a través de la relación no tienen nada que ver usted ni con su propio valor como una hija de Dios. Y no necesitará usarlo para satisfacer su propia necesidad personal, basada en el ego, de sentirse amada.
Traer su decisión de darle la espalda al amor en su propia mente a Jesús y estar dispuesta a ofrecer su percepción de su esposo y de usted a él a cambio de su percepción curada es todo lo que necesita hacer, reconociendo que la suya sólo le ha traído dolor. Y el valor real de la relación con su esposo es que le ha ayudado a descubrir esas auto acusaciones enterradas en su mente, si está dispuesta a permitir que Jesús sea su amable maestro. Ya sea que permanezca en el matrimonio o no, su relación con su esposo ya no necesita ser utilizada para reforzar la culpa en su propia mente. Y ese es el camino del Curso hacia la autoaceptación y el amor.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo ve la mentalidad correcta el abuso infantil? ~ (Q&A – FACIM – #371)
P #371: «En mi profesión tengo que lidiar con el abuso infantil. Entiendo que es el ego el que quiere ver víctimas, dolor y sufrimiento. Pero, ¿significa esto que no ocurrió el abuso infantil? ¿Es eso lo que dice Un Curso de Milagros? ¿Este abuso no es real? ¿Cómo ve la mentalidad correcta el abuso infantil y cuál sería el comportamiento profesional correcto según el Curso?»
R: «Se encuentra atrapado en una confusión que es común para muchos estudiantes del Curso — sin distinguir entre los dos niveles en los que está escrito el Curso. Es cierto que, a nivel metafísico, el Curso dice que el mundo y todo lo que parece ocurrir dentro de él, incluido el abuso infantil, son ilusorios y en realidad nunca han sucedido. Pero lo que hace que el Curso sea tan práctico es que gran parte está escrito a un nivel que reconoce nuestra experiencia en el mundo pero nos brinda una forma diferente de ver esa experiencia que nos ayuda, con el tiempo, a desconectar nuestras mentes de la ilusión y recordar nuestra realidad, sin negar lo que parecemos estar observando. (Puede encontrar útiles las Preguntas #3 y #253 para una discusión adicional sobre el tema de la confusión de niveles).
Por lo tanto, en su rol profesional, no sería útil para ninguna persona involucrada, incluido usted mismo, si negara el abuso que se le presenta. En este mundo tal como lo hemos establecido, los cuerpos interactúan con otros cuerpos y, a veces, dirigen acciones violentas físicas y emocionales entre ellos. Y las acciones pueden parecer particularmente escandalosas y horribles cuando son dirigidas por un adulto a un niño. Lo que el Curso le pediría es que esté dispuesto a reconocer todas las formas en que se sienta tentado a tomar partido, a juzgar o sentir pena, tristeza, asco, enojo o cualquier otra emoción que la situación pueda desencadenar en usted. Y luego reconocer que, sea lo que sea que esté sintiendo, ha hecho una interpretación ¡«y está equivocado»!
Ahora, el juicio es inevitable cuando miramos una situación como el abuso infantil desde la perspectiva de separación y culpa de nuestro ego. Porque hemos fabricado el mundo para que podamos ver el pecado y el ataque fuera de nosotros mismos, y situaciones como estas son pantallas ideales sobre las que proyectar nuestra culpa (por ejemplo, T.13.IX.3: 1; T.18.I. 6), ya que casi todos los demás estarán de acuerdo con nuestra interpretación. Pero Jesús nos pide que cuestionemos nuestras conclusiones, porque él sabe lo que aún no sabemos, que toda la violencia y el dolor están sucediendo sólo en la mente y no en el mundo, y que no tiene nada que ver con los cuerpos (T.28.III.4: 6,5: 1; W.pI.135.9). Entonces, si se une a Jesús, con el tiempo llegará a reconocer el dolor que todos los involucrados en el abuso comparten, y que todos están tomando decisiones inconscientes a partir de este dolor — abusador, abusado, cómplice silencioso, acusador enojado. Y si está juzgando a alguno de ellos, también estás reaccionando con el mismo dolor. Con el tiempo, con esta creciente comprensión, sus juicios disminuirán y sentirá compasión por todos los involucrados, independientemente de su papel.
Y también comenzará a comprender que el dolor es realmente una petición de amor, y el amor siempre está ahí, dentro de la mente, accesible para todos nosotros si estamos dispuestos a liberar nuestras propias interpretaciones y aceptar la de Jesús. Porque son sólo nuestras interpretaciones y juicios los que bloquean el amor y mantienen las diferencias y la separación del amor real en nuestras mentes. Al final, a medida que reconocemos que el amor siempre está ahí, también reconoceremos que el dolor y la culpa no son reales (W.pII.284.1), y el abuso que parece enmascarar su fuente en la mente es irreal también. Pero esa comprensión sólo llega al final del proceso. Y no significará que necesariamente se comportará de manera diferente con las familias con las que está trabajando. Continuará actuando de manera que ayudará a determinar la responsabilidad y las consecuencias apropiadas dentro del sistema por el abuso, así como a proteger al niño de más abuso — pero lo hará todo sin juzgarlo. Y se habrá convertido en un recordatorio para todos los involucrados de que hay otra forma de ver lo que ha estado sucediendo que no implica ataque y culpa.
El Curso no tiene nada que decir sobre el comportamiento — profesional o de otro tipo — ya que su interés es sólo con el contenido de nuestras mentes. Pero tenga la seguridad de que si hace el trabajo interno de liberación cuando se da cuenta de las proyecciones de culpa que surgen dentro de su propia mente, sabrá cómo relacionarse con todos de una manera que sólo puede reflejar la curación. Y sabrá que sólo es un instrumento de esa curación, y nunca su Fuente.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Puede aclarar las diferencias entre la Ciencia Cristiana y el Curso? ~ (Q&A – FACIM – #372)
P #372: «Mi padre es un fuerte practicante de la Ciencia Cristiana, y a menudo tenemos discusiones sobre las diferencias en la teología entre ella y el Curso de Milagros. Un aspecto particular de estas diferencias es el mundo — el Curso que enseña que todo en el universo material es material y «no» es creado (o incluso conocido) por Dios, mientras que en la Ciencia Cristiana, cosas como árboles, arroyos y montañas son ideas de Dios, pero no importa.
Creo que todo se reduce a que en la Ciencia Cristiana no creen que podamos escapar del mundo porque nunca dejamos la perfección. Me parece que en el Curso estamos tratando de escapar del sistema de pensamiento en el que se basa el mundo y no vemos la naturaleza como ideas de Dios sino como distracciones del sistema de pensamiento del ego.
Otra aparente diferencia en los dos es que la Ciencia Cristiana cree que a medida que retires tu creencia en la materia o la ilusión, el mundo de la forma mejorará, ¡garantizado! Porque todo se trata de pensamiento. Pero creo que el punto de vista del Curso es que la forma puede o no mejorar, incluso cuando empiezas a ver su irrealidad.
¿Puede aclararme estas diferencias? Además, ¿conoce otras diferencias en estas dos filosofías porque en el fondo parecen ser lo mismo para mí?»
R: «Tiene razón en las diferencias entre Un Curso de Milagros y Ciencia Cristiana que señala. En sí mismas son suficientes para establecer que estos dos sistemas de pensamiento son fundamentalmente diferentes. Un Curso de Milagros enseña no sólo que el mundo no fue creado por Dios, Quien no tiene conocimiento de él, sino que no existe en absoluto. No se nos pide escapar del mundo o del sistema de pensamiento del ego como tal, sino aprender a dejar ir nuestra identidad con ese sistema de pensamiento a través del perdón (W.pI.23). Tiene razón, el mundo no mejorará cuando ya no creamos que el pensamiento de separación de Dios es real; desaparecerá en nuestra conciencia. Puesto que el Curso enseña que no hay jerarquía de ilusiones (T.26.VII.6), toda forma en el universo físico es igualmente irreal, ninguna parte de la cual es una idea de Dios, Quien es espíritu puro y más allá de la forma.
La enseñanza del Curso sobre el perdón también lo distingue de otros caminos espirituales. Como sabrá, nos dice: “Procura estar dispuesto a perdonar al Hijo de Dios por lo que él no hizo.” (T.17.III.1: 5). Se nos pide que vivamos el Curso aplicando el proceso de perdón a todas nuestras relaciones. Esto implica mirar el odio, la ira y los juicios del sistema de pensamiento del ego en funcionamiento en nuestras vidas, para que puedan ser liberados y reemplazados por el sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Esto no es central para la enseñanza de la Ciencia Cristiana. Si usted es un estudiante del Curso, puede ser útil recordar que es esta aplicación de sus enseñanzas lo que es importante más que la comprensión intelectual de sus principios metafísicos. Las conversaciones con su padre probablemente le brinden muchas oportunidades para esto. Un Curso de Milagros nos pide que identifiquemos todos los juicios que podamos tener durante nuestras interacciones, reconozcamos que son proyecciones de culpa por haber elegido identificarnos con el pensamiento de separación y que se los entreguemos al Espíritu Santo para que puedan ser reinterpretados. Como científico cristiano, su padre puede tener una práctica muy diferente.
Otra distinción significativa es la importancia del papel de Jesús y del Espíritu Santo en la práctica de las enseñanzas del Curso. Nos alienta a pedirle ayuda a Jesús o al Espíritu Santo para elegir nuestras mentes correctas en lugar de nuestras mentes erradas, para que nuestra percepción pueda ser transformada.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo puede alguien que no practica el Curso tener una autoestima más alta que yo? ~ (Q&A – FACIM – #373)
P #373: «¿Cómo es posible que alguien que parece espiritualmente muy ingenuo tenga mucha más autoestima y amor propio que alguien que ha estudiado Un Curso de Milagros durante muchos años? Estoy hablando de uno de mis hermanos mayores, un cristiano. Algunas de las cosas que me cuenta sobre su religión me parecen tontas (e incluso equivocadas a veces), y sin embargo es evidente (creo) por su éxito en la vida en lo que respecta al trabajo, el hogar, la familia, y su cálida y amorosa personalidad y la forma en que todos lo aman (incluyéndome a mí) que en el fondo se siente mucho más respetado de lo que yo me considero a mí mismo. Estoy un poco celoso. En términos del Curso, ¿cómo puedo conciliar esto en mi interior?»
R: «Bueno, parece bastante evidente por lo que dice que a Dios simplemente le gusta más su hermano. Pero en serio, ha caído en un par de trampas comunes en las que al ego le gusta atraparnos a todos. Primero, está juzgando por la apariencia o la forma entre usted y su hermano. Y en segundo lugar, cree que puede comparar caminos espirituales y determinar que uno es mejor, más sofisticado o más correcto que otro.
Consideremos primero el segundo problema. Si bien desde su perspectiva, las creencias espirituales de su hermano pueden parecer ingenuas, tontas e incluso incorrectas, existe una buena posibilidad de que, desde su perspectiva, el Curso pueda parecer igual de ingenuo, tonto e incorrecto. El Curso no hace un reclamo exclusivo de la verdad (M.1: 4: 1,2). Cada uno de nosotros sólo necesita preocuparse de haber encontrado el camino correcto para sí mismo y no preocuparse de si el camino de otra persona tiene sentido. Como Jesús dice en el Curso, y esto se aplicaría a varios caminos espirituales, así como a la experiencia de diferentes personas con el Curso: «El plan de estudios es altamente individualizado» (M.29.2: 6).
En cuanto a la mayor autoestima aparente de su hermano, nunca sabemos con certeza cuál es la experiencia interna de otra persona. Pero la autoestima no es el objetivo del Curso, la paz sí. Y esa paz no tiene nada que ver con el aparente éxito en la vida, de acuerdo con los términos del mundo. Un pasaje útil al principio del Curso describe la trampa en la que ha caído con su hermano — el juego del ego de juzgar y comparar, empleando sus criterios para lo que es de valor, basado en la forma, en lugar de los criterios del Espíritu Santo basados simplemente en distinguir lo que es verdadero de lo que es falso:
“El ego…siempre se evalúa a sí mismo en función de otros egos…Su percepción de otros egos como entes reales no es más que un intento de convencerse a sí mismo de que él es real. El «amor propio» (o autoestima), desde el punto de vista del ego, no significa otra cosa que el ego se ha engañado a sí mismo creyendo que es real, y, por lo tanto, está temporalmente menos inclinado a saquear. Ese «amor propio» es siempre vulnerable a la tensión, término éste que se refiere a cualquier cosa que él perciba como una amenaza a su existencia. El ego vive literalmente a base de comparaciones.” (T.4.II.6: 5,7,8,9; 7: 1).
Ahora bien, nada de esto quiere decir que su hermano tenga o no una experiencia de paz interior. Pero esa no es su preocupación, ya que simplemente se convierte en una distracción externa más que le impide elegir la paz dentro de usted ahora. Y cuando recuerde esa elección, también recordará el amoroso recordatorio de Jesús a todos los que estamos tentados a compararnos con nuestros hermanos: “El que los Hijos de Dios sean especiales no procede de una condición de exclusión sino de una de inclusión. Todos mis hermanos son especiales.” (T.1.IV.3: 5,6).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Perdonar una situación es lo mismo que ver la verdad de la situación? ~ (Q&A – FACIM – #374)
P #374: «De acuerdo con Un Curso de Milagros, ¿sería correcto decir que perdonar en cualquier situación es lo mismo que ver la verdad en cualquier situación?»
R: «No exactamente. La verdad no se puede experimentar ni «ver» directamente en el sueño, porque todo aquí es una ilusión, incluido el perdón: “El perdón, entonces, es una ilusión, pero debido a su propósito, que es el del Espíritu Santo, hay algo en ella que hace que sea diferente. A diferencia de las demás ilusiones, nos aleja del error en vez de acercarnos a él.” (C.3.1: 3,4). Nuestras mentes albergan un recuerdo de la verdad que es traído a nuestra conciencia a través del proceso del perdón, es “…una forma terrenal de amor” (W.pI.186.14: 2). El verdadero perdón nos muestra la irrealidad de cada situación y sólo en este sentido refleja la verdad. Nos permite percibir todo con el Espíritu Santo como una petición de amor o una expresión de amor (T.14.X.7). Por lo tanto, nos conduce hacia la verdad, que es nuestra unidad con Dios como Su Hijo inocente. A través de la práctica del perdón, todas las creencias inconscientes que abrigamos sobre nosotros mismos que contradicen la verdad son llevadas a la conciencia para que puedan ser entregadas al Espíritu Santo para que sean transformadas. Cuando hayamos perdonado cada pensamiento y creencia de esta manera, ya no bloquearemos nuestra conciencia de que: “…la verdad se alza radiante, más allá del conflicto, intacta y serena en la paz de Dios.” (T.23.I.7: 10 )»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es el significado de «la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba.»? ~ (Q&A – FACIM – #375)
P #375: «¿Cuál es el significado de «la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba.» (T.1.VI.3: 3)?»
