Estoy atravesando una separación. Tenemos una hija de 6 años.  Es una situación siempre dura. Hay tristeza y momentos de mucha culpa y miedo .Pero quiero usar justo esto como aula de práctica del perdón del Curso.

Descubrí el Curso a los 40 años, después de leer el Poder del Ahora de Eckchart Tolle. Fue como un despertar: devoraba libros, volvía a leerlos tres y cuatro veces, y el Curso lo leí entero varios veces. Sentía entusiasmo, alegría , la certeza de haber encontrado respuestas.  Hoy, diez años después, ya no tengo la ilusión de antes. Ahora lo que toca no es leer más y más, sino aplicar lo que aprendí del Curso en la vida real, en medio de esta separación. Como decía Ken Wapnick, cuando alguien descubre el Curso tiene unos años de puro entusiasmo y amor por él, pero luego ya llega el momento que hay que trabajar de verdad y profundizar aplicándolo a la vida real, la cual es dura en muchas ocasiones y son las oportunidades perfectas para aplicar el Curso.

Por ejemplo, hoy me he sentido muy mal al pensar que destruyo mi familia y mi hogar. En ese momento recordé: «Mi pérdida de paz no depende de la separación con mi mujer, sino de mi elección en la mente en favor del ego». Y me dije: «Maestro, ayúdame a elegir de nuevo». 

Luego me senté tranquilo en mi banco de meditación y os transmito la meditación que  hice: 

  • Cierro los ojos. Respiro lento.  Invoco al maestro interno Jesús diciendo: » Maestro Jesús, te invoco en esta meditación para que me ayudes en mi sanación y liberación». 
  • Empiezo a pensar en todo el tema de mi separación. En que se rompe una familia. Siento el peso de la tristeza en  mi pecho, el vacío muy duro de pensar que pierdo a mi mujer y que la familia que conocíamos unida, ahora ya no lo estará. Nuestra hija tendrá que vivir con los padres separados y eso me genera mucha culpa y tristeza. Miro todo esto sin juzgarme y con honestidad me digo: LO RECONOZCO, TODO ESTO ME DUELE MUCHO. ME ESTA DANDO MUCHA PENA TODO Y ME SIENTO MUY CULPABLE. ESTOY MUY MAL Y TRISTE. Respiro y me pongo en contacto con todo este dolor.
  • Y al mismo tiempo me recuerdo: » Este dolor no viene de mi mujer ni de la separación . Este dolor no viene de la culpa de pensar que mi hija se va a quedar sin una familia unidad. ESTE DOLOR VIENE DE UNA ELECCIÓN  EN MI MENTE DE ESCUCHAR AL EGO»
  • Hoy no necesito luchar contra la tristeza. Simplemente la miro y la entrego. Digo en silencio: «MAESTRO JESUS , AQUI ESTA MI DOLOR. NO SÉ COMO SOLTARLO, PERO TE LO OFREZCO. AYUDAME A ELEGIR DE NUEVO EN MI MENTE». 
  • Descanso en ese gesto. Suelto la necesidad de arreglarlo. Me quedo unos instantes en silencio.
  • Y aunque no lo sienta aún me digo: «NO ESTOY SOLO EN ESTO. EL AMOR ME ACOMPAÑA. GRACIAS ESPIRITU AMOROSO POR ESTAR SIEMPRE AHI»
  • Y Abro los ojos.

No me siento fuerte todavía. Se que me esperan momentos duros, pero escribir esto me recuerda que no estoy solo y que  mi aula de perdón está aqui mismo, en esta separación familiar. 

Gracias. 

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