R: «En varios lugares del Curso, Jesús usa la metáfora de una escalera para hablar sobre nuestra separación de Dios y luego el proceso de deshacer esa separación. Nuestra elección de separarnos de Dios inició una serie de dinámicas que nos llevaron hasta lo más bajo de la escalera, que es lo que ahora experimentamos como nosotros mismos y nuestras vidas. Nuestro regreso, por lo tanto, debe comenzar por donde estamos, y luego con Jesús guiándonos gentilmente, volvemos a subir la escalera paso a paso hasta llegar a la cima: “…la salvación procederá a cambiar el rumbo de cada paso que jamás se haya dado en el descenso hacia la separación, hasta que lo andado se haya desandado, la escalera haya desaparecido y todos los sueños del mundo hayan sido des-hechos… Lo que espera en perfecta certeza más allá de la salvación no nos concierne ahora, pues apenas has empezado a dejar que se te guíe en tus primeros e inciertos pasos de ascenso por la escalera que la separación te hizo descender. El milagro es lo único que debe concernirte ahora. Éste es nuestro punto de partida.” (T.28.II.12: 7; III.1: 1,2,3, 4)
Por lo tanto, la corrección se centra en nuestra experiencia actual como cuerpos en un mundo físico. Es por eso que debemos estar atentos para no saltar pasos al negar nuestros cuerpos o nuestra experiencia física en un intento de saltar desde el fondo de la escalera hasta la cima. Cualquier curación que experimentaríamos si lo hiciéramos sería de corta duración, porque la culpa subyacente permanecería. El proceso de curación comienza con nuestras experiencias como seres físicos individuales porque eso es lo que creemos que somos, de lo contrario no estaríamos teniendo esas experiencias. “El Espíritu Santo te lleva dulcemente de la mano, y desanda contigo el camino recorrido en el absurdo viaje que emprendiste fuera de ti mismo, conduciéndote con gran amor de vuelta a la verdad y a la seguridad de tu interior.” (T.18.I.8: 3).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es un buen ejemplo del uso de «Las reglas para tomar decisiones»? ~ (Q&A – FACIM – #376)
P #376: «Mi pregunta involucra las «Reglas para tomar deciciones». Como quiero hacer realidad el sueño del juicio, quiero entender estas reglas, pero no estoy seguro de hacerlo. Realmente me ayudaría un ejemplo aplicado usando las reglas o algo para aclarar el concepto.»
R: «En primer lugar, desea comprender que «la forma» en que experimentamos todo en nuestra vida diaria representa una elección o decisión. Entonces, usted quiere tener claro que sólo hay dos alternativas entre las que siempre estamos decidiendo, sin importar cuántas opciones nuestra vida y el mundo parecen presentarnos — el ego y el Espíritu Santo. Cada uno representa un sistema de pensamiento y una forma de ver el mundo que es diametralmente opuesto al otro, lo que lleva a efectos que son mutuamente excluyentes.
Ahora, mientras no estemos conscientes de que tenemos una opción que determina cómo experimentamos nuestras vidas, continuaremos tomando una decisión inconsciente y no reconocida en favor del ego, con todas las consecuencias que se derivan de esa elección, incluida la culpa, el miedo, ira, dolor, ansiedad, depresión, angustia y conflicto. El propósito del Curso es ayudarnos a reconocer que no ser conscientes de la elección es realmente una elección en sí misma, para que podamos decidir lo contrario — en favor del Espíritu Santo en lugar del ego.
Una vez que comprenda que es sólo a este nivel de elección al que se refieren las reglas para tomar decisiones, las reglas deberían volverse más claras. El día que realmente queremos, a pesar de lo que nuestro ego nos diga, no es uno en el que nos salimos con la nuestra y todas las cosas que creemos que queremos, sino uno en el que no nos identificamos con la culpa en nuestra propia mente y por lo tanto, no tenemos necesidad de proyectar esa culpa fuera de nosotros mismos en los demás y en el mundo que nos rodea. Y así, las reglas describen las maneras en que podemos aprender a decidir que no queremos ser los jueces de cómo debe ser nuestro día, porque esa es una elección de seguir las reglas del ego, basada en una creencia en nuestros propios intereses separados, en lugar de los intereses compartidos que el Espíritu Santo nos lleva a reconocer.
Jesús nos conoce bien y reconoce que, a pesar de nuestras aparentes mejores intenciones de aceptarlo como nuestro maestro, tendremos miedo muchas veces durante nuestro día y una vez más nos identificaremos con el ego y su culpa y creeremos que sabemos mejor que Jesús lo que necesitamos. Entonces necesitaremos otra regla para ayudarnos a salir de la solución del ego que hemos elegido para nosotros mismos. Y así, a medida que avanzamos en la sección, Jesús nos ofrece formas de deshacer nuestras elecciones infelices y devolver nuestra mente a su gentil guía, que nos permitirá usar todo lo que parece sucedernos durante nuestro día como una oportunidad para practicar el perdón. Pero si nos hemos atrincherado en nuestra elección del ego y nuestra propia necesidad de tener razón, entonces es posible que necesitemos más persuasión gentil que nos lleve a reconocer que nuestra propia elección egocéntrica no nos hace felices, abriendo la puerta para pedir ayuda otra vez.
Y así, para un ejemplo específico: puedo comenzar mi día expresando la voluntad de reconocer mis juicios tan pronto como surjan en mi mente para que pueda pedir ayuda para liberarlos y regresar a una experiencia de paz genuina. Y es posible que me esté moviendo a lo largo del día, quedando atrapado periódicamente en el pensamiento, por ejemplo, de que encontrar un lugar de estacionamiento cerca de donde quiero comprar me hará feliz o de que completar un proyecto sin interrupciones me permitirá estar en paz. Y luego encuentro que mi nivel de irritación aumenta a medida que mis objetivos se frustran. En este punto, quiero poder reconocer que he aceptado nuevamente al ego como mi maestro y he definido mi felicidad y paz en términos de dominar situaciones externas, estableciéndome así como su «víctima» potencial. Si ese reconocimiento llega rápidamente, también puedo abandonar el ego con la misma rapidez y regresar a la gentil guía de Jesús.
Pero tal vez tengo un encuentro con alguien que especialmente no me gusta y terminamos teniendo problemas. Y no hay forma de que vaya a dar marcha atrás en este caso, porque sé que tengo razón. En algún momento, al menos podría estar dispuesto a escuchar a Jesús preguntándome suavemente si me gusta lo que siento ahora. Y si puedo tener suficiente honestidad y humildad, puedo admitir que no. Y una vez más, eso abre la puerta para otra forma de ver la situación, una que no coloca mi propio interés por delante de los demás y que me permite ver mi propia petición de amor reflejada en las reacciones de mi «antagonista». Y así, a medida que practico estas reglas para elegir al Espíritu Santo para guiar mis percepciones de mi experiencia en lugar del ego, cada vez más encontraré que puedo tener el tipo de día que realmente quiero — uno lleno de un sentido de paz, facilidad y dicha — sin importar lo que parezca que está sucediendo en el «exterior».
Puede encontrar útil el conjunto de cintas, «Reglas para Tomar Decisiones» por Kenneth Wapnick, que aborda esta sección en profundidad. Algunas partes de este conjunto de cintas también se incluyen en nuestra serie de extractos en nuestro sitio web (lo puedes conseguir también en este enlace: https://nytz.files.wordpress.com/…/articulos-de-kenneth-wap…) «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo puedo «permitir que me libere» de una relación especial? ~ (Q&A – FACIM – #377)
P #377: » “El Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te atraiga, te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas liberarte.” (T.16.VI.12: 1) ¿Pero cómo? ¿Cómo «me uno a Él en un instante santo» y luego «permito que me libere»? «Lo único que necesita es que estés dispuesto…» (próxima oración). Sinceramente quiero ser liberado de esta relación porque la encuentro ridícula de todos modos — pero hasta la fecha he estado fallando miserablemente y no sé cómo salir de ella.»
R: «Ha encontrado la clave para responder a su pregunta en la siguiente oración: «Lo único que necesita es que estés dispuesto…» Sin embargo, la disposición requerida aquí no es lo mismo que querer salir de una relación porque sea ridícula o de alguna otra manera indeseable. Es la voluntad de reconocer y asumir la responsabilidad del uso de la relación por parte del ego, que siempre es hacer que la separación sea real y aferrarse a la culpa.
Cualquier relación que lo atraiga, ya sea que lo caracterice como amor especial u odio especial, alberga una multitud de pensamientos, creencias y juicios sobre usted y la otra persona, todos basados en la creencia en la separación, lo que da lugar a la culpa. Entra en el instante santo con el Espíritu Santo a través del proceso del perdón. El primer paso en este proceso es estar dispuesto a «reconocer todas las creencias y juicios que aporta a la relación», y luego a «cuestionarlos a la luz de las enseñanzas de Un Curso de Milagros» en la medida en que las entienda. Esto cambia el propósito de la relación del objetivo del ego al del Espíritu Santo. Si está dispuesto a que estas creencias y juicios sean transformados por el Espíritu Santo, será liberado de ellos y Su percepción reemplazará a la suya; así entra en el Instante Santo. “Nunca solicites el instante santo después de haber tratado de eliminar por tu cuenta todo odio y temor de tu mente. Ésa es «su» función. Nunca intentes pasar por alto tu culpabilidad antes de pedirle ayuda al Espíritu Santo. Ésa es «Su» función. Tu papel consiste únicamente en estar dispuesto, aunque sea mínimamente, a que Él elimine todo vestigio de odio y de temor y a ser perdonado.” (T.18.V.2: 1,2,3,4,5). Su liberación es la liberación de la culpa. La relación se desvanecerá cuando ya no tenga ninguna atracción por las creencias, los juicios y su consiguiente culpa en la forma específica que representa esta relación.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo «miro dentro»? ~ (Q&A – FACIM – #378)
P #378: «Tengo una pregunta para ustedes sobre «mirar». Estoy atrapado en lo que percibo como declaraciones contradictorias en Un Curso de Milagros y con lo que dice Ken. El Curso nos anima a mirar dentro y veremos la irrealidad del pecado, la culpa y el miedo. Ken nos instruye que nos pongamos en contacto con cuánto no queremos mirar hacia adentro y cuánto no queremos el perdón, y pedirle ayuda al Espíritu Santo para deshacer esto. He hecho esto pero estoy luchando por encontrar la paz como resultado. Estoy atascado en cuánto tiempo mirar. ¿Qué tan claramente miro, qué tan directamente miro, etc.? Al principio del texto, se nos alienta a negar la negación de la verdad, primero aceptando la responsabilidad y luego pidiéndole ayuda rápidamente al Espíritu Santo. Más adelante en el texto, se nos pide que miremos claramente al ego y nuestro odio «incluso si te asusta». Luego, en T.9.IV.4, entiendo que este pasaje significa que el plan del ego nos haría pasar por un proceso similar al mirar claramente el error.»
R: «Un punto de aclaración para comenzar: «el plan del ego» que menciona en el capítulo 9 no se refiere a mirar el error «dentro de nosotros mismos». El plan del ego es hacernos ver el error muy claramente «en otra persona», que por lo tanto merece nuestro juicio y condena, y luego intentar perdonar eso — a lo que se refiere el anexo «El Canto de Oración» como «perdón-para-destruir» ( S.2.II). De hecho, esta es la principal defensa del ego, una que intenta evitar que miremos dentro al enfocarnos en la culpa de todos los demás. Vemos el pecado y la culpa fuera de nosotros mismos en nuestros hermanos, sin reconocer nunca que no es más que una proyección de nuestra creencia inconsciente en nuestro propio pecado y culpa. El ego nunca nos alentaría a mirar verdaderamente dentro de nuestra mente nuestro pecado, ya que si realmente miramos, como dice el Curso, reconoceríamos su irrealidad. Pero el tipo de mirada a la que se refiere el Curso no son las miradas culpables, miedosas y furtivas del ego, que asumen que la culpa es real y sólo buscan afirmar su realidad al no mirar realmente. Más bien es una visión serena y gentil de los contenidos de nuestra mente con Jesús o el Espíritu Santo como nuestra Guía para ver, porque saben que lo que vemos como pesado y repulsivo no es más que sombras que se desvanecen a la luz del verdadero perdón.
Sin embargo, este mirar hacia adentro tampoco es simplemente una revisión de nuestro pasado, inventariando todas las auto acusaciones que abrigamos contra nosotros mismos como este yo que creemos que somos, con su historia de transgresiones y omisiones. Porque esos «pecados» y su culpa acompañante son tanto una cobertura sobre la culpa que Jesús nos invita a examinar como nuestras proyecciones de culpa y ataque contra nuestros hermanos, ya que también nos distraen de mirar dentro de nuestras mentes a la verdadera fuente de culpa. Pero eso no significa que identificar y tomar conciencia de nuestros juicios contra nosotros mismos y contra los demás no pueda servir a un propósito diferente del propósito del ego de reforzar la culpa en lugar de liberarla.
Tenemos miedo de mirar hacia adentro porque hemos aceptado sin cuestionar la afirmación del ego de que somos «la morada del mal, de las tinieblas y del pecado» (W.pI.93.1: 1). Pero incluso eso es una defensa, ya que en un nivel más profundo, nuestra resistencia a mirar dentro es realmente nuestro miedo a perder nuestra identidad individual. Su lucha para mirar hacia adentro es realmente el intento de su ego de preservarse a sí mismo. Mientras permanezca identificado con el ego, cree que su propia supervivencia está en juego. Sin embargo, no es el propósito del Curso eliminar nuestro sentido de identidad sino sólo ayudarnos a deshacer la culpa que hemos asociado con ello. Al final del proceso, no veremos ningún valor en salvar al falso yo individual, y esa será una elección que haremos gustosamente, cuando estemos listos.
Mientras tanto, para ayudarnos a liberar la culpa, el Espíritu Santo muy ingeniosamente paga con su misma moneda al ego, usando lo que el ego ha hecho como una defensa en contra de mirar hacia adentro como el medio ahora para descubrir lo que está en nuestro inconsciente. En otras palabras, el error o pecado que vemos en nuestro hermano que tanto despierta nuestro enojo y juicio, o las faltas que tenemos en contra de nosotros mismos por no estar a la altura de algún ideal del ego de cómo debemos actuar y pensar, se le puede dar otro propósito cuando comenzamos a entender sus orígenes. Ningún otro juicio es necesario o incluso posible sin el auto-juicio inicial del ego de que hemos pecado al tratar de separarnos de Dios y establecer nuestra propia identidad separada. El mismo yo que creemos que somos se basa en un crimen tan horrendo, creemos, que nunca puede ser perdonado y siempre exige la venganza de Dios. Entonces, cualquier cosa de la que nos acusamos a nosotros mismos o a cualquier otra persona es, por el contrario, una pálida sombra de esa culpa primaria. Sin embargo, cada acusación es literalmente una sombra o proyección de esa acusación inicial y, si estamos dispuestos, podemos usar cada reacción del ego a cualquier cosa que parezca estar fuera de nuestras mentes como un medio para recordar la culpa ontológica que siempre está necesariamente debajo de la reacción. Si estamos dispuestos a retirar nuestras proyecciones de todos los cuerpos — tanto el nuestro como el de nuestros hermanos — lo que nos queda es una experiencia de la culpa que hemos tratado de mantener oculta en nuestra mente. Y eso es lo que queremos mirar con Jesús o el Espíritu Santo. No es que recordemos o necesitemos recordar nuestro llamado ataque original contra Dios, sino que la culpa, despojada de cualquier interpretación que atribuya su origen a los cuerpos, será la culpa desnuda del sistema de pensamiento del ego. Será una culpa que dice: «Yo me importo más que nadie ni nada, y odio a todos y a todo lo que me impide salirme con la mía». No hay nada más allá de ese reconocimiento que mirar o examinar. Pero si somos capaces de unirnos a Jesús para mirar dentro de nosotros esa culpabilidad, simplemente no la tomaremos en serio. Porque nos habremos unido a la parte de la mente dividida que sabe que la división no es real y que el amor no puede ser atacado o destruido. Y en ese reconocimiento experimentaremos la paz que no depende de nada fuera de sí misma, porque «no hay» nada fuera de ella.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Una pregunta sobre el «problema de la autoridad» ~ (Q&A – FACIM – #379)
P #379: «Experimento que me dicen que revise todo lo que pueda sobre el «problema de la autoridad». Tengo las cintas de Ken Wapnick sobre el problema de la autoridad, pero el mundo del ego me impide tener tiempo para escucharlo. Me pregunto si tendrían algunas otras palabras de sabiduría sobre este tema o algún escrito al que puedan dirigirme.»
R: «¡Le recomendamos que ponga en orden su ego! Arregle las cosas con su ego y escuche las cintas.
La Pregunta #304 resumió las ideas clave involucradas en el problema de la autoridad, que Jesús nos dice ««es» la raíz de todo mal» (T.3.VI.8: 3). Es comprensible que haya una resistencia intensa a este tema, porque impregna todo pensamiento de mentalidad errada, y profundizar en él despierta nuestro temor final de que de una forma u otra, vamos a perder la batalla de la existencia con Dios. Oculta en un rincón oscuro de nuestras mentes está la «verdad» de que nuestra existencia como individuos no es auténtica y puede extinguirse en el instante en que nuestras defensas quedan expuestas y demolidas, lo cual es inevitable. Esta duda ontológica sobre nuestra propia existencia luego se filtra en todos los niveles de nuestra experiencia, por lo que terminamos desafiando a cada autoridad en nuestras vidas — ya sea en secreto o abiertamente. O vamos en la dirección opuesta y nos volvemos completamente sumisos a las autoridades, secretamente resentidos, sin embargo, de su poder sobre nosotros. De cualquier manera funciona al servicio del ego, porque la separación se mantiene.
Un Curso de Milagros nos enseña que la curación de este conflicto comienza cuando pedimos ayuda para ver nuestro deseo de ser individuos autónomos en lugar de ser parte del único Hijo de Dios, y estaremos motivados para pedir ayuda cuando hayamos reconocido que querer y defender una vida de intereses separados no nos ha hecho felices. El ego quiere hacernos creer que siempre es uno-o-el-otro: o bien un Dios tiránico está a cargo o nosotros lo estamos. Jesús corrige este pensamiento erróneo asegurándonos que cuando dejemos de lado nuestra necesidad imaginada de ser independientes, sentiremos como si hubiéramos sido liberados de la prisión, y luego experimentaremos la paz interminable que es nuestra herencia como Hijo de Dios ( T.3.VI.10).»
~ FACIM
~ Me siento culpable porque descargué mi furia en una relación especial. ~ (Q&A – FACIM – #380)
P #380: «Creo que he sido un estudiante bastante consistente últimamente. Pensar, leer, aplicar, descubrir todos mis pensamientos negativos. Y (exactamente con un escenario que Ken describió en una de las cintas) finalmente me enojé tanto con mi relación especial. ¡No podía dejar de culparlo! Cuando sentí que se acercaba una tormenta, mi primera reacción fue leer algo del texto de Un Curso de Milagros o de un taller (generalmente ayuda a calmarme). Esta última vez no funcionó para mí, ¡así que me «complací» con una furia! Pero curiosamente, sentí un gran alivio, ¡no sentí ninguna culpa! Sé que hice mal, pero no hay necesidad de «corregir» mi error, disculparme o algo así. Sé que esta indignación puede detener nuestra relación por completo, pero hay otro pensamiento detrás de todo eso – tuve que hacerlo para dejar de fingir que puedo «reprimir» mis sentimientos, ¡ir más allá de los errores que percibo en esta persona! No sé adónde me llevará esto. ¿Hay alguna esperanza de que no estuviera al cien por cien con mi ego?»
R: «Primero, lo que quiere ver es su preocupación de que estaba cien por ciento en su ego. Una parte clave del proceso de perdón es aprender a no temer al ego ni a avergonzarse porque se permitió un ataque en toda regla. Estamos tratando de aprender que el ego no es más que una «diminuta y alocada idea» de la que olvidamos reírnos. Entonces, cuando nos juzgamos por complacer nuestros egos, estamos afirmando implícitamente que es real, no solo una «diminuta y alocada idea». Sería más curativo ser honesto sobre el ataque, diciendo «¡Ataqué y me sentí genial!» Punto. Fue «incorrecto» sólo en el sentido de que el ataque nunca restaurará la paz en su mente y nunca le llevará a casa con Dios. Pero eso no lo hace pecaminoso. Simplemente le señala el costo de complacer su ego. Cuando ya no sienta que el costo vale la pena, solicitaría ayuda para hacer las cosas de manera diferente. La medida del progreso con el Curso no es si todavía tiene ataques de ego, sino más bien, durante un período de tiempo, qué tan rápido recuerda no justificarlos. Siempre que nos identifiquemos con el ego, seremos odiosos, críticos, temerosos, etc., porque el ego nunca cambia. La cantidad de tiempo que pasamos con él es lo que cambia.
En segundo lugar, el proceso del Curso no le obliga a elegir entre perdonar y reprimir sus sentimientos. Más bien, le ayuda a aprender «por qué» ataca — de dónde vienen sus sentimientos. Por lo tanto, al principio del libro de ejercicios se nos enseña: «Nunca estoy disgustado por la razón que creo» (W.pI.5). La práctica de las lecciones implica mirar directamente nuestros pensamientos y sentimientos negativos, reconocer su fuente en nuestra decisión de rechazar el amor y luego proyectar la responsabilidad de eso, y, finalmente, pedir ayuda para cambiar esa decisión si nos inclinamos por ello. Así que reprimir nuestros sentimientos y fingir que estamos perdonando no es útil. Nuestro enojo, odio, celos, miedo, ansiedad y cualquier otra cosa que estemos sintiendo es nuestro plan de estudios. Estos sentimientos son indicadores de qué maestro hemos elegido y suelen ser nuestro único medio de deducir la decisión de nuestra mente. Por lo tanto, necesitamos estar en contacto con lo que estamos experimentando. De lo contrario, como nuestro maestro, Jesús no tendría nada con qué trabajar. Él nunca nos juzga cuando tenemos arrebatos de ego. Simplemente pide que aprendamos a reconocer la dinámica del ego detrás de ellos para que pueda ayudarnos a hacer la corrección.
Cuando su ego está fuera del camino, se relacionaría con su pareja especial sin defensas. Experimentaría que ambos comparten la misma mente errada, la misma mente correcta y la misma habilidad para elegir. La ira sería imposible en ese estado, porque vería claramente el origen del dolor de esa persona y la curación de ello también, y sabría que refleja el suyo. Ese es el estado mental que Jesús nos está ayudando a alcanzar. No es reprimir nuestros sentimientos; es alcanzar un estado libre de ego en el que tales sentimientos negativos nunca se desarrollarían. Compartiríamos la percepción del Espíritu Santo, Quien ve una petición de amor o una expresión de amor (T.12.I).
Finalmente, la ira no es mala. Jesús nunca nos dice que no nos enojemos. Nos enseña a no justificarla — una distinción importante.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo aprendo a responder con amor a los ataques? ~ (Q&A – FACIM – #381)
P #381: «En la respuesta a la Pregunta #58, se afirmó que Un Curso de Milagros nos pide que respondamos con amor a alguien que tenga un estallido de cualquier tipo, y si nuestra respuesta es algo menos que amor, es del ego . ¿Cuál sería una respuesta de amor a un supervisor que te grita frente a otros mientras te degrada y golpea papeles sobre el escritorio? También se dijo en esa misma respuesta que debemos estar atentos a cualquier sentimiento o reacción subyacente. Siento que necesito detalles específicos que hacer mientras se produce este estallido. Estoy seguro de que tengo la pequeña dosis de buena voluntad de ayudarlo a él y a mí mismo, pero no estoy seguro de qué hacer para ayudarnos.
¿Qué tan responsable soy de tener a alguien como él en mi vida? ¿Qué tan responsable soy de que me pasen cosas malas?»
R: «Una de las primeras cosas que puede ser útil para usted es comprender que el Curso nos enseña en diferentes niveles. Aunque Jesús es consciente de que estamos soñando con una multitud de experiencias en la forma, él le está hablando a la mente; específicamente al poder de la mente para elegir. Este es un curso acerca del «contenido» (mente), no de la «forma» (cuerpos). Sin embargo, mientras todavía estemos convencidos de que somos cuerpos en el mundo que interactúan con otros cuerpos, nunca es útil tratar de responder a una situación específica en nuestras vidas en el nivel metafísico de la enseñanza del Curso. Los principios del Curso a los que hace referencia en una pregunta anterior son las explicaciones del curso sobre lo que ocurre en el nivel de la mente. Es la «verdadera» razón por la que siente todas las cosas que siente cuando se le grita, es decir, el efecto de una elección en la mente para identificarse con el sistema de pensamiento del ego, en lugar de con el amor del Espíritu Santo. Es cierto que el objetivo final de Un Curso de Milagros es enseñarnos a percibir sólo una petición de amor o una expresión de amor, pero eso es al final del proceso. Mientras tanto, es importante ser honesto acerca de lo que siente, sin juzgar y sin tratar de venir de un lugar en la mente con el que aún no se identifica completamente. El Curso no nos pide que nos comportemos de una manera que no sea normal, en el nivel que creemos que estamos. Sus sentimientos durante el ataque de su supervisor son ciertamente normales. Mientras los tenga, no se deben negar, ignorar ni juzgar. Esto no quiere decir que usted podría estar dispuesto a revisarlos cuando esté estudiando el Curso, para aprender cómo se aplican sus principios a esta situación. Sin embargo, es muy importante no descartar o disminuir sus sentimientos. Son indicaciones de que lo que dice el Curso es cierto: que tenemos un fuerte apego a nuestras identidades como cuerpos. Esto no es pecado; es un error de identidad y necesita ser corregido por el Espíritu Santo. Nuestra función es reconocer que todos los sentimientos que tenemos al ser atacados, por normales que sean, en realidad provienen de esta identidad errónea. Durante el ataque en sí puede ser posible que usted pida ayuda. La ayuda que usted puede «desear» es sentirse mejor y no ser atacado. La ayuda que «necesita» es aprender a interpretar la experiencia de manera diferente: “No se te está forzando a ello, sino que simplemente esperas lograr lo que quieres. Por lo tanto, puedes decir con perfecta honestidad: Quiero ver esto de otra manera.” (T.30.I.11: 2,3,4). Como se nos dice al comienzo del libro de ejercicios: “Nunca estoy disgustado por la razón que creo.” (W.pI.5). Aunque es posible que no crea esto durante el ataque, recordar pedir ayuda al recordar uno o ambos de estos pensamientos cuando está siendo atacado, le pone en contacto con la parte de su mente que «sí» los cree. Este es el comienzo del proceso de perdón, y aunque no parezca mucho, es un paso muy importante.
Al principio, es posible que recuerde estas ideas solo mucho después de que se produzca el ataque propiamente dicho y ya se haya sentido muy molesto. Esto no importa, si está dispuesto y trata de ser fiel al recuerdo, el tiempo entre el ataque y su recuerdo eventualmente se reducirá. No es su función tratar de pensar o sentir de manera diferente, o ayudar a su supervisor o a usted mismo de alguna manera; eso viene del Espíritu Santo. Con Su ayuda, su pensamiento cambiará gradualmente y ya no se sentirá molesto de la misma manera por un ataque. Hasta entonces, es importante no juzgarse de ninguna manera por estar molesto, por olvidarse de pedir ayuda o por cualquier reacción que pueda tener ante los ataques. Sólo se requiere su honestidad y disposición. Puede ser útil para usted volver a leer las instrucciones en la Introducción al Libro de Ejercicios (W.in.8,9).
En respuesta a la segunda parte de su pregunta, es importante recordar que, dado que el mundo fue fabricado como un ataque contra Dios, está lleno de conflictos, dolor y cosas «malas». Un Curso de Milagros no es un programa para aprender a controlar la forma de nuestras vidas y nuestro entorno para evitar el sufrimiento. El objetivo del Curso es entrenar nuestras mentes “de forma sistemática a tener una percepción diferente de todas las cosas y de todo el mundo.” (W.in.4: 1). Estamos aprendiendo a interpretarnos a nosotros mismos, nuestras experiencias y todas nuestras relaciones de manera diferente. Es probable que ocurran cosas “malas” en este mundo, porque fue hecho por el ego como “un lugar en el que Dios no pudiese entrar” (W.pII.3: 2). Como estudiantes del Curso, nuestro objetivo no es tener una vida libre de dificultades, sino que aprendemos que no tienen por qué quitarnos la paz. En el aula del Espíritu Santo, estas dificultades son oportunidades para reconocer nuestra percepción errónea acerca de quiénes somos, para que podamos pedir y estar dispuestos a aceptar una nueva forma de percibir. Este proceso de aprendizaje es la forma de recordar que, de hecho, estamos en casa.
Nuevamente, el Curso se dirige a la mente. Cuando nos dice que las figuras en el sueño representan nuestra culpa proyectada es porque todo en el sueño refleja una elección hecha en la mente de identificarse con el ego o el Espíritu Santo. Las figuras en el sueño hablan y actúan de acuerdo con lo que queremos escuchar y ver, tal como lo hacen las figuras en nuestros sueños nocturnos. Nos reflejan nuestra elección de intereses compartidos o separados. Usted no es responsable de tener un supervisor que ataque, es responsable de la elección mental de identificarse con un cuerpo que parece vulnerable a los ataques. También es responsable de todos los pasos que está dando al practicar el Curso para aprender de manera gradual, suave y pacientemente que «no» es un cuerpo con intereses separados.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Debería tomarme en serio las «señales»? ~ (Q&A – FACIM – #382)
P #382: «Acabo de empezar a leer Un Curso de Milagros. Durante los últimos dos años, he mirado dentro y descubierto algunas cosas no tan agradables sobre mí, así como algunas cosas hermosas sobre mí y los demás. Mi pregunta es, ¿son válidas las señales? Pido señales sobre cosas específicas y siempre recibo señales positivas que me dan esperanza, aliento y tranquilidad, lo que me lleva a sentirme seguro y en paz. Siendo que no hay coincidencias en la vida, ¿no significa eso que son válidas? Tal vez se supone que las señales suceden para hacernos creer en nosotros mismos, lo que nos hará más propensos a creer en los demás. Las personas son menos críticas cuando son más felices como personas.»
R: «Realmente es difícil, si no imposible, evaluar las experiencias de otra persona. Todos tenemos diferentes formas de experimentar la guía del Espíritu Santo, así como la del ego. Si se encuentra más pacífico y seguro y es más amable consigo mismo y con los demás, ¿qué puede estar mal con eso? Si hay lecciones que no ha aprendido, se harán evidentes en sus interacciones con los demás en algún momento. La única precaución a observar, tal vez, es con respecto a cualquier especialismo que sentiría la tentación de sentir porque recibe señales positivas que otras personas podrían no recibir. Además, depender de estas señales o tomarlas como una medida de su progreso espiritual no sería útil en su viaje espiritual. En el anexo «El Canción de Oración», Jesús enfatiza al principio de su enseñanza que lo que queremos aprender a querer es la canción en sí: “Es la canción la que constituye el regalo. Con ella vienen los sobreagudos, las armonías, los ecos, pero estos son secundarios.” (S.I.3: 2,3). Y en el texto, señala de manera similar la necesidad de ir más allá de los símbolos a lo que representan, si queremos avanzar espiritualmente (T.19.IV.C.11: 2,3,4). Si estas señales provienen del amor que está en su mente correcta, entonces al identificarse cada vez más con esa «fuente», su necesidad de estímulo, tranquilidad y seguridad disminuirá y eventualmente desaparecerá. Pero este es un proceso que ocurre gradualmente. Sin embargo, tener eso como su meta le ayudará a reconocer posibles trampas del ego.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Por qué Kenneth Wapnick dice «No digas no al ego»? ~ (Q&A – FACIM – #383)
P #383: «¿Qué quiere decir Ken cuando dice «No digas no al ego»? Creo que esto se dijo en una serie de cintas de audio.»
A: «No estamos diciendo «que no digamos no» «al ego». Si se indicó de esta manera en la cinta, fue incorrecto. El ego puede entenderse como un «no» a Dios, y a la Identidad que Dios nos ha dado como Su Hijo inocente. Que “no digamos no” es una forma de decir que negamos la realidad del sistema de pensamiento del ego y aceptamos la verdad de quiénes somos como el Hijo de Dios. Significa que «no» decimos que no. Esto está relacionado con la idea de que Un Curso de Milagros es un proceso de desaprender quiénes no somos, para que quienes somos pueda volver a nuestra conciencia. La verdad no requiere ninguna respuesta afirmativa de nuestra parte para ser lo que es, sólo requiere que no digamos «no».
El Curso nos dice que Dios estableció nuestra identidad como Su Hijo inocente: «Yo soy tu Padre y tú eres Mi Hijo» (W.pII.10.5: 3). Hemos respondido: “No, no lo soy; soy quien «yo digo» que soy”. Y tenemos una larga lista de quienes decimos que somos. El proceso del perdón nos está enseñando a dejar de lado todos estos conceptos del yo, atributos de nuestras identidades inventadas, en este proceso estamos diciendo «no al no». Cuando hayamos dicho «no» a todos nuestros noes, habremos despejado nuestras mentes de todos los obstáculos que bloquearon la conciencia de nuestro verdadero ser: “Cuando todo concepto haya sido cuestionado y puesto en tela de juicio, y se haya reconocido que está basado en suposiciones que se desvanecerían ante la luz, la verdad quedará entonces libre para entrar a su santuario, limpio y despejado ahora de toda culpa. No hay afirmación que el mundo tema oír más que ésta: No sé lo que soy, por lo tanto, no sé lo que estoy haciendo, dónde me encuentro, ni cómo considerar al mundo o a mí mismo. Sin embargo, con esta lección nace la salvación. Y lo que tú eres te hablará de Sí Mismo.” (T.31.V.17: 5,6,7,8,9).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Por qué siento ansiedad después de estudiar el Curso? ~ (Q&A – FACIM – #384)
P #384: «Experimento una ansiedad flotante o un sentimiento de inquietud a veces después de leer Un Curso de Milagros. Esta conciencia no parece tener ningún otro contenido que el de creer la verdad de lo que leo, debería sentirme en paz, no perturbada. Sin embargo, lo que leo no parece “quedarse” en mi memoria como algo en lo que puedo inspirarme. Mi vida ha estado llena de creencias que han llenado mi tiempo con preocupaciones mundanas sobre quién soy en relación con los demás y por qué tengo miedo al dinero, etc. Desde que empecé a estudiar el Curso de nuevo, sé que mis miedos no son reales y no experimento el miedo muy a menudo. He experimentado algunos sentimientos profundos de paz y claridad últimamente y deseo que esto se vuelva más frecuente. Creo que tal vez me estoy esforzando demasiado o que estoy demasiado concentrada en MÍ como la única responsable de aprender y no le pido al Espíritu Santo que me ayude a aprender lo que necesito aprender. Me he sentido sola toda mi vida – creyendo en Dios pero de alguna manera separado de mí.»
R: «Para su mente correcta, el mensaje del Curso es uno que abre la puerta a la paz. Pero para su ego, o mente errada, el mensaje del Curso será experimentado en algún nivel como una amenaza, porque el propósito del Curso es enseñarnos cómo deshacer el ego. Mientras permanezca identificada con su ego de alguna manera — como todos nosotros seguimos haciéndolo — no es sorprendente que a veces pueda experimentar ansiedad u otros sentimientos inestables mientras lee el Curso. Y ciertamente no está sola al encontrar que su memoria le falla cuando quiere poder aplicar los principios del Curso, que puede haber estado leyendo y estudiando cinco minutos antes y ahora descubre que no tiene idea de lo que estaba mirando. Cualquiera que haya intentado hacer las lecciones del libro de ejercicios y recordarlas en varios intervalos durante el día ha encontrado estos lapsus demasiado familiares. Pero nuevamente, el «olvido» es simplemente una defensa del ego para protegerse de ser deshecho. La preocupación por las cosas del mundo — nuestras necesidades y preocupaciones personales y corporales — es otra forma de defensa que nos mantiene enraizados en nuestra identidad de ego, ajenos a la elección real que representa esa percepción de nosotros mismos.
Podemos saber intelectualmente que nuestros temores no son reales y experimentar algo de paz como resultado de esta realización. Pero hay capas en nuestro miedo, así que mientras nos movemos más allá del miedo a algunos de esos viejos monstruos familiares debajo de la cama, encontramos que hay otros que todavía acechan detrás de las puertas cerradas de los armarios de nuestras mentes, continuando afectándonos hasta que estamos dispuestos a abrir las puertas y dejar que la luz resplandezca sobre su nada. Pero no hay necesidad de preocuparse de que aún permanezcan, de nuevo, eso es de esperar hasta que lleguemos al fondo de las capas de miedo y liberemos toda la culpa que se esconde debajo de ellas. Y ese es un proceso que para la mayoría de nosotros llevará tiempo. Así que sea paciente consigo misma y sí, por favor, no olvide que no está sola en este proceso, que de hecho no puede hacerlo sola, y que Jesús y el Espíritu Santo están siempre presentes en su mente, disponibles para ayudarle a recordar el camino de regreso a casa, que es donde hemos estado todo el tiempo, simplemente con las cubiertas puestas sobre nosotros mismos para que no podamos ver más allá de la oscuridad en la que nos hemos escondido (T.11.VIII.13,14; T.12. II.4,5).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿La oración sanó un tumor o fue mal diagnosticado? ~ (Q&A – FACIM – #385)
P #385: «Mi pareja fue diagnosticada con cáncer de pulmón a principios de marzo. El miércoles pasado, extirparon quirúrgicamente el tumor solo para descubrir que no solo el tumor no estaba en su pulmón sino que era benigno. Todos dicen que fue un milagro … la oración cambió el tumor. Como estudiante de Un Curso de Milagros, me da vergüenza decirle que creo que los médicos diagnosticaron erróneamente el tumor en primer lugar. Creo que los médicos siempre están buscando cáncer y lo encuentran en todas partes. Me siento culpable por mi falta de fe. ¿Tiene alguna palabra de consuelo o sabiduría para mí?»
R: «Hay una suposición implícita en su pregunta de la que puede no estar al tanto. Y es que de alguna manera es más espiritual creer que la oración cambió el tumor que creer que hubo un error en el diagnóstico desde el principio. Desde la perspectiva del Curso, ¡ninguno es verdad! Excepto por excepciones muy raras en aquellos que han curado sus mentes, los síntomas de enfermedad en el cuerpo son sólo sombras de la culpabilidad en nuestra mente, proyectada en el cuerpo. La enfermedad siempre refleja una elección en la mente de verse a sí mismo como víctima de fuerzas más allá del control de uno. Y todos tomamos la decisión de ser víctimas repetidamente a lo largo de nuestras vidas — la enfermedad es solo una expresión particular de esa elección — y luego olvidamos que alguna vez tomamos la decisión, como defensa contra la verdad de quienes somos como espíritu (W. pI.136.2,3,4).
Dado que cada síntoma representa una elección dentro de nuestra mente en cada instante, también podemos hacer una elección diferente en cada instante posterior. La elección inicial en favor de la enfermedad se hace con el ego. La elección de una experiencia diferente puede hacerse con el ego o el Espíritu Santo, dependiendo de nuestro propósito. Si identificamos la culpa en nuestra mente detrás del síntoma y la llevamos al Espíritu Santo para sanarla, entonces el síntoma disminuirá o desaparecerá, porque ya no sentiremos la necesidad de castigarnos a nosotros mismos. Es posible que este cambio suceda sin que nos demos cuenta de ello, aunque el objetivo del Curso es hacer que nuestra toma de decisiones sea más consciente.
La alternativa es que simplemente hacemos una elección de ego diferente, nunca abordamos realmente la culpa enterrada, y así un síntoma desaparece, para ser reemplazado en algún momento por otro síntoma, quizás similar, pero quizás no. Así es como todos experimentamos nuestras vidas cuando nos identificamos con nuestros egos, moviéndonos de un problema a otro, pareciendo perder nuestra paz sobre cada problema, sintiendo una sensación de alivio cuando aparentemente se resuelve, y luego perdiendo nuestra paz aparentemente por el siguiente problema, sin nunca estar en contacto con la causa real de nuestra pérdida de paz — la decisión continua de vernos a nosotros mismos como separados del amor.
Lo que es de esperar de esta explicación es que Dios y la fe no tienen nada que ver con la curación de los síntomas físicos. La parte de la toma de decisiones de nuestra mente con la que la mayoría de nosotros rara vez estamos en contacto es responsable de la aparición y desaparición de los síntomas. A la luz de esto, también puede ser evidente que si el síntoma a nivel de la forma fue cáncer y luego cambió o nunca fue realmente cáncer en realidad está realmente fuera de lugar. La única pregunta que queremos hacernos, como estudiantes del Curso, cuando somos conscientes de reaccionar a los síntomas en nosotros mismos o en otros, es: «¿Con qué maestro quiero aprender la lección que trae este síntoma?» Si elijo al ego, mi lección será que la culpa y el castigo son reales. Si elijo al Espíritu Santo, mi lección será que ahora tengo la oportunidad de tomar una decisión diferente sobre la culpa que creo está enterrada en mi mente, liberándola a la luz curativa del perdón en lugar de continuar aferrándome a ella y proyectándola en alguna forma disfrazada.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿La curación física requiere la aceptación de la Expiación? ~ (Q&A – FACIM – #386)
P #386: «¿La curación física requiere la aceptación completa y final de la Expiación? Si es así, ¿por qué las personas que nunca han oído hablar de Un Curso de Milagros y nunca han practicado el perdón experimentan la curación física muchas veces durante sus vidas? Tengo una enfermedad venosa grave, que he estado tratando de curar siguiendo el Curso. Una vez, por muy poco tiempo, pude verme a mí mismo como si no fuera mi cuerpo. Experimenté una sensación maravillosa en mis piernas y durante aproximadamente 2 horas parecían estar curadas (al menos no tenían dolor). ¿Era este el tipo de curación física de la que habla el Curso? Más tarde volvió el dolor. Ahora, no puedo encontrar el camino de regreso a esa conciencia de no ser mi cuerpo. Pero tal vez esto no sea necesario, porque el Curso dice que el Espíritu Santo me guiará si solo doy mi «pequeña dosis de buena voluntad». No estoy segura de entender la «pequeña dosis de buena voluntad» que debo dar al Espíritu Santo. El Curso dice que si doy esta «pequeña dosis de buena voluntad», recibiré instrucciones muy específicas que me ayudarán a salir de mis ilusiones y mi dolor. El Curso dice que no debería tratar de liberar mi mente del miedo y el dolor porque ese es el papel del Espíritu Santo. Le digo al Espíritu Santo que estoy dispuesto a seguir Su camino, pero nada parece suceder. Quizás mi comprensión de la «pequeña dosis de buena voluntad» no es exacta. ¿Cómo puedo darle al Espíritu Santo mi «pequeña dosis de buena voluntad» de la manera correcta?»
R: «Primero, no se requiere la aceptación final de la Expiación para que haya un cambio en una condición física. Nuestras mentes son extremadamente poderosas, y pueden provocar síntomas físicos y eliminarlos, ya sea que hayamos deshecho nuestra creencia en la separación o no. Una enseñanza importante en el Curso es que nuestros cuerpos no son autónomos; sólo hacen lo que nuestras mentes les dicen que hagan. No podemos juzgar observando estados físicos si una persona se ha identificado con la mente errada o con la mente correcta. (Consulte “¿Cómo se logra la curación?” M.5.)
Segundo, un Curso de Milagros no se trata realmente de curar el cuerpo o de cualquier condición en el mundo, a pesar de que hay mucho en el Curso sobre curación. La curación en el Curso se equipara con el perdón. Una de las declaraciones clave en este contexto es: “No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él.” (T.21.in.1: 7). Jesús nos está enseñando cómo cambiar nuestro enfoque de las condiciones en el mundo y nuestros cuerpos a los pensamientos en nuestras mentes que nos llevan a creer que el mundo y nuestros cuerpos son la causa de nuestros problemas y nuestra infelicidad. Es natural querer eliminar los síntomas físicos dolorosos, y debemos usar cualquier remedio que podamos para aliviar el dolor y corregir la afección. Pero librar al cuerpo de todos los síntomas no es la meta de nuestro trabajo con el Curso. El objetivo es lograr un estado de paz interior, independientemente de las condiciones externas. Finalmente, por supuesto, despertaremos del sueño de separación, pero el objetivo más accesible para nosotros es aprender que nuestra paz interior no depende de nada externo. La paz de Dios es nuestra verdadera Identidad, y si no estamos en paz, de alguna manera nos hemos disociado de esa Identidad. Por lo tanto, la forma de revertir la disociación es elegir a Jesús o al Espíritu Santo como nuestro Maestro, no para eliminar los síntomas, sino para ayudarnos a cambiar nuestra percepción y nuestro propósito. Luego, a medida que avanzamos, estaremos cada vez más contentos con la paz interior y, como resultado, comenzaremos a desidentificarnos automáticamente con nuestros cuerpos; pero generalmente es muy, muy difícil tratar de «no ser un cuerpo». Nos atrae mucho ser un cuerpo sin dolor y sin problemas, pero no ser un cuerpo en absoluto es un pensamiento terriblemente aterrador para la mayoría de nosotros.
Es por eso que Jesús nos enseña a concentrarnos primero en el «propósito» para el cual usamos nuestros cuerpos, y por qué su ayuda está dirigida a ayudarnos a romper la conexión entre las condiciones externas y nuestro estado mental interno. Hemos utilizado nuestros cuerpos principalmente como una forma de demostrar que la dualidad, no la unidad, es la realidad; entonces él nos ayuda a cambiar eso a través de nuestro aprendizaje gradual y gentil de que nada puede interrumpir verdaderamente la paz de Dios, que es nuestro estado natural de ser. Por lo tanto, la curación física o psicológica (eliminación de síntomas) no es el enfoque del Curso, aunque nunca dice que sea incorrecto tratar los síntomas. De hecho, negar nuestras experiencias corporales obstaculizaría nuestro progreso espiritual (T.2.IV.3: 8,9,10,11). Por lo general, necesitamos aliviar el dolor y la incomodidad para que podamos sentirnos más libres para trabajar en el proceso interno. Sin embargo, el punto es que si no se tratan las condiciones subyacentes, surgirán otros síntomas para reemplazar a los que están curados, que es la experiencia de casi todos. “De este modo, el cuerpo se cura gracias a los milagros, ya que éstos demuestran que la mente inventó la enfermedad y que utilizó al cuerpo para ser la víctima, o el efecto, de lo que ella inventó. Mas la mitad de la lección no es toda la lección. El milagro no tiene ninguna utilidad si lo único que aprendes es que el cuerpo se puede curar, pues no es ésta la lección que se le encomendó enseñar. La lección que se le encomendó enseñar es que lo que estaba enfermo era la mente que pensó que el cuerpo podía enfermar. Proyectar su culpabilidad no causó nada ni tuvo efectos.” (T.28.II.11: 4,5,6,7).
Por último, un aspecto esencial de la buena disposición implica analizar nuestra certeza de que sabemos cuáles son nuestros problemas y cuál debería ser su solución. La razón de nuestra falta de paz a menudo nos parece tan obvia, y nos sentimos tan seguros de que seríamos pacíficos y felices nuevamente si solo esa condición o situación fuera eliminada o curada. Sin embargo, Jesús nos está enseñando a dejar de lado esa tendencia a pensar que sabemos, porque básicamente está bloqueando el acceso a nuestras mentes correctas donde está la verdadera curación. Y a veces podríamos estar preparándonos para el fracaso si nos concentramos exclusivamente en pedir ayuda con una condición física. No está mal hacerlo, como Jesús señala en el anexo «El Canto de Oración», donde habla de una «escalera de oración» (S.1.I, II), pero la tentación sería desilusionarse y luego culpar a alguien si no hay cambio, o confinar a Jesús en nuestras mentes al papel de sanador físico. El cambio que Jesús realmente quiere que tengamos como meta es la experiencia de compartir su mente, que sólo conoce la invulnerabilidad, el amor y la paz.
Para discusiones relacionadas sobre la curación y la enfermedad, vea las Preguntas #57, #128 y #142.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Qué debo hacer si me siento «atrapado» y en un «callejón sin salida»? ~ (Q&A – FACIM – #387)
P #387: «He comenzado a leer Un Curso de Milagros y descubro que me atraen mucho sus enseñanzas. Creo que tiene una aplicación práctica en este mundo. Mi dilema es que, aunque no soy nuevo en la espiritualidad y creo en Dios — he estudiado el Bhagavad-Gita durante muchos años y creo que fue dicho por Dios (Krishna) — tengo grandes dificultades para seguir las direcciones del Espíritu Santo. Mi problema es que trabajo como conserje en un trabajo que adormece la mente, lo cual no me gusta la mayor parte del tiempo. Me siento atrapado y de mala gana acepto mi suerte en la vida. Trabajo mucho solo y eso, por supuesto, permite que mi «pequeño yo» se entregue a todo tipo de juicios y críticas, amargura y rabia hacia mi posición, etc. También uso el tabaco para tratar de disminuir mi «horrible» condición. Quiero cambiar. Sé que estoy haciendo mal por mis pensamientos y el uso del tabaco, pero mi «pequeña mente» me dice que esta es la única forma en que puedo pasar otro día de «monotonía». Por favor deme un consejo constructivo.»
R: «Arjuna puede haber estado en un campo de batalla externo en el Gita cuando recurrió a Krishna en busca de orientación, pero parece que está empezando a reconocer que su campo de batalla está en su propia mente. Afortunadamente, ahí es donde también encontrará la guía del Espíritu Santo. Ahora, ya que el campo de batalla está en su mente, ahí es donde el Espíritu Santo le ayudará a hacer cambios, y no en el mundo externo — el trabajo, el tabaco, etc. — que solo son proyecciones de la batalla interna. Esto no quiere decir que los cambios no sucederán también en el «exterior», pero ese nunca es el enfoque u objetivo del Curso. Esos elementos externos son solo símbolos o síntomas del conflicto interno y la culpa, y es sólo dentro de la mente que pueden ocurrir cambios significativos. El conflicto interno es siempre la batalla que su ego está librando contra la serena verdad que representa el Espíritu Santo. Y cuando se identifica con su ego, puede esperar tener dificultades para escuchar la dirección del Espíritu Santo, y mucho menos para aceptarla y seguirla.
El desafío que siente al escuchar al Espíritu Santo puede ser doble: a menudo hay dificultad en entender lo que Él nos pide, aunque es muy simple, y luego, una vez que entendemos, estar dispuesto a seguir Su consejo. Puede creer que es su suerte en la vida, atrapado en un trabajo sin salida que no le gusta, por lo que es tan infeliz. Pero el Espíritu Santo quiere ayudarle a ver que el problema es que usted está atrapado en un sistema de pensamiento sin salida en su mente, y eso es de lo que Él quiere ayudarle a liberarse. Y cualquier adicción a la nicotina no es nada en comparación con la adicción a la culpa. Todos esos pensamientos de juicio y crítica y amargura e ira simplemente le mantienen dando vueltas en su mente en el ciclo de ataque y culpa. Pero el Espíritu Santo no le está pidiendo que detenga esos pensamientos. Más bien, quiere que simplemente se haga a un lado de ellos y los mire, siendo honesto consigo mismo acerca de los sentimientos que los acompañan y el propósito al que sirven. Le mantienen atrapado en la creencia de que es su situación externa la que dicta cómo se siente. Este tipo de pensamiento asegura que permanezca insensato (sin mente) y que la culpa en su mente — la verdadera causa de su infelicidad — nunca se deshaga. Debe aprender que la culpa en su mente no es real, pero nunca lo sabrá si no la mira, sino que verá la situación externa como la causa de su miseria y dolor.
Entonces, una vez que comprenda la simple petición que el Espíritu Santo le está solicitando, todo lo que necesita hacer es ponerla en práctica. Y eso no significa nada más, pero tampoco menos, que estar dispuesto a retirar sus proyecciones de culpa de las cosas fuera de sí mismo y aceptar la completa responsabilidad de cómo se siente. Y luego pida ayuda para cambiar su percepción de sí mismo como alguien que merece sufrir. Este es el proceso, para ser recordado y luego puesto en práctica como estemos dispuestos. Y nada de esto significa que no debe buscar o tomar un mejor trabajo si tiene la oportunidad, o buscar apoyo que pueda ayudarlo a dejar de fumar. Pero debe recordar que los cambios únicamente a este nivel no le brindarán la verdadera felicidad y paz que busca y merece.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Una aclaración sobre la naturaleza de la oración. ~ (Q&A – FACIM – #388)
P #388: «He estado pensando y meditando mucho sobre el concepto de oración. Me parece que lo único que podemos hacer en la oración es dar gracias. Como Dios no entra y no puede entrar en la forma humana, no podemos pedir nada, pero parece que mucha gente dice que rezaron y que Dios hizo esto o aquello por ellos y por lo tanto sus «milagros». ¿Qué pasa aquí en estos casos? Cuénteme más sobre la oración. Entiendo que parece tonto pedirle a Dios que haga lo que ya se ha hecho. ¿Qué diría Jesús?»
R: «El anexo «El Canto de Oración» puede responder muchas de sus preguntas sobre la oración. Describe diferentes niveles o pasos, y usa la imagen de una escalera que llega hasta Dios. La oración que describe, mediante la cual las personas piden ciertas «cosas» (materiales, psicológicas o emocionales) para sí mismas o para otros, se encuentra en la parte inferior de la escalera. Es una forma de magia, ya que parece que alguien o algo externo (en este caso, Dios), le concedió un deseo. Lo que realmente tiene lugar es un proceso en la mente. Una persona quiere algo y usa el poder de la mente para obtenerlo. Pero, debido a que la persona no es consciente o tiene miedo del poder de su mente, parece que una petición es hecha y luego concedida por Dios, Jesús o el Espíritu Santo. Esto es entonces llamado un «milagro». Como sabrá, el milagro que Un Curso de Milagros enseña (que es un cambio de percepción) no tiene nada que ver con nada externo. Dado que el Curso nos está enseñando que de hecho tenemos una mente y que tiene el poder de elegir, ciertamente no querría que pensemos que Dios concede oraciones de la manera descrita anteriormente. Nos dice que la oración verdadera es la oración del corazón, y siempre se responde porque en el sueño tenemos y experimentamos todo lo que realmente deseamos. Un principio muy importante del sistema de pensamiento de Un Curso de Milagros explica esto: “No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia, tu liberación. Cambia de mentalidad con respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez. Las ideas no abandonan su fuente.” (W.pI.132.5: 1,2,3).
La simple oración del Curso sería entonces nuestra voluntad de cambiar de mentalidad. Todos nuestros esfuerzos para practicar y aplicar las enseñanzas del Curso — perdón, dejar de lado los resentimientos, prestar atención a nuestros pensamientos y creencias, buscar la guía del Espíritu Santo para que sean transformados y recordar nuestra meta tan a menudo como podamos — es la forma que toma nuestra oración. Es la expresión de nuestra voluntad de aceptar la curación de nuestras mentes, el deseo de nuestros corazones, a medida que miramos honestamente todas las formas que nuestra resistencia y oposición toman en nuestras interacciones y actividades a lo largo del día. Esta oración eventualmente conducirá a la conciencia de lo que realmente queremos, la cima de la escalera de oración cuando: “Has comprendido que perdonas y oras tan solo por ti mismo. Y en esta comprensión eres sanado. En la oración te has unido a tu Fuente, y has comprendido que jamás te fuiste. Este nivel no se puede alcanzar hasta que ya no quede odio en tu corazón, ni deseo de atacar al Hijo de Dios.” (S.3.IV.4: 3,4,5, )»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Podrían la separación y el ego ser simplemente instrumentos de aprendizaje «naturales»? ~ (Q&A – FACIM – #389)
P #389:
«a. De acuerdo con Un Curso de Milagros, Dios está bien y nosotros no estamos bien. Muy similar al punto de vista bíblico: pecado de Adán, etc. Tenemos a Dios, que siempre tiene razón por un lado, y a la humanidad engañada y deteriorada por el otro. ¿El viejo cliché religioso?
- No somos «nosotros» en absoluto. Somos ego y el ego es malo, irreal, no existe en absoluto, por lo que no existimos. El ego es una ilusión, así que estamos en la ilusión. ¿Pero quién está engañado? ¿La mente del Hijo de Dios lo está? ¿Por qué esa mente prefiere permanecer en la ilusión? ¿No le gusta la verdad? ¿No soporta la verdad?
- Me parece que el Curso quiere culpar a todo lo humano natural, como las relaciones amorosas, el impulso de saber cosas, hacer preguntas, explorar. Todas estas son cosas del ego, cosas malas y ni siquiera existen. ¿Qué es este poderoso monstruo-ego que, aunque no existe, tiene a toda la humanidad en sus garras e incluso Dios no puede hacer nada al respecto?
- ¿Puede ser que la separación sea parte del proceso natural de la evolución del Hijo de Dios? ¿Y concebido por Dios a propósito? ¿Y el ego es solo una cosa natural? ¿Y no opuesto a Dios? Está escrito «el cuerpo es sólo un instrumento de aprendizaje». ¿Quizás el ego es sólo otro instrumento de aprendizaje?»
R: «Puede parecer como si el Curso y Jesús estuvieran diciendo las cosas negativas sobre todos nosotros que usted dice. Pero ellos no lo hacen… ¡«nosotros» sí! El Curso simplemente trata de ayudarnos a ponernos en contacto con todas las creencias falsas que tenemos sobre nosotros mismos, pero estas ciertamente no representan cómo Jesús nos ve. Según el Curso, en realidad estamos más que bien, somos perfectos (por ejemplo, T.1.I.32: 4; T.1.II.3: 3; T.2.I.1: 3; T.2.II.5: 7; T.2.III.5: 6,7; T.6.IV.10; T.9.I.13: 1,2; T.10.IV.1: 4) Pero «nosotros» somos los que seguimos negando que lo somos (por ejemplo, T.6.III.2: 3; T.15.III.4: 9,5: 6; T.21.II.13: 1,2) . El Curso, a diferencia de la Biblia, es muy claro que el pecado no es real (T.19.III). Nuevamente, nosotros somos los que seguimos insistiendo, con el ego, en que el pecado es real (T.21.IV.1,2,3). El Curso no dice que somos el ego, sino que hemos elegido identificarnos con el ego, que «no» es lo que somos (T.4.III.3,4; T.4.VI.1; 3). El Curso tampoco afirma que el ego es malo — el «ego» dice que el ego es malo, para que nos lo tomemos en serio. Y aunque no somos el ego, creemos que lo somos y, por lo tanto, creemos que somos malos o pecadores (T.5.V.3: 1,2,3,4,5,6; 4:1,2,3). Nuevamente, la visión que el ego tiene de nosotros ciertamente no es la visión que Jesús tiene de nosotros. Él está tratando de ayudarnos a ver lo que creemos y lo que lo acompaña para que podamos decidir si queremos seguir creyéndolo. Pero no se toma nada en serio porque sabe que nada de eso es real (por ejemplo, T.2.VII.1: 2.3).
En cuanto a por qué la mente del Hijo de Dios ha elegido permanecer en la ilusión, por muy convincente que parezca ser esa pregunta — está asumiendo que es cierto que sí moramos aquí, y ciertamente esa parece ser nuestra experiencia. El Curso y la posición de Jesús es que no es verdad, pero mientras lo creamos, él nos hablará en el único idioma que nos permitimos entender en este momento (T.25.I.7: 4), sobre las cosas que creemos que son reales, de una manera que nos llevará a comprender que no lo son. ¡No es que Dios no pueda hacer nada acerca de la ilusión, sino que no hay nada que hacer! Sólo parece haber mucho «para nosotros» para permitir ser deshecho. El Curso no condena ni culpa a las invenciones del ego — todas sus preguntas, búsquedas y relaciones. Nosotros somos los que hacemos las acusaciones. El Curso simplemente intenta ayudarnos a ver las consecuencias de nuestras elecciones y creencias. Pero nunca los ataca, porque eso significaría que son reales y tienen que ser tratados. Es solo el ego el que se ve a sí mismo — o intenta persuadirnos — de que es grande y poderoso (T.22.V.4).
Ahora, el Curso no insiste en que aceptemos su mito simbólico particular de los orígenes del mundo y la causa de nuestro dolor e infelicidad. Y parece que tiene algunas objeciones bastante fuertes a su lógica y argumentos particulares. El Curso dice lo que dice con bastante énfasis y sin hacer concesiones, y es útil entender lo que está diciendo para evaluar si le habla a usted personalmente o no. Pero si no tiene sentido para usted, eso está bien también, y habrá otro camino que use otros símbolos que se adapten mejor a sus necesidades particulares. Otras enseñanzas, que incluyen muchos caminos de la Nueva Era, hablan de la dualidad y del mundo como creaciones de Dios y describen el alma como evolucionando y desarrollándose a través de sus experiencias en el mundo de la forma. Si resuena más con estas enseñanzas, sería una tontería que siga chocando con el Curso. No reclama la universalidad de su forma, sólo su contenido. En sus propias palabras, “Cada maestro de Dios tiene su propio curso. La estructura de éste varía enormemente, así como los medios particulares de enseñanza empleados. El contenido del curso, no obstante, nunca varía. Su tema central es siempre: «El Hijo de Dios es inocente, y en su inocencia radica su salvación». “ (M.1.3: 1,2,3,4,5). Así que sepa que la paz lo acompañará donde quiera que vaya, y confíe en que encontrará lo que le servirá bien en su camino hacia Dios.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo logro la paz en circunstancias financieras y personales desesperadas? ~ (Q&A – FACIM – #390)
P #390: «He estado estudiando Un Curso de Milagros durante un poco más de un año. Sus ideas sobre lo siguiente serían muy apreciadas. Estoy sufriendo una pérdida financiera severa debido a una discapacidad que me ha dejado incapaz de trabajar. Soy mi único apoyo financiero. Siento que mi disposición a expiar está muy presente, y estoy totalmente dispuesto a aceptar la responsabilidad de mi experiencia. Claramente, necesito la ayuda del Espíritu Santo para deshacer la extrema culpa y la separación que obviamente siento, pero por mucho que pido ayuda a este respecto, no veo ni experimento ninguna apariencia de cambio en mi experiencia. No siento paz en mis pensamientos, solo un miedo creciente a medida que mis ahorros disminuyen. Estoy enfrentando una eventual falta de vivienda en mi existencia terrenal. No sé cómo «elevarme por encima» de este resultado. No sé cómo sentir paz sin una experiencia de ayuda del Espíritu Santo. Entiendo que mi ego está luchando contra mi elección de seguir al Espíritu Santo, pero en qué punto el Espíritu Santo se hace cargo y realmente me trae la experiencia de la paz. Pensé que esto era lo que Jesús prometía en el Curso.»
R: «Primero, está totalmente de acuerdo con las enseñanzas del Curso hacer todo lo posible para obtener asistencia financiera de algún tipo y obtener ayuda para encontrar un lugar donde vivir si es necesario que se mude. Y también es bastante normal sentir miedo cuando ve que sus ahorros disminuyen y se enfrenta a la pérdida de su hogar. Esta es una lección difícil; pero se está moviendo en la dirección correcta en el proceso de restaurar la paz en su mente — el objetivo del Curso — al no culpar a otra persona por sus circunstancias, lo cual no es fácil de hacer. Con suerte, tampoco se está culpando a sí mismo. Nuestra primera inclinación generalmente es echar la culpa de nuestras condiciones a otras personas, o al «sistema», o incluso a Dios. Y si no hacemos eso, generalmente nos culpamos a nosotros mismos, pero aun así, siempre estamos tentados a responsabilizar a alguien más, incluso por culparnos a nosotros mismos. Entonces, ir más allá de culpar es un gran paso.
El siguiente paso importante — que no es fácil de hacer en absoluto — es dejar de lado cualquier inversión en el resultado — que el único resultado aceptable es un medio de ingresos y no perder su hogar. Su súplica con el Espíritu Santo parece apuntar en esa dirección, y su paz parece estar condicionada a ese resultado, que es cómo reaccionaría la mayoría de nosotros en estas circunstancias. Pero eso supone que esa solución sería la mejor para usted. En los términos del mundo, sí, parece ser. Sin embargo, no hay forma de que sepas cuál es su camino espiritual, y qué le ayudaría más en ese nivel. Tal vez — pero tal vez no — estas circunstancias extremas son los medios que usted (una mente que toma decisiones fuera del tiempo y el espacio) ha elegido para aprender la lección de que nada realmente puede quitarle la paz de Dios; nada externo a su mente tiene poder sobre usted. En las palabras de la Lección 190: “Son únicamente tus pensamientos los que te causan dolor. Nada externo a tu mente puede herirte o hacerte daño en modo alguno. No hay causa más allá de ti mismo que pueda abatirse sobre ti y oprimirte. Nadie, excepto tú mismo, puede afectarte. No hay nada en el mundo capaz de hacerte enfermar, de entristecerte o de debilitarte.” (W.pI.190.5: 1,2,3,4,5). Claramente, el «tú» al que Jesús se refiere no es el yo del que somos conscientes. Pero cuán liberador sería tener esta experiencia, y ciertamente todo el Curso está dirigido a ayudarnos a alcanzar este estado. Por lo tanto, no es que le pidamos al Espíritu Santo y luego Él decida cuándo darnos el regalo de la paz; somos nosotros quienes hacemos el trabajo de identificar y luego desmantelar los obstáculos a la paz que hemos erigido en nuestras mentes.
Así que la ayuda que Jesús ofrece es estar con usted, como un hermano amoroso que lo ve como realmente es, mientras se abre paso a través de estas circunstancias difíciles, seguro de que su amor por usted y su amor por él es todo lo que importa. “De momento, la confianza que yo tengo en ti es mayor que la que tú tienes en mí, pero no siempre será así. Tu misión es muy simple. Se te pide que vivas de tal forma que demuestre que no eres un ego…” (T. 4.VI.6: 1,2,3). Eso no consigue que se paguen las cuentas, sin duda; pero saber y experimentar que su verdadera seguridad y protección yacen para siempre invulnerables más allá de cualquier cosa que este mundo pueda proporcionar, sería más que suficiente para sostenerlo a través de esta parte de su viaje. Con menos interferencias, sin culpa, ansiedad y conflicto, le será más fácil saber qué hacer. “Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él.” (T.16.IV.6:1) «
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Aclaración sobre el cerebro, la mente, el pensamiento y la inteligencia. ~ (Q&A – FACIM – #391)
P #391: «Tengo dificultades para comprender la diferencia entre lo que usted llama «pensamientos cerebrales» y «pensamientos en la mente». Aunque todavía estoy casi completamente identificado con mi cuerpo, no puedo concebir el cerebro pensando en absoluto, sino sólo la mente. Y para mí, los «pensamientos cerebrales» son simplemente los pensamientos de la mente ego identificados con el cuerpo, que está atribuyendo esos pensamientos al «órgano pensante» del cuerpo — el cerebro. En la respuesta a la Pregunta #54, usted dice: «La inteligencia es una función del cerebro, por lo tanto, es parte del sistema operativo del cuerpo, no debe confundirse con la mente, que no está en el cerebro y no requiere inteligencia.» ¿La mente ego entonces «fabricó» la inteligencia?»
R: «El ego no tiene una mente, sino que es la creencia (en la mente) de que la separación es real. Sí, esta creencia fabricó la inteligencia, ya que la inteligencia es del cerebro, que es parte del cuerpo (el hogar del ego). Y sí, tiene razón en su descripción de los «pensamientos cerebrales». La distinción entre cerebro y mente es difícil, porque tenemos una gran consideración por el cerebro y porque no sabemos que tenemos una mente. Aunque el ego fabricó la inteligencia, el Espíritu Santo puede usarlo para servir a Su propósito en lugar de al ego. Un Curso de Milagros en sí mismo es un buen ejemplo del uso de palabras, ideas y conceptos, tal como aparentemente los entiende el cerebro, para reflejar una elección que se hace en la mente para «desaprender» nuestra creencia en la separación. El Curso ofrece una descripción muy aleccionadora del cerebro: “Crees también que el cerebro puede pensar. Si comprendieses la naturaleza del pensamiento, no podrías por menos que reírte de esta idea tan descabellada. Es como si creyeses que eres tú el que sostiene el fósforo que le da al sol toda su luz y todo su calor; o quien sujeta al mundo firmemente en sus manos hasta que decidas soltarlo. Esto, sin embargo, no es más disparatado que creer que los ojos del cuerpo pueden ver o que el cerebro puede pensar.” (W .pI.92.2).
La mente tampoco piensa realmente. El Curso usa la palabra pensamiento, o pensar, en referencia a la mente porque esta es una forma de entender. Sin embargo, se nos advierte que recordemos que la forma es limitada: “…las palabras no son más que símbolos de símbolos. Por lo tanto, están doblemente alejadas de la realidad” (M.21.1: 9,10). La mente elige entre dos creencias, dos «pensamientos» (la separación es real o no), o dos maestros (el ego o el Espíritu Santo). También podría decir que la mente dice «no» o «no dice no» a la verdad de la Identidad que Dios nos dio, que es Su Hijo inocente. Entonces no piensa — elige — eso es todo. Cuando elige al ego, entra en funcionamiento la ilusión de pensar, juzgar, sentir y actuar en el sueño. Cuando elige a la verdad, está quieta y descansa en una serena certeza.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo evito el miedo y los ataques de ego cuando trato de seguir el libro de ejercicios? ~ (Q&A – FACIM – #392)
P #392: «Al leer el siguiente pasaje en el texto de Un Curso de Milagros, surgió una pregunta que he tenido durante algún tiempo: “No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad. El tiempo es benévolo, y si lo usas en beneficio de la realidad, se ajustará al ritmo de tu transición. Lo único que es urgente es desencajar a tu mente de la posición fija que ha adoptado aquí. Ello no te dejará desamparado ni desprovisto de un marco de referencia. El período de desorientación, que precede a la transición en sí, es mucho más corto que el tiempo que tardaste en fijar tu mente tan firmemente en las ilusiones.” (T.16.VI.8: 1,2,3,4,5).
Hace unos tres años, estaba haciendo lecciones seleccionadas del libro de ejercicios y había alcanzado un estado mental muy diferente de mi funcionamiento «normal» en el mundo. Me estaba experimentando como uno con todos y con todo, y consciente de que la mente es sólo una. Esto duró bastante tiempo. Pero fue seguido por un período de los ataques de ego más intensos y viciosos y me sentí completamente fuera de control – aparentemente incapaz de evitar que mi ego me lastimara de muchas maneras – enfermedad, finanzas, estado interno de confusión, atacar a otros, atracción a la muerte, etc. Ahora estoy haciendo el libro de ejercicios de nuevo. ¿Cómo sé si estoy siendo amable? ¿Y cómo intento sinceramente hacer lo que Jesús me pide en el libro de ejercicios sin reservas? Mi experiencia previa fue que tomar una sola lección podría llevarme a casa si lo hiciera de todo corazón. ¿Cómo sabe uno que su cabeza está lo suficientemente por encima del agua para resistir el inevitable retorno del miedo mientras su mente esté dividida?
R: «La «represalia del ego» es realmente la erupción de la parte de su propia mente que no quiere renunciar a su independencia, lo que habría sucedido si hubiera seguido identificándose con la unidad. Si de repente, en un instante, pudiera aceptar la unidad sin reservas, lo más probable es que no estuviera aquí en el mundo en primer lugar. Por lo tanto, su respuesta debe ser el respeto por la profundidad de su miedo a la unidad, pero también la gratitud por su disposición a volver a la unidad pura del Amor. Ahora es cuestión de paciencia consigo mismo y de confiar en el proceso que ha comenzado. Es un proceso gradual de convertirse en lo que parece ser una nueva identidad, pero en realidad solo está aceptando su estado natural de ser, lo cual juró que nunca haría (T.19.IV.D.6). La fuerza de nuestra resistencia y nuestro miedo generalmente nos toma por sorpresa. Una de las preguntas más frecuentes es cómo saber si la cabeza de uno está lo suficientemente por encima del agua como para resistir el inevitable regreso del miedo. Realmente no hay forma de saberlo; pero estar demasiado preocupado por eso puede restar valor a nuestro trabajo de perdonar en este momento.
Hay una manera de reconocer y respetar su miedo sin darle poder sobre usted o negarlo tampoco. A medida que avanza, se debe desarrollar una sensación de equilibrio entre estos dos extremos. Nunca querrá forzarse a trabajar con las lecciones o estudiar el texto. Cualquier necesidad que sienta de hacer las lecciones perfectamente y lo más rápido posible siempre proviene de su ego, ya que el tiempo no es nada para Jesús. Él ss grande en paciencia y gentileza, no en perfección. La preparación no significa dominio, nos dice (T.2.VII.7: 8,9); y ser demasiado serio acerca de las lecciones solo hace que el error sea real. Después de todo, estamos deshaciendo algo que nunca sucedió, y «el desenlace final es tan inevitable como Dios.» (T.2.III.3: 10).
La práctica del perdón en sí misma reducirá gradualmente su miedo y su sentido de desorientación. Específicamente, cuanto más practique ver sus intereses como no diferentes de los de alguien más — y se sienta cómodo con esa percepción — más estará deshaciendo la creencia subyacente en la separación, que es la fuente de todo temor. Jesús claramente sabe lo que está involucrado en este proceso, y nos instruye y nos tranquiliza muchas veces, como en el pasaje que usted citó.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cómo puedo curar mi condición médica usando los principios del Curso? ~ (Q&A – FACIM – #393)
P #393: «Tengo una afección médica grave en la que la sangre de mis piernas no fluirá hacia mi corazón correctamente, lo que, según los médicos, empeorará progresivamente. Un Curso de Milagros dice que mi miedo, culpa y ataque están causando el problema. Necesito curar mis piernas (mente) pronto porque a medida que empeoran, mi miedo aumenta, a niveles intensos que nunca antes había experimentado en mi vida. A medida que aumenta mi miedo, mis piernas empeoran aún más. Necesito romper este círculo vicioso pronto o seguramente terminará en la muerte. Si muero o me vuelvo loco, ¿cómo puedo aprender el Curso, ser curado y encontrar la paz?
Texto 26.VII.12:5 “Este mundo es un intento de probar tu inocencia y, al mismo tiempo, de atribuirle valor al ataque. Su fallo estriba en que sigues sintiéndote culpable, aunque no entiendes por qué.” Ni siquiera soy consciente de sentirme culpable. ¿Es importante para mí entender por qué todavía me siento culpable? Si es así, ¿cómo puedo encontrar esa comprensión para que mi mente y mi cuerpo se curen? ¿O es todo esto innecesario? ¿Puedo entregarle todo al Espíritu Santo y permitirle que sane mi mente y mi cuerpo? Si es así, ¿cómo puedo hacer esto? He tratado muchas veces de darle la «pequeña dosis de buena voluntad» que me pide. Mis piernas siguen empeorando. Una vez, por un corto tiempo, pude verme a mí mismo como si no fuera un cuerpo. Un sentimiento maravilloso pareció invadir mis piernas. Parecieron estar curadas durante aproximadamente dos horas (o al menos sin dolor). ¿Fue este un instante santo? ¿O fue solo una ilusión mía?
Texto 26.VII.14:1-3 “El milagro es posible cuando causa y consecuencia se traen frente a frente, no cuando se mantienen aparte. Curar un efecto y no su causa tan sólo puede hacer que el efecto cambie de forma. Y esto no es liberación.” ¿Significa esto que debo ser consciente de la causa antes de poder unirla con la consecuencia? Medito profundamente en esto, pero no puedo encontrar la causa para que mi mente y mi cuerpo se curen. ¿O es todo esto el papel del Espíritu Santo? Si es así, mis esfuerzos por darle la poca voluntad que pide parecen no haber tenido éxito. ¿Cómo procedo? Otra cosa que realmente me preocupa es que no puedo ocultar mi miedo a mi esposa. Esto también le está causando miedo y está comenzando a experimentar sus propios síntomas físicos. ¿Cómo puedo evitar que este miedo se extienda así en nuestro «mundo de ilusiones»? «
R: «En primer lugar, es posible que desee asegurarse de que está haciendo todo lo que pueda médicamente para su condición. ¿Está satisfecho con todas las opiniones médicas que ha recibido y está convencido de que no hay otras intervenciones médicas, tradicionales o alternativas, que puedan ayudar a detener o revertir el deterioro? No hay nada en el Curso que impida buscar respuestas en el mundo, si eso puede ayudar a aliviar su miedo (T.2.IV.4: 5,6,7). Además, es posible que usted y su esposa deseen buscar asesoramiento o terapia para ayudarlos a ambos a abordar sus temores sobre su condición.
El objetivo del Curso no es ayudarnos a cambiar nada externo en el mundo o en nuestros cuerpos, aunque pueden ocurrir cambios como resultado de la práctica de sus principios. ¿Estaría satisfecho con un resultado en el que esté en paz, independientemente de lo que parezca estar ocurriendo en sus piernas y su cuerpo? Esta es la invitación que Jesús nos está extendiendo a todos a través de su Curso. Puede que no sea lo que creemos que queremos, ya que todavía estamos enfocados en el mundo de la forma y creemos que nuestra paz depende de controlar las condiciones y situaciones que parecen estar causándonos dolor y miedo. Jesús ve nuestras circunstancias de manera diferente, y unirnos a él en nuestras mentes eventualmente nos permitirá ver las cosas como él lo hace.
«Todos» compartimos la misma culpa subyacente que es la causa de todos nuestros síntomas y todos nuestros miedos. No es una culpa específica por una acción u omisión específica en esta vida, sino más bien una autoacusación que está en el centro de nuestro ser – que existimos como individuos separados porque tomamos nuestra vida e independencia de Dios, un ataque vicioso y mortal contra Él. Muy pocos están en contacto con la culpa por esta idea loca, que el Curso asegura que no es más que un autoengaño ilusorio para mantener la separación real en nuestras mentes. Sin embargo, eso es lo que inconscientemente creemos y seguimos eligiendo creer.
De hecho, fabricamos el mundo y nuestros cuerpos con todos sus problemas aparentes para mantener esa culpa enterrada en nuestras mentes. Así que ahora parece que nos suceden cosas sobre las cuales no tenemos control y ya no vemos todo nuestro dolor como resultado de una elección de vernos separados del Amor que es nuestra Fuente. Las condiciones en nuestros cuerpos parecen ser la causa de nuestro dolor y miedo. Todo nos parece muy serio porque es un símbolo de lo que inconscientemente creemos que Dios nos va a hacer por nuestro ataque a Él – castigándonos haciéndonos sufrir antes de que finalmente recupere la vida que le robamos, sin dejarnos una pierna en la que apoyarnos.
La verdadera causa — la culpa por la separación — permanecería para siempre enterrada en nuestras mentes si no contáramos con la ayuda del Espíritu Santo. No es que simplemente le entreguemos nuestro dolor y miedo y Él nos lo quite. Porque eso socavaría el poder de nuestra mente — que ha elegido el dolor y la culpa en primer lugar — para tomar una decisión diferente, en favor de la paz, una vez que recordemos que la elección es nuestra (T.2.VII.1) . El Espíritu Santo le da la vuelta al ego enseñándonos cómo usar lo que hemos hecho para cubrir nuestra culpa — los síntomas físicos — como un medio para reconocer la culpa, al menos indirectamente. Con la ayuda que Jesús o el Espíritu Santo nos ofrecen, podemos comenzar a cuestionar la verdad de nuestra creencia subyacente acerca de nosotros mismos que dice que merecemos sufrir por nuestra pecaminosidad. A medida que nuestra relación con Jesús o el Espíritu Santo se desarrolle con el tiempo, a medida que practiquemos recurrir a ellos para que interpreten nuestra situación una vez que reconocemos que hemos estado escuchando al ego, descubriremos que nos estamos dando más tiempo para experimentar el amor que siempre ha estado allí dentro de nosotros, pero que ha sido cubierto por la culpa y el miedo.
La preocupación por el cuerpo también comenzará a disminuir. Los síntomas pueden o no cambiar, pero en esos momentos en que nos unimos al amor de Jesús, los síntomas físicos no importarán. Ciertamente es posible que, en su experiencia de no sentir dolor en las piernas cuando estaba abierto a la idea de que no es un cuerpo, se permitiera unirse al amor de Jesús y experimentar un instante santo. Lo útil de esa experiencia es que demuestra que no hay nada que cambiar excepto las creencias en su mente. El dolor regresa cuando tenemos miedo al amor, pero a medida que aprendemos que no es pecado tener miedo al amor, reconoceremos que no necesitamos castigarnos por creer una vez más que nos hemos separado del amor.
Ahora la tentación será fuerte para usar el estado de la condición en sus piernas como una medida de su éxito o fracaso al aplicar los principios del perdón del Curso y unirse a Jesús, pero esto es simplemente una trampa del ego para volver a enfocarse en el mundo de la forma en lugar de la elección en su mente en favor de la paz. La experiencia de la paz es el único criterio que desea emplear (T.14.XI).
Algunos puntos adicionales de aclaración: tenga la seguridad de que la muerte del cuerpo no tiene ningún efecto en nuestro aprendizaje del Curso, sino que sólo parece ser un factor limitante mientras nos identifiquemos con el cuerpo. Es la mente la que aprende las lecciones del Espíritu Santo y la mente no depende de la existencia del cuerpo para retener esas lecciones. En verdad, el cuerpo está contenido en la mente y no al revés, como nos hemos engañado a nosotros mismos para creer. Esto se hará más claro con el tiempo a medida que practique el perdón.
El pasaje sobre el milagro acerca del que pregunta significa que queremos que nos centremos en la causa (la culpa en la mente) y no en la consecuencia (el síntoma en el cuerpo). Porque si nuestro objetivo es solo la curación del síntoma físico en lugar del problema real en la mente, incluso si encontramos una manera de eliminar el síntoma físico, simplemente será reemplazado por otro síntoma si no hemos hecho nada para curar la culpa por la separación en la mente. Y, como Jesús señala un poco más adelante en el texto, “El milagro no tiene ninguna utilidad si lo único que aprendes es que el cuerpo se puede curar, pues no es ésta la lección que se le encomendó enseñar. La lección que se le encomendó enseñar es que lo que estaba enfermo era la mente que pensó que el cuerpo podía enfermar.” (T.28.II.11: 6,7). Ahora bien, esto no pretende hacernos sentir culpables si todavía queremos que el cuerpo sea curado -un deseo natural mientras permanezcamos tan identificados con él-, sino sólo para recordarnos que mucho más es nuestro que lo que pedimos (T.15.III.1,2).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Es la meditación esencial para el éxito con el Curso? ~ (Q&A – FACIM – #394)
P #394: «Aprendemos a conocernos a nosotros mismos en Un Curso de Milagros. Los evangelios gnósticos enseñan lo mismo. Estoy practicando las lecciones, pero ¿es esto suficiente para encontrar mi verdadero ser? Por ejemplo, ¿es necesaria la meditación para escuchar la verdadera Voz? ¿O llegaré allí de todos modos? No entiendo.»
R: «Aunque la mediación no es esencial para la práctica del Curso, sí nos anima a tener un momento de tranquilidad para reflexionar, practicar ejercicios específicos del Libro de Ejercicios, volvernos conscientes o recordar la lección del día. No se necesitan largos períodos de meditación: “No es necesario…que te pases largos períodos de tiempo meditando con objeto de romper tu atadura al cuerpo.” (T.18.VII.4: 9). Mientras la meditación no se convierta en un fin en sí misma, o en un sustituto de la aplicación de las enseñanzas del Curso a todas las relaciones y situaciones en su vida, puede ser un ejercicio útil para usted. Para mayor claridad sobre lo que se requiere, puede ser útil volver a leer las instrucciones en la Introducción al Libro de Ejercicios. Básicamente, el único requisito es que hagamos lo que las lecciones nos piden.
El objetivo del Curso es la curación de nuestras mentes del pensamiento de separación. El proceso para lograr esto es perdonar cada pensamiento y creencia que alberguemos que refuerza el pensamiento de separación. Son perdonados primero al volvernos conscientes de ellos, y luego estar dispuestos a entregárselos al Espíritu Santo (la parte de nuestras mentes que recuerda a Dios) para que puedan ser transformados. Recuerde, el Curso trata sobre el entrenamiento mental: “El propósito de este libro de ejercicios es entrenar a tu mente a pensar según las líneas expuestas en el texto.” (W.in.1: 4). Se nos pide que seamos conscientes de nuestros pensamientos, sentimientos y creencias a lo largo del día. Es a través de la conciencia, el perdón y la transformación de estos pensamientos y creencias que nos encontraremos a nosotros mismos. El plan de estudios del Curso «es» suficiente para que podamos encontrar nuestro verdadero ser y escuchar la Voz de Dios. Es esa Voz que escuchamos cada vez que estamos dispuestos a cuestionar el sistema de pensamiento del ego con el que nos hemos identificado, con la voluntad de dejarlo ir. Escuchamos la Voz cada vez que practicamos una lección, o aplicamos una enseñanza, lo mejor que podemos.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Es Cristo una especie de «entidad colectiva» formada por muchos seres? ~ (Q&A – FACIM – #395)
P #395: » “Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo. Nada real puede incrementarse excepto compartiéndolo.” (T.4.VII.5: 1,2) ¿Esto significa que el Cristo es en realidad un ser colectivo que consiste en entidades individuales que comparten todos sus pensamientos? La razón por la que planteo esta pregunta es que el concepto de compartir parece ser inherentemente dualista, mientras que Un Curso de Milagros se basa en metafísica no-dualista ¿Qué me estoy perdiendo?»
R: «Este pasaje se introdujo al principio del dictado del Curso, y Jesús estaba usando palabras que reflejaban la Unidad del Cielo pero que venían en una forma que Helen y Bill, así como todos nosotros, podríamos entender y aceptar más fácilmente. Es una corrección para la creencia fundamental del ego en intereses separados. Cualquier concepto tal como lo usamos habitualmente, incluido «compartir», «extender» y «crear», necesariamente tendrá un significado dualista, hecho como lo fue por una mente dualista. Pero Jesús usa estas palabras y les da un significado diferente al del ego, para ayudar a nuestras mentes limitadas a comenzar a comprender lo que realmente no se puede comprender y para comenzar a deshacer nuestras creencias erróneas sobre dónde reside la dicha y la felicidad. Entonces, a pesar del uso de palabras que sugieren múltiples entidades e individualidad, necesitamos reconocer la intención de Jesús aquí, y considerar estas palabras en el contexto de pasajes que vienen más adelante en el Curso que dejan en claro que la naturaleza de Dios y el Cielo es sólo perfecta Unidad (p. ej., T.25.I.5; W.pI.132.12: 3,4; W.pI.169.5,6).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Me equivoco al querer contarles a todos sobre el Curso?~ (Q&A – FACIM – #396)
P #396: «Entiendo que atacar a otros es una proyección de la culpa en mí mismo, pero ¿cuál es la razón subyacente de mi deseo «obsesivo» de ayudar a otros en el sentido de contarles sobre el sistema de pensamiento de Un Curso de Milagros? Sé que podría cambiar toda su vida, como lo hizo con la mía.»
R: «Esta tendencia es muy común, pero comprensible, dado que muchos de nosotros sentimos que el Curso nos «rescató» de una forma u otra. Pero cada vez que sentimos la «necesidad obsesiva» de introducir el Curso en la vida de otra persona, o de difundirlo en nuestro mundo en decadencia y crisis, debería haber una señal de alerta. Hay varios puntos a considerar cuando se desarrolla dicha necesidad.
(1) Siempre que sentimos la «necesidad» de ayudar a otros, siempre nos hemos identificado con el ego. El Espíritu Santo ciertamente puede ayudar a otros a través de usted, pero en ese caso, no se experimentaría a «sí mismo» como el que está ayudando, y no tendría absolutamente ninguna inversión en el resultado. Esto es lo que Jesús quiere decir al decir que la extensión de la santidad y el milagro no depende de nosotros (T.16.II.1; T.27.V.1).
(2) Profundamente arraigado en nuestras mentes no curadas está la creencia de que estamos compitiendo con Dios, y por lo tanto siempre sería necesario demostrar que podemos hacerlo al menos tan bien como Él, si no mejor. En consecuencia, tenderíamos a pensar que sabemos lo que es mejor para nosotros mismos y para los demás, y por eso nos introducimos, armados con Un Curso de Milagros, en la vida de otras personas, convencidos de que sabemos lo que les ayudaría, e igualmente convencidos de que nuestros motivos son puros y santos. De alguna manera, hemos perdido de vista las primeras 25 lecciones en el libro de ejercicios, que nos ayudan a deshacer esas percepciones defectuosas y lastrantes. Nuestra incapacidad para saber qué es lo mejor se detalla en el manual en la sección «¿Cómo se deja de juzgar?» (M.10.3,4).
(3) También profundamente arraigado en nuestras mentes está la desesperada necesidad de validar nuestra creencia de que la separación y la dualidad son reales — que de hecho existe un mundo que necesita ser salvado. Una forma muy efectiva de reforzar la creencia en la separación es ver a las personas como frágiles, desprovistas, vulnerables, indefensas, victimizadas y dependientes de alguna fuente externa para ayudarlas. Si percibe que tiene justo lo que ellos necesitan, entonces se ha visto a sí mismo como separado — tiene algo que ellos no tienen. Y no muy lejos de eso está la idea de que alguien o algo es responsable de la difícil situación de estas pobres personas inocentes: la culpa, el medio favorito del ego para mantener el conflicto y desterrar la paz.
(4) Si percibe a sí mismo y a otros que parecen estar luchando como compartiendo las mismas creencias de ego, así como las mismas creencias de mentalidad correcta, no intervendría para corregirlos, porque como un buen estudiante del Curso de Milagros sabría que aceptar la Expiación para sí mismo es su única responsabilidad (T.2.V.5:1), la cual estaría practicando si no viera sus intereses como separados de los de ellos. Si de todos modos interviene, entonces se ha asustado de las implicaciones de deshacer la separación y ha cambiado a su mente errada, que automáticamente ve intereses separados. Cuando está en su mente correcta, empatizaría con la fortaleza de Cristo en ellos, y respetaría el poder de sus mentes para decidir si escuchar al ego o al Espíritu Santo, y al hacerlo estaría reforzándose en usted mismo el poder de su propia mente. En ese instante santo, sería guiado a hacer algo, o a no hacer nada; pero no vendría de usted como un yo individual que percibe a otros yoes individuales.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Es posible que la humanidad esté ahora en la «recta final» de la salvación? ~ (Q&A – FACIM – #397)
P #397: «Mi pregunta se relaciona con la sensación que tengo de que hemos alcanzado una masa crítica y estamos en el lado apresurado de la salvación. Aunque nos quedaban millones de años por delante, sólo por la contribución de Un Curso de Milagros, pienso en toda la gente, desde que se publicó el libro, que ha hecho las lecciones, que, si mal no recuerdo, pueden salvar miles de años.
Creo que tal vez estamos mucho más lejos de lo que podríamos pensar debido a esta teoría: para un solo acto de malicia (que podemos asumir que fue iniciado por un pensamiento de separación) hay cientos de simples actos (y pensamientos) de bondad, como sonrisas y apertura de puertas y demás. Para mantener vivo el mundo ilusorio, nuestros egos se alimentan de historias, ya sea que se informen en la prensa o se compartan en el hogar o en el lugar de trabajo como chismes, que amplifican el único acto de malicia. Casi todos los que escuchan sobre la historia negativa responden con un pensamiento separador, amplificando así la negatividad. Si, de hecho, nos hemos despertado apreciablemente, ¿podría esto explicar por qué la prensa ha aumentado su cobertura y locura? Cuán simple podría ser la salvación ahora. Qué útil simplemente abstenerse de chismes, personales y de prensa. ¿Qué piensa?»
R: «Una idea interesante, pero hay algunas suposiciones que está haciendo, que es posible que desee considerar. Por un lado, puede estar sobreestimando la proporción de actos y pensamientos de bondad con respecto a actos maliciosos. Cada pensamiento de irritación, frustración, molestia, exasperación, etc., no importa cuán trivial y aparentemente neutralizado al cubrirlo con una sonrisa y una o dos palabras bonitas, comparte el mismo contenido que el acto de malicia que usted menciona que recibe todo el tiempo de emisión. ¿Y cuántos de esos ataques de ego «menores» experimentamos cada uno en un día, si somos honestos con nosotros mismos? Recuerde, no existe una jerarquía de ilusiones — todos tienen el mismo poder para privarnos de nuestra paz.
Además, es una creencia común — pero no la posición del Curso — que un obstáculo importante para la experiencia de la paz es cualquier «expresión» de negatividad o pensamientos de ataque, por uno mismo o por cualquier otra persona. Y por lo tanto, cualquier cosa que perpetúe la conciencia de la negatividad, como los medios de comunicación o los chismes personales, está contribuyendo y magnificando el problema. Pero la negatividad no se genera simplemente al escuchar o repetir chismes o reaccionar a los actos de violencia denunciados en las noticias. Estas son solo representaciones de la negatividad enterrada en la mente que ha estado allí todo el tiempo y permanece allí hasta que se haga una elección deliberada contra el sistema de pensamiento del ego y en favor del Espíritu Santo. Ese es el verdadero problema. Como tal, si se observa con el Espíritu Santo, estas expresiones de negatividad y nuestras reacciones hacia ellas pueden en realidad servir a un propósito útil para sanar la mente.
El problema nunca es la expresión específica sino su propósito. Y las expresiones de negatividad reflejan el deseo de proyectar la culpa dentro de nuestras mentes sobre otra persona. Lo que hay que cambiar no son las expresiones externas de negatividad, sino la decisión interna de mantener la propia culpa real pero oculta al proyectarla sobre los demás. Detener la expresión externa de ataque, o evitar exponerse a las expresiones negativas de los demás, no logrará nada si la culpa interna que motiva la proyección no es reconocida y liberada al Espíritu Santo. Cambiar la forma externa sin reconocer lo que hay detrás sólo empuja la culpa más profundamente en el inconsciente, donde continúa teniendo efectos inconscientes, tal vez en forma de enfermedad o rabia extrema cuando finalmente se proyecta, como debe ser mientras sea negada. La negatividad existe en la mente y el evento externo simplemente la saca de debajo de los velos de la negación. Puede ser útil recordar que una mente sanada no tiene ninguna reacción a la llamada negatividad del mundo, cualquiera que sea la forma que adopte, porque no tiene ninguna culpa en su interior que necesite proyectar.
Ahora, ciertamente no hay nada de malo en abstenerse de chismear, especialmente una vez que entendemos el odioso propósito al que sirve. Porque el chisme refuerza la reserva oculta de culpa del ego. Pero, de nuevo, simplemente limitar la actividad sin un cambio interno correspondiente que elige contra el ego, que siempre busca ver la culpa fuera de la mente en los demás, no deshace la culpa que yace enterrada allí. Si me encuentro juzgando a los medios o al chismoso, acepto el mismo propósito del ego.
Y finalmente, sus comentarios iniciales sugieren que hay una especie de impulso que se acumula a medida que más y más personas adoptan el Curso y practican el perdón. Puede haber una especie de ilusión detrás de esta idea, casi como si no tuviera que hacer la elección, momento a momento, en contra de mi ego y a favor del Espíritu Santo, porque la mente colectiva me va a llevar a mí y a todos los demás en el inevitable torrente del perdón. Y el peligro especial aquí es que subestimaremos la voluntad y la tenacidad del ego y pasaremos por alto las maneras sutiles en las que continúa manteniéndose vivo mediante el refuerzo del especialismo y la separación, aunque en formas «espirituales» aparentemente más aceptables. Mi única responsabilidad, como nos recuerda repetidamente el Curso, es aceptar la Expiación para mí mismo. Mientras la culpa por la separación siga siendo real en mi propia mente, eso es lo único por lo que debo preocuparme. Porque, como Jesús nos recuerda, sólo se necesita un maestro de Dios — yo mismo — para salvar el mundo (M.12).»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ ¿Cuál es la diferencia entre «retorno» y «reciprocidad»? ~ (Q&A – FACIM – #398)
P #398: «¿Podría abordar la diferencia entre la idea de retorno, como se discutió en la sección «El Templo del Espíritu Santo» de Un Curso de Milagros, y la reciprocidad en el sentido discutido en el párrafo a continuación? ¿Cuál es una perspectiva de mentalidad correcta de la reciprocidad en nuestras relaciones en el mundo?»
R: «Las dos ideas en realidad no están relacionadas. Sus significados difieren, como explican las siguientes respuestas.
(W.pI.76.8: 1,2,3) “Comenzaremos hoy las sesiones de práctica más largas con un breve repaso de las diferentes clases de «leyes» que hemos creído necesario acatar. Éstas incluyen, por ejemplo, las «leyes» de la nutrición, de la inmunización, de los medicamentos y de la protección del cuerpo en las innumerables maneras en que ésta se lleva a cabo. Crees también en las «leyes» de la amistad, de las «buenas» relaciones y de la reciprocidad.”
El término «reciprocidad» en este contexto se refiere a negociaciones de relaciones especiales. La premisa de este tipo de relación es que debemos dar para obtener, a pesar de que preferiríamos — si fuéramos sinceros con nosotros mismos — simplemente tomar lo que querríamos sin tener que dar algo a cambio. Pero en el mundo de las relaciones especiales, la «negociación» es el nombre del juego y siempre es recíproco. Es decir, A lo hace con B, y B a su vez lo hace con A. Nuestra culpa enterrada y nuestro odio a nosotros mismos nos llevan a creer que nadie nos daría lo que queremos — no lo merecemos — así que siempre debemos sacrificarnos y hacer compromisos en nuestras relaciones. Me sacrificaré por ti, y luego tú te sacrificarás por mí. Esta dinámica impregna todas las relaciones de amor especial, y se considera como la naturaleza de las relaciones amorosas en el mundo.
La reciprocidad de mentalidad correcta se basa en nuestro entendimiento de que el Hijo de Dios es uno, lo que se refleja en nuestra experiencia aquí de ver a todos compartiendo los mismos intereses. Todos compartimos la misma mente errada y la misma mente correcta. Todos somos parte del único Hijo que cree que atacó el Amor y rechazó su verdadera Identidad eligiendo la existencia individualizada aparte de la perfecta Unidad de Dios, y que puede deshacer esa elección al aceptar la Expiación aquí y ahora. Esta unidad es la base del principio del Curso de que dar y recibir son lo mismo, lo que niega la necesidad de negociación de cualquier tipo (estamos hablando sólo en el nivel de «contenido»). La reciprocidad en una relación santa, por lo tanto, es sólo amor que se extiende a sí mismo. “Pues si el amor es compartir, ¿cómo ibas a poder encontrarlo excepto a través de sí mismo? Ofrece amor, y el amor vendrá a ti porque se siente atraído por sí mismo.” (T.12.VIII.1: 5,6). Esto, por supuesto, se refiere sólo a lo que está sucediendo en nuestras mentes, y puede ser nuestra percepción ya sea que estemos hablando con un recluso en el corredor de la muerte, un amigo querido, o simplemente estamos pensando en alguien que murió hace veinte años.
(T.20.VI.6: 1,2,3,4,5) “Tú no puedes hacer del cuerpo el templo del Espíritu Santo, y el cuerpo nunca podrá ser la sede del amor. Es la morada del idólatra, y de lo que condena al amor. Pues ahí el amor se vuelve algo temible y se pierde toda esperanza. Aun los ídolos que ahí son adorados están revestidos de misterio y se les mantiene aparte de aquellos que les rinden culto. Éste es el templo consagrado a la negación de las relaciones y de la reciprocidad.”
Si mantenemos nuestra identificación con el cuerpo, creyendo que es la realidad — y una realidad sagrada — nunca volveremos a casa, porque nunca volveremos a nuestras mentes donde nos daríamos cuenta, y luego podríamos revertir, nuestra elección de reemplazar nuestro verdadero hogar en Dios con un hogar improvisado en el cuerpo. Al menos debemos estar dispuestos a cuestionar la realidad del cuerpo (T.24.in.2: 1); no tenemos que renunciar a él. Una vez que nos permitimos dar ese primer paso, comenzamos el «proceso» de cambiar el propósito de la existencia corporal, y estamos en el camino de regreso a nuestro verdadero hogar, consolados y ayudados por Jesús en cada paso del camino.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
~ Determinar la forma correcta de escuchar y hablar con los demás. ~ (Q&A – FACIM – #399)
P #399: «Mi pregunta tiene que ver con la pregunta en el manual para el maestro de Un Curso de Milagros titulado “¿Qué papel juegan las palabras en el proceso de curación?” (M.21) A medida que avanzo en mi camino del perdón, estoy aprendiendo a dejar que el Espíritu Santo hable a otros a través de mí. Mi respuesta a mi hermano es a menudo algo que me di cuenta de que también necesitaba escuchar, o algo que necesitaba reforzar y que ya aprendí. A veces me siento guiado a decir algo que realmente no tiene nada que ver con la situación en cuestión. ¿Por qué Jesús querría que lo dijera? ¡A veces digo algo y siento que todos me miran como si estuviera loco! ¡Por favor, los consejos serían muy apreciados!»
R: «Realmente no hay forma de saber por qué se le pide que diga ciertas cosas. En nuestro estado actual, no podemos ver en nuestras mentes dónde tienen lugar todas las elecciones y dinámicas. Sin embargo, podría ayudarlo desviar su atención de lo «que» dice la voz, a hacer lo que le dice que haga para poder escucharla mejor. Como nos hemos dado cuenta, el énfasis en Un Curso de Milagros siempre está en deshacer las interferencias para que escuchemos la Voz del Espíritu Santo. Esto es algo que Jesús enfatizó con Helen, la escriba del Curso: “Recuerda que no necesitas nada, sino que tienes un inagotable almacén de regalos amorosos que dar. Pero enséñate esta lección sólo a ti mismo. Tu hermano no la oirá de tus palabras o de los juicios que has depositado sobre él. Ni siquiera tienes que decirle una sola palabra. No puedes preguntar, “¿qué debo decirle?” y escuchar la respuesta de Dios. En lugar de eso mejor pide, “ayúdame a ver a éste hermano a través de los ojos de la Verdad y no del juicio”, y la ayuda de Dios y de todos Sus ángeles responderá.” (Ausencia de Felicidad, p. 381).
Así como Jesús ayudó a Helen a aprender, nuestra meta debe ser siempre percibirnos a nosotros mismos y a los demás a través de los ojos no críticos del perdón, al que nos acercamos mirando primero a nuestra disposición para juzgar y encontrar faltas. Todos estamos ansiosos por tener nuestro ego fuera del camino para que el amor de Jesús o el Espíritu Santo hable a través de nosotros a los demás, y luego seamos realmente útiles. Pero eso es usualmente un proceso largo, muy largo, porque tenemos tantas defensas en su lugar y no somos conscientes de nuestra necesidad tenaz de mantener estas defensas (las muchas formas de juicio, especialismo y preocupaciones corporales). Cuando el ego desaparece, sólo hay una Voz, y no hay otro yo que se pregunte sobre su significado. Pero ese es el final del proceso. Jesús solo pide que tomemos los pequeños pasos en este momento que conducen en esa dirección (W.pI.193.13: 7), no para que siempre les digamos las cosas correctas a los demás, sino para que ya no queramos ser otros que como Dios nos creó.
Un artículo llamado «Learning to Listen» apareció en la edición de septiembre de 2003 de «The Lighthouse»; también hemos publicado un álbum de cintas de audio llamado «Healing: Hearing the Melody». Ambas son fuentes útiles para trabajar con este importante tema de la escucha.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
Aprender a no juzgarnos por ser críticos. ~ (Q&A – FACIM – #400)
P #400: «Tengo dificultades para entender lo de «mirar sin juzgar». En una de las respuestas, usted dijo «observe sus vacilaciones sin juzgar, sin imponer las categorías de deseable e indeseable … (Pregunta #216)». ¿Podría por favor elaborar sobre esto «sin categorizar lo deseable y lo indeseable?» ¡Gracias!»
R: «El problema con todos nuestros juicios no es que sean malos en sí mismos, sino que nuestra creencia en ellos hace que el error de la separación sea real nuevamente en nuestras mentes. Cuando identificamos algunas experiencias como buenas o deseables y otras como malas o indeseables, hemos caído en la trampa de los opuestos u oposición del ego, que necesariamente es una invitación al conflicto. Mientras tengamos una mente dividida, es casi seguro que vamos a vacilar entre el pensamiento y las experiencias de mentalidad correcta y el pensamiento y las experiencias de mentalidad errada. En la realidad — es decir, la unidad del Cielo — ninguno de los dos es real o verdadero. En el contexto de la pregunta anterior a la que se refiere, imponerles categorías de deseables e indeseables es darles una realidad que no tienen. El único juicio del Espíritu Santo es que la mentalidad errada es falsa y que la mentalidad correcta, aunque sigue siendo una ilusión, es un «reflejo» de lo que es verdadero.
Ahora es verdad, desde nuestra perspectiva dentro de la mente dividida, que el Espíritu Santo está tratando de guiarnos hacia un reconocimiento de que el pensamiento de mentalidad errada nos trae dolor y el pensamiento de mentalidad correcta nos trae alegría, porque en nuestro estado mental confuso creemos todo lo contrario (T.7.X). Y sólo un tonto, una vez que comprendamos nuestra confusión, negaría que uno de estos estados sea preferible o más deseable que el otro. Pero si comenzamos a juzgar el estado del ego como indeseable en el sentido de que queremos resistirlo, y condenarnos a nosotros mismos por experimentarlo, entonces hemos caído de lleno en las manos del ego, porque ahora hay algo real contra lo que necesitamos dirigir nuestros esfuerzos.
Es por eso que Jesús enfatiza una y otra vez en Un Curso de Milagros, que todo lo que necesitamos hacer es mirar con él lo que nuestros egos han hecho sin tratar de cambiarlo (por ejemplo, T.4.III.7,8; T .11.V.1,2), al tiempo que reconocemos su costo. Si tratamos de cambiarlo, entonces decimos que el ego mismo es el problema, cuando el único problema es nuestra creencia en él. Y no podemos deshacer esa creencia por nuestra cuenta, porque esa «es» la creencia — que estamos por nuestra cuenta (solos). Entonces, queremos mirar nuestro ego con Jesús o el Espíritu Santo a nuestro lado, y compartir su visión de la irrealidad del ego, no juzgarlo como indeseable e intentar cambiarlo o arreglarlo de alguna manera que lo haga más aceptable para nosotros — ¡y para nuestro ego!
Por lo tanto, el objetivo no es estar libre de juicios, ya que eso sólo llega al final del proceso de perdón, sino más bien aprender más y más a no juzgarnos a nosotros mismos por tener nuestros juicios de ego. Una cinta útil que desarrolla este proceso de aprendizaje es “El Significado del Juicio” (The Meaning of Judgment) de Kenneth Wapnick.»
~ Dr. Kenneth Wapnick
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